Esta sustancia, que las abejas utilizan para proteger sus colmenas, también resguarda la salud intestinal de las aves, fundamental para su crecimiento y bienestar; asimismo es un valioso aditivo nutricional por su alto contenido de vitaminas y minerales. Aún con una dieta en la que los pollos consuman poca cantidad de propóleo, esta sigue siendo rica en proteínas, lo que representa un ahorro significativo para los avicultores, que impacta en la calidad del producto final.