Ya está al aire la guía ilustrada de la Xiloteca de la Sede Palmira de árboles con potencial maderable
En una expedición titánica realizada entre 1943 y 1947 por las selvas húmedas tropicales y el Chocó biogeográfico, en regiones que abarcan desde Buenaventura, en el Valle del Cauca, hasta la provincia de Esmeraldas, en Ecuador, el español de origen catalán José Cuatrecasas Arumí, uno de los más destacados botánicos y taxónomos de la segunda mitad del siglo XX y profesor de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, recolectó muestras de troncos de árboles junto con ejemplares botánicos completos que incluían flores, frutos, hojas y tallos.
Para hacer su trabajo, el intrépido botánico diseñó baúles de cuero de vaca que cargaba a lado y lado del lomo de la mula, en los que transportaba las muestras que componen la Guía ilustrada. Estas se clasificaron, describieron y montaron en cartulinas y se organizaron con un sistema de clasificación taxonómico que refleja la evolución de las especies, labor que se adelantó en el Herbario José Cuatrecasas Arumí de la UNAL Sede Palmira, llamado así en su honor.
Con una colección cercana a los 18.000 ejemplares que representan 3.900 especies del biodiverso Valle del Cauca y del suroccidente colombiano, de los cuales cerca de 10.000 fueron su legado, el Herbario es uno de los más importantes del país.
Esta Xiloteca, que durante décadas estuvo olvidada, fue visibilizada por el profesor Luis Eduardo Forero Pinto, quien hace cerca de 12 años, cuando asumió la Dirección del Herbario, decidió “desempolvarla”. Su restauración implicó la recuperación física y un proceso riguroso de catalogación y documentación que permitió clarificar cifras dadas con anterioridad que sugerían la existencia de entre 500 y 900 muestras.
El trabajo del profesor Forero contempló la publicación, presentación de pósteres y charlas académicas en diferentes congresos nacionales e internacionales de botánica, espacios en los que informaba sobre su existencia y caracterizaba poco a poco la colección, y culminó con la elaboración del manuscrito Guía ilustrada de la Xiloteca Científica e Histórica de José Cuatrecasas Arumí, el proyecto más significativo que elaboró durante su año sabático.
“Es importante resaltar como un aporte sobresaliente del presente trabajo las descripciones macromorfológicas de la madera de algunas especies, entre ellas Castilla elastica Sessé ex Cerv.; Cecropia virgusa Cuatrec.; Isertia pittieri (Standl.) Standl.; Miconia punctata (Desr.) D. Don ex DC.; Moramegistosperma (Pittier) Britton & Rose.; Ladenbergiamagnifolia (Ruiz & Pav.) Klotzsch; Trema micrantha (L.) Blume y Xylopia columbiana R.E.Fr.”, publicadas probablemente por primera vez, elaboradas junto con el equipo de profesores investigadores de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas”, agregó el directivo.
Además de preservar la historia y la riqueza invaluable de la Xiloteca, la Guía rescata el valor de los árboles en la liberación de oxígeno a la atmósfera, esencial para los seres vivos, y en la captura de carbono para contener los efectos del cambio climático.
Dentro de esta colección destacan varias especies de la familia Meliaceae, a las que pertenecen el cedro, cedro amargo y cedro rosado (Cedrella odorata), maderas finas y aromáticas valoradas en la industria por su calidad para la fabricación de muebles de alta gama. Tienen un lustre natural y brillante, que varía en tonalidades desde el rosado a naranja opaco hasta amarillos quemados. Sin embargo, la sobreexplotación ha puesto en peligro estas especies, al punto de que algunas ya han desaparecido de sus hábitats naturales.
Las fabáceas o leguminosas (familia Fabaceae), más conocidas por plantas como el fríjol, también incluye majestuosos árboles maderables. Un ejemplo es el manglar nato o nato (Mora oleifera), cuya semilla –del un tamaño de un balón de fútbol americano– es tan impresionante como la belleza de su madera rojiza a café rojizo, perseguida y explotada por su valor estético.
Recientemente la Xiloteca ha sumado nuevas especies importantes provenientes del campus de la UNAL Sede Palmira, como el imponente Samán (Samanea saman); el flamboyán o árbol de fuego (Delonix regia), caracterizado por su gran tamaño y vibrantes flores rojas; el matarratón (Gliricidia sepium), ampliamente utilizado en cercas y conocido por sus propiedades medicinales; y el balso, ceiba de lana y balsillo (Ochromapyramidale) que se emplea para maquetas de arquitectura, artesanías y juguetería.
En la actualidad el profesor Forero desarrolla un proyecto para estudiar detalladamente la anatomía de las maderas resguardadas, a través de delicados cortes longitudinales y transversales que permitirán identificar con mayor precisión su valor científico. “Conocer la anatomía y morfología de las maderas es esencial para promover su conservación y cultivo sostenible y para evitar la explotación desmedida que ha llevado a la amenaza y extinción de varias especies de árboles”, concluyó.
El cuidado de la colección se realiza en armarios de madera de pino, posiblemente diseñados por el mismo Cuatrecasas, con el objetivo de mantener las muestras en buenas condiciones. Para conservarlas se limpian regularmente para evitar la acumulación de polvo, y cada 6 meses se fumigan para protegerlas de virus, bacterias y pequeños insectos. También se presta atención especial a la numeración de las muestras para evitar errores en la identificación de las especies.
Para acceder a esta colección puede hacer clic acá: Guía ilustrada de la Xiloteca Científica e Histórica de José Cuatrecasas Arumí.