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Ciudad y Territorio

Viviendas sostenibles para zona de ladera en Manizales

  • Invasión en ladera de Manizales. Foto: Unimedios.

  • Vista aérea del sector analizado por las estudiantes de Arquitectura. Foto: Unimedios.

  • Viviendas de la invasión Villa Jardín.

  • Las viviendas actuales se podrán reemplazar por edificaciones sostenibles.

  • Cerca de 85 familias se asentaron en el sector.

  • Cultivos dentro de la invasión.

Con materiales ecológicos, estudiantes de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales proyectan mejorar las viviendas de los habitantes de la invasión Villa Jardín, ubicada en una ladera de Manizales que durante décadas fue catalogada de "alto riesgo" por deslizamientos.

Las nuevas viviendas, que reemplazarán las construidas hoy en materiales no adecuados "en su mayoría plástico" se edificarán por medio de un sistema de construcción liviano y sismorresistente, con materiales sostenibles como madera, fibra de celulosa de papel reciclado y guadua.

Aunque el pasado 2 de octubre la Corporación Autónoma Regional de Caldas (Corpocaldas) y la Alcaldía de Manizales le entregaron a esta comunidad unas obras de estabilidad que les permiten a las cerca de 85 familias vivir sin amenaza por deslizamiento, las viviendas que ocupan carecen de estructura firme y materiales resistentes a eventos naturales como inviernos inclementes o sismos.

Por esta razón, la arquitecta de la U.N. Mayra Alejandra Cardenas y la estudiante Olga Lucía Castaño, de último semestre de la misma carrera, desarrollaron como trabajo de grado una investigación diacrónica en la invasión Villa Jardín.

El principal compromiso que se plantearon las investigadoras fue conocer cómo ha evolucionado el asentamiento humano en la ladera, enfatizado en tres componentes: urbano, arquitectónico y ambiental, para comparar su desarrollo desde 1992 hasta hoy.

De este modo, la información recopilada ayudará a entender el lugar, donde la lógica y el proceso de creación del futuro proyecto arquitectónico sea lo más preciso posible y cubra las necesidades de sus habitantes.

Con el objetivo de analizar qué tipo de vivienda sería la adecuada para este sector, las investigadoras recolectaron datos, visitaron la zona y analizaron "en conjunto con la Personería de Manizales" las costumbres de estas personas y su actividad de sustento económico.

Desplazadas por la violencia, la mayoría de las familias de Villa Jardín proviene del norte de Caldas. En general se dedicaban a la agricultura, la ganadería y el cultivo de café, plátano y caña de azúcar, entre otros.

Estas actividades se empezaron a realizar en la ladera invadida, lo que provocó la erosión del suelo e hizo que las viviendas fueran aún más débiles.

Por eso la investigación se enfocó en tres aspectos: geográfico, ambiental y arquitectónico, con el fin de mejorar la calidad de vida de los habitantes de este sector.

"Los primeros invasores son campesinos y ellos tienen estas costumbres, por eso en algunas de sus viviendas encontramos caballos, gallinas y algunos cultivos", comentó la arquitecta Cardenas.

Comprender estas costumbres y diseñar una vivienda segura que supla las necesidades de la comunidad y que no afecte la ladera es el objetivo de este trabajo de grado. Para ello, Mayra y Lucía reconocen el terreno y proyectan que las edificaciones cuenten con un espacio para cultivos y así mantener la economía familiar.

Inicialmente la casa será de una sola planta, pero con posibilidad de continuar la edificación en sentido vertical, teniendo en cuenta que estas familias son numerosas.

El trabajo de campo y la cartografía identificaron la distribución urbana y la evolución que ha tenido el lote en cuanto a su ocupación, para entender el desarrollo de las edificaciones y proponer un nuevo diseño que evite el riesgo de colapso por deslizamientos.

Con la dirección del profesor Gustavo Agredo, de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la U.N. Sede Manizales, las estudiantes realizaron un trabajo de inmersión en el que entendieron "desde el punto de vista arquitectónico" las necesidades de los habitantes de Villa Jardín, después de lo cual diseñaron una residencia adecuada y pensada desde sus tradiciones, el terreno y el desarrollo financiero.

Con la puesta en marcha del proyecto, este será uno de los barrios de Manizales con una panorámica privilegiada, pues desde allí se puede observar el suroriente, la reserva de Río Blanco "reconocida internacionalmente por sus especies únicas de aves", la avenida Santander y el cerro Sancancio.