Vivienda rural, mejor en bambú

"La estructura propuesta consta de dos módulos: el primero es el área de servicios, donde se encuentran la cocina y el baño, y el segundo es el de habitaciones, con zonas tanto de descanso y espacios aptos para desarrollar actividades productivas, como para el bodegaje de los productos de consumo de la familia", explica Gustavo Adolfo Rivera Reina, magíster en Construcción de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) y miembro del Grupo de Investigación en Madera y Guadua (GIMG) de la Institución.

A partir de un estudio de la situación actual, de las problemáticas que enfrenta la vivienda rural en el país y de la caracterización del bambú como material de construcción, el investigador diseñó un modelo estructural de vivienda y una cartilla para que los habitantes de las zonas rurales determinen las características que se adapten a sus condiciones particulares.

Él comenta que "según estudios de la Misión para la Transformación del Campo, encontramos que el déficit habitacional rural en Colombia es superior al 55 %, y que si se los mecanismos de gestión de vivienda actuales continúan tomaría alrededor de 143 años solucionar este déficit".

Agrega que "aunque el Gobierno ha intentado realizar propuestas para solucionar el problema, las únicas que se han implementado son referentes de modelos urbanos de vivienda implantados a un contexto rural", y su diseño aporta para mejorar esta situación.

Dentro de su propuesta consideró, por ejemplo, el concepto de que la vivienda rural está estrechamente ligada a los sectores productivos, por lo que en el módulo de habitaciones incluyó el espacio de bodegaje, con dimensiones de 3 x 9 m, divididos en distancias de 3 m para equilibrar las cargas y que sea acorde con los diseños estructurales, mientras que el módulo de servicios mide 3 x 4,5 m.

Ambos espacios se pueden replicar dotando la vivienda de flexibilidad y de capacidad de ampliación a lo largo de los años, por lo que la implementación de este sistema arquitectónico permitiría configurar diferentes prototipos de vivienda con base en una misma cantidad de elementos estructurales según las necesidades de cada habitante.

Esto permite generar un modelo de construcción que proporcione mayores beneficios como reducción de los costos de la vivienda, facilidad de montaje, flexibilidad en el diseño, menor tiempo de construcción, y participación de las comunidades, entre otros. Esta alternativa les facilitaría a los campesinos adquirir su vivienda, y propiciaría que las mismas comunidades participen en el proceso de construcción.

Material fácil de adquirir

En el mundo existen cerca de 1.000 especies de bambú, 500 de ellas en América y 28 en Colombia. Una de estas es Bambusa vulgaris, de origen asiático y también conocida como bambú común o dorado, que pertenece a la familia de las Poáceas y desarrolla tallos que pueden alcanzar una altura hasta de 12 m y un diámetro entre 5 y 10 cm.

En Colombia prácticamente no existen estudios con este tipo de bambú, pues las investigaciones se han concentrado en la Guadua angustifolia kunth, endémica de América. Por eso el estudio del investigador Rivera para caracterizar este material es el primero del país.

"Al comparar los resultados de resistencia de Bambusa vulgaris con los de Guadua angustifolia kunth en otros estudios, curiosamente encontramos que en la primera son superiores, aunque no se trata de una diferencia significativa. Ese dato abrió paso a investigaciones para otras tesis de maestría que ahora se están desarrollando", comenta el arquitecto Rivera.

Aunque para muchos habitantes de las zonas rurales del país Bambusa vulgarias es solo maleza, el investigador considera que esta especie podría representar un gran potencial para el sector de la construcción por su resistencia y amplia disponibilidad.