Escudo de la República de Colombia Escudo de la República de Colombia
/Vínculos afectivos favorecen el desarrollo moral en los niños
Política y Sociedad

Vínculos afectivos favorecen el desarrollo moral en los niños

    La calidad de la relación madre-hijo tiene un impacto significativo en los comportamientos morales de los niños. A mayor seguridad del apego y la sensibilidad materna, más prolongadas serán las acciones que ellos realizan para aliviar o ayudar a otros. Esto sugiere que los vínculos emocionales y afectivos en las primeras etapas de la vida son fundamentales para construir un saber moral, es decir lo que es éticamente correcto y mejor.

    La moral se relaciona con las acciones de las personas desde el punto de vista del bien o del mal y en función de su vida individual, y especialmente colectiva, por eso es fundamental, pues habla de nuestras decisiones, actitudes y relaciones con los demás.

    “Este es un conocimiento social sobre las reglas y obligaciones referentes al bienestar, la justicia y los derechos, aspectos que facilitan la convivencia en sociedad”, explica Diego Fernando Bocanegra Tibaquirá, magíster en Psicología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

    En el campo de la psicología del desarrollo moral, diversas teorías buscan entender cómo las personas construyen este conocimiento a partir de sus interacciones sociales.

    Una de estas teorías es el enfoque constructivista, que destaca la importancia de las interacciones y que en los últimos años ha explorado la relación que tienen figuras significativas como padres o cuidadores en el desarrollo del conocimiento moral.

    El magíster Bocanegra estudió el desarrollo moral en niños antes de que puedan hablar con fluidez. La investigación involucró 61 diadas de madres e hijos de entre 18 y 24 meses de edad.

    La calidad de la relación madre-hijo se evaluó utilizando medidas estandarizadas y validadas como las de “seguridad del apego” y la “sensibilidad materna”, lo que permitió clasificar qué tan positiva era la relación entre los menores y sus cuidadores.

    Para explorar el desarrollo moral, en las visitas familiares se desarrolló una dinámica que consistía en presentar situaciones con contenido moral en forma de historias o escenarios, las cuales incluían conflictos concretos.

    Por ejemplo, la primera historia muestra una situación que transgrede de forma evidente el bienestar de uno de los personajes; la segunda ilustra una acción de ayuda entre los personajes, y la tercera incluía a una niña golpeando a un niño con un balón. Así, se evaluó cómo respondían los niños a estos escenarios y expresaban su preocupación por el bienestar de otros.

    “Durante el ejercicio, muchos niños se utilizaron a ellos mismos como referencia, mostrando empatía con los personajes del cuento. Por ejemplo, si un personaje era golpeado en la cabeza, los niños se tocaban su cabeza, lo que permitió deducir comprensión y preocupación”, explicó el magíster.

    A lo largo del estudio se realizaron dos visitas a cada familia para un total aproximado de 130 visitas. En ellas se grabó la interacción para observar las conductas “moralmente orientadas”, término propuesto por el investigador, y la seguridad del apego en los niños. También se registraron las conductas de las madres –en especial aquellas asociadas con un conocimiento moral– y la orientación emocional ante las situaciones presentadas.

    “Algo significativo que encontramos estadísticamente tiene que ver con las variables de apego, con la conducta moralmente orientada de procurar alivio”, puntualiza el psicólogo.

    Esto quiere decir que, a mayor puntuación en estas variables del apego que identifican la calidad de la relación madre-hijo, había mayor duración en las conductas en las que los niños se involucraban para aliviar a los personajes, como acariciar el cuento, por ejemplo.

    Según el experto, “las acciones en las que las madres facilitan o resaltan el contenido moral de ciertas situaciones promueven que su hijo muestre conductas y emociones moralmente orientadas”. Esto indica que, desde temprana edad, los niños muestran preocupaciones por el bienestar de los demás y empiezan a construir las bases de lo que será su conocimiento sobre la injusticia y derechos.