Como vicepresidente de la Asociación de Víctimas de MAP y MUSE " Unidos por la vida, en Caquetá, Chaux apoya a alrededor de 78 víctimas directas de minas y 193 indirectas, y es uno de los participantes en el primer Foro Regional sobre Víctimas que se adelanta en Villavicencio.
Desde su vivencia como víctima y a la vez como persona en condición de discapacidad está consciente de que el avance hacia el fin de la violencia es mediante la verdad, la justicia, la reparación y el perdón a quienes les hicieron daño.
Él forma parte de las 500 personas que se dieron cita en la capital del Meta con miras a aportar propuestas concretas para la consecución satisfactoria de los acuerdos de paz que, en su opinión, deben incluir la erradicación completa de las minas antipersonal.
En el foro, organizado por la ONU y el Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la Universidad Nacional de Colombia, se están abordando aspectos como el enfoque de derechos, el principio de reconciliación, la participación de víctimas, el esclarecimiento de la verdad, las garantías de protección y seguridad, entre otros. De igual forma se incluyen víctimas de desplazamiento, abandono, despojo, masacres, violencia sexual y minas antipersonal.
Este último es un tema de coyuntura, tomando en cuenta que en Colombia, entre noviembre de 2012 y marzo de 2014, un promedio de 28 personas por mes fueron víctimas de este hecho, además de las confrontaciones bélicas mensuales que pueden llegar a 61 ataques, según cuenta el coordinador residente y humanitario de la ONU, Fabricio Hochschild.
Por su parte, Chaux sostiene que si no se quitan las minas, luego de la firma del acuerdo, continuarán estas tragedias. "Para que no haya repetición, las FARC deben comenzar a desminar y a indicar dónde enterraron los artefactos porque son los únicos que lo saben".
Pero no solo desde el orden público hay peripecias y obstáculos, sino también desde lo sociolaboral, ya que en el caso de Caquetá, por ejemplo, el subempleo y el llamado "rebusque" imperan en la población.
"Muchos nos dedicamos al mototaxismo, por ejemplo. Otros venden alimentos o incluso sobreviven de la caridad de la gente", asegura.
Y agrega: "El Estado colombiano firmó el Convenio de Ottawa en 1997, donde se comprometía a la reincorporación sociolaboral de las víctimas de minas antipersonal. Lamentablemente eso no se ha cumplido del todo".
Además de Chaux, estuvo presente en el foro, también como víctima, Ismaelina Burbano, proveniente del Cauca y residente en Bogotá por motivos de desplazamiento. En su caso, la dificultad más grande para conseguir trabajo es precisamente haber perdido una extremidad inferior.
Como ellos hay diferentes tipos de víctimas que buscan contribuir a un mejor país a partir de las propuestas que construyan, las cuales pueden ser llevadas a la mesa de conversaciones.
Este primer foro regional culminará mañana sábado al medio día con un acto de dignificación de las víctimas.