El uso de combustibles es una de las fuentes más importantes de contaminación en el Valle y por ello se viene trabajando en el control de las emisiones. Los aspectos que rodean la problemática son tres: la tecnología de los motores, el mejoramiento de la calidad de combustibles diésel y gasolina, y un cambio cultural en el consumo y la conciencia ambiental.
Guillermo Alzate, profesor de la Escuela de Procesos y Energía de la Facultad de Minas, indica que "el Estado debe tener iniciativas muy claras y conversar con el gremio de transportadores, con la ciudadanía y los concesionarios" sobre el salto tecnológico que debe hacerse en motores, pues estos deben mejorar en procesos pre, durante y poscombustión.
"Es indispensable una programación clara de chatarrización y cambio tecnológico, además de la incorporación de nuevos parques automotores que cumplan con las exigencias de la ley del planeta", apunta Alzate.
Respecto al mejoramiento de los combustibles, Ecopetrol se comprometió con el Área Metropolitana a entregar combustibles reducidos (programáticamente) en contenidos de azufre. Esto con el objetivo de mejorar la calidad del aire sobre todo en lo que tiene que ver con material particulado.
Carmen Elena Zapata, directora de Calaire, señala al respecto: "Ecopetrol ha invertido en plantas de desulfurización para la refinería que empezaron a funcionar el año pasado. En este momento ya están produciendo ese diésel y esa gasolina que hasta el año pasado tenía 1.000 partes por millón y en este momento cuenta con 300 partes por millón".
En algunos países del mundo como Italia e Inglaterra se han empezado a utilizar combustibles de 10 partes por millón. Incluso, existe un movimiento que busca que el transporte público utilice hidrógeno, pues las emisiones resultantes serían de vapor de agua. Sin embargo, es una tecnología aún muy costosa.
Este mejoramiento en la calidad de los combustibles debe ser el complemento de un salto tecnológico en los motores de la ciudad. Todavía están en circulación muchos carros antiguos que no tienen la tecnología para procesar adecuadamente estos combustibles.