Validación internacional para prueba que evalúa potencial de los residuos orgánicos para producir metano
El potencial bioquímico de metano sirve para determinar si la “biomasa residual” se puede aprovechar en la producción de biometano, “es decir si el residuo orgánico generado por procesos agroindustriales, industriales, forestales, plazas de mercado, restaurantes e incluso la materia orgánica producida en los hogares es susceptible de degradarse y producir biogás”, según explica la profesora Luz Stella Cadavid Rodríguez, directora del Grupo de Investigación Prospectiva Ambiental de la UNAL Sede Palmira.
La académica ha liderado investigaciones que han permitido obtener biogás a partir de residuos de la pesca artesanal y formó parte del proyecto de construcción de la primera planta piloto de este producto en Tumaco; también ha dirigido estudios para analizar los residuos tanto piscícolas como del cacao y el plátano en Arauca, y del estiércol de cerdos en el Valle del Cauca.
La prueba del PBM ofrece una solución sostenible a las industrias, ya que el inadecuado manejo de los residuos orgánicos genera gases de efecto invernadero y contamina los suelos y el agua, problema con altos costos ambientales y económicos; hasta hace poco en Colombia su elaboración se contrataba con otros países.
La prueba se realiza siguiendo los altos estándares de calidad recomendados por la Asociación Internacional del Agua (IWA) y el protocolo alemán VID 4630, que le han permitido al Laboratorio de la UNAL Sede Palmira obtener resultados con más de 95 % de confiabilidad.
Este cuenta con dos equipos de última tecnología con capacidad para montar 30 unidades experimentales y con investigadores expertos que le dan el soporte técnico al desarrollo y a la interpretación de la prueba. Están en la posibilidad de evaluar hasta 6 muestras al mes. Los resultados del potencial bioquímico de metano se entregan entre 25 y 45 días después de ingresados.
Hoy en el Valle del Cauca se han registrado experiencias exitosas a partir de la prueba, en las que algunos ingenios azucareros están evaluando biomasa derivada de la caña como la vinaza y la cachaza, una muestra de la apuesta hacia la búsqueda de alternativas de generación de energía; así se evidencia el impacto práctico y la aplicación directa de las investigaciones realizadas en el Laboratorio de Investigaciones Ambientales.
Tras la validación, el Laboratorio expandirá su capacidad de servicio en Colombia. Las actividades económicas y las industrias interesadas en evaluar el potencial de su biomasa residual pueden acceder a los servicios en el correo electrónico: lscadavidr@unal.edu.co.
Uno de los aspectos más importantes del Laboratorio durante sus más de 10 años de funcionamiento ha sido su compromiso con la responsabilidad social y la colaboración estrecha con las comunidades locales en los territorios, en donde el Grupo de Investigación Prospectiva Ambiental ha desarrollado los proyectos sobre esta materia.
Como parte del proceso han trabajado con las asociaciones de pescadores artesanales y concheras que acompañaron el proceso de implementación de la planta piloto de biogás en la Sede Tumaco, en donde trabajan el escalonamiento para beneficiar a todo el municipio.
“Por cada tonelada de residuo de pesca artesanal se pueden producir cerca de 100 m3 de biogás, cifra que puede variar según las adiciones o mezclas con otros residuos orgánicos; por ejemplo, se han hecho pruebas con desechos de frutas y verduras que han ayudado a aumentar la producción de biogás”, puntualiza la investigadora Cadavid.
En Arauca se mantienen relaciones colaborativas con productores acuícolas y agrícolas locales para desarrollar el proyecto. Allí, estas comunidades aportan los residuos de la producción de cachama y tilapia, los cuales se mezclan con desechos agrícolas de cacao y plátano, productos tradicionales de esta zona y con gran potencial para producir biometano.