Iniciando la década de los 90 se registraron miles de muertes de seres humanos y especies bovinas como consecuencia de la pandemia Encefalopatía Espongiforme Bovina (BSE), conocida también como enfermedad de las "vacas locas", que afectó sobre todo a Europa.
Como se determinó que el mal lo padecían inicialmente los animales y se transmitía fácilmente al hombre por consumo de alguna de sus partes, inmediatamente el Gobierno español tomó medidas drásticas frente a la salubridad de los alimentos que se derivaban del ganado. El fin era que los ciudadanos volvieran a consumir normalmente productos como la carne, la leche y el queso, pues la baja en la demanda afectó tanto el comercio nacional como el internacional debido a las restricciones que se tomaron para que el virus no se siguiera propagando.
Fue así como desde 1997 en este continente se puso en marcha el proyecto Trazabilidad para Ganado, un proceso para monitorear a los bovinos en aspectos como manejo, alimentación, enfermedades y producción de leche, entre otros, vigilados desde el nacimiento hasta su sacrificio. De esta manera, al adquirir cualquier derivado, el comprador tiene la posibilidad de verificar la información del origen y la historia de vida del animal, proporcionada por el ganadero.
Mediante este procedimiento se logró regular el mercado interno y las importaciones que llegaban de distintos países del mundo, al tiempo que se obligó a que cada uno de los pasos de la cadena productiva del ganado fuera transparente ante los ojos del consumidor. Se cumplió el objetivo final: recuperar la confianza de los compradores.
Desde ese momento, esta ley rige a cabalidad en el continente europeo. Los productos que ingresan deben estar soportados con este sistema de información e identificación animal, que cada vez es más exigente para los exportadores, quienes debieron comenzar a buscar opciones para cumplir con estos requerimientos.
¿Y Colombia qué?
En el 2004, el Gobierno colombiano emitió la Ley 914, con la que se creó el Sistema Nacional de Identificación e Información del Ganado Bovino, un programa en el que se dispone de información sobre bovinos y sus productos. Cobija desde el nacimiento del animal, como inicio de la cadena alimenticia, hasta que llega como producto al consumidor final.
Mediante este programa se busca la permanencia y acceso a nuevos mercados, la seguridad alimentaria y la identificación del ganado bovino, soporte para el desarrollo de programas en materia de salud animal y base de información para el mejoramiento genético de la ganadería.
Aprovechando esta norma, emitida por la Presidencia de la República, desde el 2009 un administrador de sistemas informáticos de la UN en Manizales y un empresario de la región pusieron en marcha una propuesta de innovación tecnológica que promete hacer más eficiente el proceso de caracterización del ganado colombiano. La iniciativa es apoyada por el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) y Colciencias.
Una solución "Animal"
para ganaderos
Animal. Así se denomina el proyecto dedicado a realizar identificación y trazabilidad de ganado vacuno, por medio de la tecnología RFID (Identificación por Radio Frecuencia). "Se soporta en un chip electrónico que le asigna un número diferente a cada cabeza de ganado y lo guarda en una base de datos que registra información detallada de la vaca desde el momento de su nacimiento, comenta Henry Vargas de Los Ríos, profesional de la UN en Manizales y diseñador de Animal.
El chip, elaborado por estudiantes de Ingeniería Eléctrica de la UN, se inserta en el estómago de la res desde el momento en que nace y se queda allí hasta su sacrificio. Este pequeño circuito integrado envía señales a las estaciones de lectura remota (antenas), ubicadas en cada uno de los potreros de la finca y en sitios estratégicos, como la pesa o el establo.
La información obtenida de cada una de las cabezas de ganado se registra en un servidor instalado en un software. Así se puede saber cuántas raciones de comida consumió cada vaca, los litros de leche que produjo, si fueron más o menos que el día anterior, conocer el estado de salud y establecer un control de peso y de natalidad. De igual manera, almacena datos genéticos del animal, por ejemplo, la detección temprana de enfermedades como mastitis, el tiempo de madurez de preñez del animal o el tiempo de secado de la leche, y calcula exactamente la fecha de inicio y de terminación del líquido, convirtiéndose en una herramienta de ayuda para el mayordomo.
Pero aún hay más. El novedoso sistema evita que el ganado sea ordeñado antes de la hora acostumbrada. Si llegase a ocurrir, inmediatamente emite una señal que envía al celular, beeper o palm del dueño de la finca para informarle lo que está sucediendo en su hato. De esta manera se logra, dice Vargas de Los Ríos, "mejorar la calidad de la carne y la leche del bovino con el fin de exportarlas con mayor facilidad, puesto que el ganadero puede controlar lo que pasa con cada uno de sus animales".
El dueño de un hato que implemente los servicios de Animal contará con un paquete que ofrece la plataforma tecnológica, compuesta por chips para cada uno de los semovientes de la finca, antenas para cada potrero, un sistema de medición de leche automático que convierte de kilos a litros y la capacitación al mayordomo, quien es entrenado para que maneje el software y aproveche las ventajas que le trae estar apoyado en el sistema. Él es el encargado de encender todos los días el computador.
De la misma forma, si la finca tiene potreros que están muy lejos del ordeñadero, el mayordomo puede contar con un lector propio, como una palm, con el cual se puede trasladar por el terreno y a la hora del ordeño identificar la vaca que sigue e informar cuántos litros de leche debe dar.
Este proyecto no tiene similares. El más parecido es el Sistema de Identificación e Información de Ganado Bovino (Sinigan), ejecutado por el Ministerio de Agricultura y la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), que solo se dedica a la identificación y no tiene los otro servicios de Animal. El software se encuentra en la última fase de pruebas. Su ejecución ha arrojado como resultado un 80% de confiabilidad de la información que entrega.
Terminada esta etapa se emprendería el mercadeo del producto, inicialmente en el Triángulo del Café y posteriormente en las regiones ganaderas del país.
Sedes