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Medioambiente

Urge mayor vigilancia a carga microbiológica de aguas residuales

    Colombia tiene una cobertura inferior al 50 % en el tratamiento de aguas residuales, y ¡ojo! solo en zonas urbanas, y estas, aunque son tratadas para darles uso en el riego de cultivos de hortalizas, por ejemplo, albergan bacterias resistentes a antibióticos que están siendo analizadas por investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

    La existencia de géneros bacterianos como Pseudomonas, Yersinia, Klebsiella, Enterobacter, Aeromonas, Bacillus y Bacterroides en aguas usadas para irrigación,fue el principal hallazgo de la investigación que buscaba estimar la presencia de este tipo de contaminantes microbiológicos y antibióticos en este líquido vital, y que fue presentada en el simposio “Enfermedades emergentes y reemergentes en el contexto de la COVID-19”.

    La profesora María Clara Echeverri, del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAL, aclara que “aunque aún estamos analizando cuál es el verdadero riesgo que estas traen, es claro que como son resistentes a antibióticos, se vuelve un ciclo repetitivo y es por eso que en muchas ocasiones tenemos pacientes a los que no les están funcionando los antibióticos; este un problema porque entonces no surten efecto al tratar infecciones bacterianas”.

    También se encontró tanto en aguas como en verduras de consumo directo, protozoos intestinales humanos, parásitos que suelen provocar dolores estomacales, diarrea, náuseas, fiebre, vómito, entre otros problemas gastrointestinales. Estas suelen transmitirse de persona a persona.

    “No sería raro encontrar estos parásitos en las alcantarillas, lo que es preocupante es que están presentes en las aguas que ya han pasado por una planta de tratamiento, e igualmente están contaminando aguas superficiales y que están siendo utilizadas para el riego de alimentos de consumo directo” indicó la profesora Martha Cristina Bustos López, de la Facultad de Ingeniería, también líder del proyecto de investigación.

    Para encontrar estos microorganismos, investigadores del Laboratorio de Aguas de la Facultad de Ingeniería y del Laboratorio de Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAL, realizaron dos campañas de muestreo de aguas durante un año, una en temporada seca y otra en temporada de lluvia.

    Se recolectaron 96 muestras de seis sitios seleccionados estratégicamente. Este proceso, indicaron las expertas, se realizó según el procedimiento de muestreo LIA PT - 002 del Laboratorio de Ingeniería Ambiental, que cuenta con acreditación del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam).

    Así, hicieron una medición de pH en el lugar de muestreo,también de la temperatura, conductividad y oxígeno disuelto mediante sondas multiparamétricas calibradas, herramientas que ayudan a medir y monitorear la calidad del agua.

    En cuanto al muestreo de hortalizas, al azar se tomaron 120 lechugas, espinacas y apios cultivados en la zona de estudio, las que se analizaron para analizar parásitos y residuos antibióticos.

    Mayor seguimiento

    La carga microbiológica de las aguas residuales es preocupante, así lo aseguran las profesoras, “es muy mala, muy deficiente, todos los años se ve que se mantiene o empeora, mas no mejora”.

    Este proyecto que tuvo una duración de alrededor de cuatro años, y que contó con la financiación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, está en fase de análisis de resultados y uno de los grandes propósitos es que, a través de los datos obtenidos, se puedan realizar otras investigaciones en torno al seguimiento de las aguas.

    “La descarga de agua residual tratada o sin tratar está ocasionando un impacto que hasta ahora se está empezando a evidenciar, y este es un problema local. Los datos que generamos en esta investigación y que esperamos hacerlo con otras, son fundamentales para llegar a una evaluación del riesgo contundente en torno a esta problemática” concluyó la profesora Bustos.