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Salud

Urge diseñar un plan nacional de demencia

    El acceso al sistema de salud, la capacitación a profesionales de la salud, y la atención psicológica, son 3 de las 10 necesidades que se deben resolver para la población que sufre esta enfermedad. Así lo evidencia un estudio del Doctorado en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) realizado entre 2021 y 2022 en el que participaron 334 personas, entre ellas 257 cuidadores, 49 profesionales de la salud y 28 con demencia leve. Es prioritario darles voz a quienes están siendo invisibles para la sociedad.

    Aunque en Colombia existe una ley para la atención mental, se requiere de una política pública concreta para el manejo integral de la demencia que incluya tanto a pacientes como a cuidadores y profesionales.

    Las 10 necesidades multifactoriales en la demencia evidenciadas en el estudio incluyen capacitación; atención y acceso a salud; movilidad; riesgos tanto locativos como ambientales, legales, ocupacionales, laborales, patrimoniales, psicológicos, conductuales y socioculturales; respiro; y creencias y valores que permitirían crear rutas integrales en el sistema de salud y diseñar un plan nacional de demencia para esta población.

    Para el estudio se realizaron entrevistas semiestructuradas y grupos focales en La Guajira, Barranquilla, Santander, Antioquia, Cundinamarca, Bogotá, Manizales y Cali.

    La neuropsicóloga Sara Romero Vanegas, doctora en Salud Pública de la UNAL, explica que “esta investigación es relevante porque busca darles voz a las personas que están siendo invisibles para la sociedad en Colombia y para los decisores. Además, las necesidades trascienden el diagnóstico y la medicalización de la enfermedad, ya que afecta el núcleo familiar y social de la persona en condición de demencia”.

    La demencia abarca un conglomerado de patologías neurodegenerativas que no tienen cura y cuyo diagnóstico y tratamiento exceden la capacidad de respuesta del sistema de salud, las familias y los cuidadores de las personas con esta condición.

    Existen más de 200 tipos de demencia, entre las cuales la más común es la enfermedad de Alzheimer, que causa deterioro cognitivo, alteración en el comportamiento social y pérdida del control emocional, entre otras afectaciones.

    La voz de los ausentes

    Uno los principales hallazgos de la investigación es que el 96 % de los entrevistados consideran que es necesario que los profesionales de la salud reciban una mayor capacitación en cuanto a herramientas de atención humanizada.

    Además, los cuidadores y la población en general deben recibir capacitación sobre estas patologías, pues en ocasiones su desconocimiento genera miedo y tabúes que hacen que la sociedad no sea lo suficientemente empática con las personas con esta condición y con quienes los cuidan.

    “Gracias doctora Sara por escuchar mi historia, por no ignorarme como lo hace el médico cuando voy a la consulta”, menciona José, paciente con demencia desde hace 4 años.

    Así mismo, el 96 % de los participantes mencionaron que los pacientes con Alzheimer temprano (antes de los 65 años) o tardío (después de los 65 años) deben recibir mínimo una terapia psicológica semanal, pues es importante que puedan expresar sus pensamientos, sentimientos y emociones durante este largo y desconocido proceso, y recibir el apoyo y la orientación adecuada.

    También resaltaron que es importante que el cuidador tenga herramientas emocionales, de respiro y capacitación para hacerle frente al reto que demanda la labor de cuidado.

    “Yo soy una persona que tiene una historia de vida, pero a veces cuando mi memoria se ausenta, otros deben recordarme quién soy, qué me gusta y qué hago aquí... eso es muy duro”, menciona Jorge.

    Por otra parte, el 89,3 % de los entrevistados consideran que el sistema de salud en el país debe generar mejores estrategias que reduzcan la brecha de desigualdad, pues se evidencian diferencias de atención y acceso según el régimen de salud, la localidad geográfica y el estrato socioeconómico, lo cual trae implicaciones como un mayor deterioro de la persona o un diagnóstico tardío que imposibilita tomar medidas oportunas que puedan minimizar la progresión de la patología, resalta la doctora Romero.

    Cuidados a tener en cuenta

    Adquirir hábitos saludables como hacer actividad física al menos tres veces a la semana, estimulación cognitiva (aprender cosas nuevas), una alimentación sana y contacto social, dormir bien y controlar los niveles de estrés, es clave para tener una vejez activa y mitigar riesgos de patologías demenciales.

    Los cambios de comportamiento, la pérdida de memoria o las dificultades en la orientación son signos de alarma a los cuales se debe prestar atención para acudir al especialista.

    “Colombia no dispone de registros poblaciones recientes que den cuenta de la real magnitud de la demencia en el país, ni rutas integrales de atención, lo cual hace que no haya una política publicada de cuidado dirigida a esta población”.

    “La prevalencia de esta enfermedad va en aumento teniendo en cuenta el crecimiento del número de habitantes considerados adultos mayores y Colombia se está quedando corta en medidas para abordarla”, concluye la doctora Romero..