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Ciudad y Territorio

Urbanizaciones de manzanas abiertas mejoraría calidad de vida urbana

    Este diseño urbanístico permitiría crear espacios urbanos de calidad que contribuyan a equilibrar la densidad poblacional de las ciudades a través de figuras de diseño urbanístico como la “manzana abierta”, es la propuesta de un investigador de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) para solucionar problemas como la congestión.

    La manzana abierta es, en esencia, un elemento híbrido conciliador, que guarda un equilibrio entre el área edificada y los espacios libres, ya que recupera el valor de la calle y la esquina tradicional, respetando la autonomía de los diferentes edificios. Esta composición permite una mayor iluminación y ventilación natural mientras que la relación entre lo público y lo privado se difumina a través de los caminos que atraviesan las manzanas, recuperando la escala del peatón.

    En su investigación “La manzana abierta en la renovación urbana de espacios industriales”, el arquitecto Andrés Vicente Mazo Devia, magíster en Diseño Urbano, diseñó diferentes tipologías urbanísticas para la construcción de la Urbanización El Ejido - Sector Norte, en Puente Aranda, Bogotá.

    Se diseñaron tres modelos espaciales: uno con el concepto tradicional, con un índice de construcción alta pero con la desventaja de que no ofrece muchos espacios libres después de haber aprovechado todo el potencial de edificabilidad posible.

    En el segundo se plantea una barra que arroja como resultado el 25 % de área libre solicitada, lo que impacta en la cantidad de metros cuadrados que se pueden desarrollar, pero que garantiza un área no edificada.

    Y con el tercero, el modelo de manzana abierta, se propone desarrollar menos predios y construir espacios no edificados completamente definidos por los edificios tanto nuevos como los que se van a conservar en el interior de la manzana, garantizando un equilibrio entre las áreas desarrolladas y las reservadas para ser no edificadas, lo que permite mejorar la calidad espacial de los habitantes del sector.

    “Este concepto es un híbrido entre dos tipologías que permiten utilizar las virtudes de ambas soluciones: tanto la habitabilidad de las edificaciones y del espacio urbano como la delimitación de este último”, asegura el arquitecto Mazo.

    Para incluir en los POT

    El investigador de la UNAL plantea que aunque es urgente solucionar las necesidades de vivienda y de infraestructura comercial, también es importante incorporar en los planes urbanísticos un equilibrio que derive en mejor calidad de vida para los ciudadanos.

    “Tanto en el marco normativo de la construcción urbana como en los Planes de Ordenamiento Territorial se deberían incluir normas que garanticen el equilibrio entre las edificaciones y el espacio público, en un porcentaje de 50-50%”.

    “El modelo no solo es aplicable en los nuevos barrios y urbanizaciones, sino también en aquellos espacios que se han deteriorado pero que son susceptibles de ser renovados o intervenidos para aprovecharlos en actividades urbanas contemporáneas”.

    “Mi inquietud fue: ¿cómo hacer espacios urbanos de calidad? Lo que hemos podido ver es que lamentablemente prima el interés de promotores urbanos, quienes tienen lógicas económicas particulares y que actúan en la ciudad bajo esa premisa y sin importar las calidades espaciales que se están materializando”, señala el investigador.

    Muchos sectores de las ciudades presentan congestión, es decir, amontonamiento o acumulación; en el urbanismo es la concentración de actividades urbanas y el déficit de servicios e infraestructura. Esto se puede evidenciar en sectores que tienen altas ofertas comerciales y que no cuentan con espacios adecuados para contener y dirigir todos los flujos de movilidad que se generan por la gran cantidad de población flotante. También en las áreas residenciales que tienen un volumen de habitantes superior al que puede soportar su infraestructura de movilidad.

    Esto conlleva problemas como tráfico excesivo, ruido, falta de oportunidades de recreación y estrés, entre otros.

    Modelo ideal

    El magíster afirma que “el modelo es aplicable a todo el país y no depende del relieve del terreno o de la ubicación del predio; su aplicación deriva más de la determinación de los gobiernos y la motivación de los constructores”.

    Señala además que “actualmente los parques o zonas verdes son el espacio que le sobra al constructor, el que considera no edificable, pero con este concepto lo que se hace es reorganizar las edificaciones en torno a un espacio que será público. No se le va a quitar espacio de áreas útiles a los proyectos de desarrollos, simplemente es organizar el espacio. Es un ejercicio realmente muy sencillo a nivel conceptual, pero que lamentablemente no se promueve”.

    Países como Francia han basado sus renovaciones urbanas en este concepto con excelentes resultados; por eso la idea en diseño urbano es que en Colombia también se pueda aplicar y darle a la ciudad y a quienes la habitan entornos menos estresantes y que definitivamente reafirmen la apropiación por su ciudad.