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Salud

UNAL trabajará en proyecto pionero para tratar la artrosis con terapia celular

    La Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y el Instituto Distrital de Ciencia, Biotecnología e Innovación en Salud (IDCBIS) recibieron el aval del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) para iniciar un estudio que utilizará células fundamentales para regenerar el cartílago de la rodilla, el cual se va deteriorando con el tiempo en las personas que padecen esta condición.

    El éxito de esta investigación ofrecería una alternativa innovadora a los tratamientos convencionales para la artrosis, enfermedad que afecta alrededor del 10 % de la población colombiana y que se caracteriza por el desgaste que sufre el cartílago articular, es decir el tejido que cubre los extremos de los huesos en las articulaciones para amortiguar los impactos que se producen durante el movimiento.

    Aunque tradicionalmente la artrosis se ha tratado con analgésicos o prótesis articulares, en casos severos, estos métodos tienen limitaciones y por eso es necesario encontrar otras alternativas de tratamiento.

    El profesor Jorge Rolando Ortiz Morales, ortopedista de la Facultad de Medicina de la UNAL y líder de este innovador estudio, explica que “los medicamentos actuales alivian los síntomas pero no detienen la progresión de la enfermedad, y las prótesis, aunque son efectivas, conllevan riesgos quirúrgicos y no siempre satisfacen plenamente a los pacientes”.

    Con este estudio, que iniciaría en las próximas semanas, los investigadores se proponen recuperar el cartílago articular de personas con osteoartrosis de rodilla, quienes además del dolor presentan dificultades para flexionar, extender o hacer otros movimientos con esta articulación tan importante para caminar.

    El tratamiento que se probará pretende utilizar las células mesenquimales (conocidas como células madre) extraídas de cordones umbilicales, por su potencial regenerador, las cuales se cultivarían en laboratorio y se inyectarían directamente en la articulación afectada.

    “Las células mesenquimales, por ser células de la grasa, el músculo, el ligamento y el tendón, estimularían en este caso las colonias de condroblastos (que producen la matriz del cartílago) para que se dé una reparación del tejido”, explica el profesor Ortiz.

    Una de las innovaciones del estudio es el uso de tecnología de punta para evaluar los resultados, como por ejemplo un resonador magnético de última generación equipado con el software Cartilan, que permitirá visualizar el cartílago en 3D y medir los procesos químicos de las células que están dentro él, lo que se conoce como actividad metabólica.

    “Podremos ver no solo la estructura del cartílago, sino también si las células están activas y reparando el tejido”, explica el investigador.

    El ensayo clínico se enfocará en pacientes de entre 18 y 50 años, un grupo para el cual las opciones de tratamiento son limitadas. En pacientes jóvenes preferimos evitar las prótesis, por eso si logramos retrasar la progresión de la artrosis en este grupo, el impacto sería enorme”, comenta el doctor Ortiz.

    Explica además que la prevalencia de la artrosis en Colombia es alta por factores como la obesidad y los deportes de alto impacto. Las personas que presentan la enfermedad también afrontan dificultades para movilizarse en una ciudad como Bogotá, que crece verticalmente.

    “Nosotros hablamos de que es un problema de salud pública porque afecta la calidad de vida de millones de personas y genera altos costos para el sistema de salud”, enfatiza.

    Por eso las expectativas del proyecto son altas. Si los resultados son positivos, el tratamiento mejoraría significativamente la calidad de vida de los pacientes, y reduciría tanto el consumo de analgésicos como la necesidad de practicar cirugías costosas. En pocas palabras, lo que se pretende es que la artrosis no sea una sentencia de dolor crónico e incapacidad.

    “El camino hacia la aprobación de este estudio no ha sido fácil. El protocolo de investigación se presentó en abril de 2023 y más de un año después el Invima expidió la autorización para su inicio. “Esperamos que estas células estimulen la reparación del cartílago y modifiquen el curso de la enfermedad”, concluye el doctor Ortiz.