UNAL trabajará en el Reglamento de Extensión para lograr un mayor impacto social
La extensión universitaria, especialmente en América Latina, tiene sus raíces en la histórica Reforma de Córdoba de 1918, que impulsó la idea de que las universidades deben tener un papel activo en el mejoramiento de la sociedad.
Este enfoque propone que las instituciones no solo eduquen a sus estudiantes, sino que además estén conectadas con la comunidad y compartan sus conocimientos para ayudar a resolver problemas sociales. En la UNAL la extensión ha sido desde siempre una parte fundamental de su misión, ya que busca acercar el conocimiento académico a las necesidades de la sociedad.
Para fortalecer esta función, la UNAL creó un Comité compuesto por representantes de todas las Facultades y Sedes de la Universidad, incluyendo estudiantes y profesores, con el propósito de escuchar las necesidades y opiniones de toda la comunidad universitaria.
“La idea es que el Comité sea una voz inclusiva que asegure que los intereses y particularidades de cada Facultad y cada Sede se tengan en cuenta. El Comité busca entender cómo funciona realmente la extensión en toda la Universidad, y que esta incluya las necesidades de formas diferenciales”, explica la profesora Alejandra Jaramillo, Directora Nacional de Extensión.
Después de esta jornada de dos días que inició hoy, el Comité tiene la misión de reunirse semanalmente para revisar propuestas y consultarle a la comunidad universitaria, asegurando así que el nuevo Reglamento de Extensión refleje las particularidades de cada Facultad y cada Sede.
Uno de los elementos esenciales de este proceso es la metodología participativa. Durante el primer año el Comité trabajará en el diseño del Reglamento de Extensión, presentando propuestas de forma transparente y asegurando que cada decisión pueda ser consultada y revisada por la comunidad académica.
La profesora Jaramillo explica que “con este enfoque los miembros del Comité pueden ajustar las propuestas a medida que avanzan, asegurando así una construcción conjunta, donde la comunidad universitaria conozca y valide cada paso”.
Por su parte, la profesora Nubia Janeth Ruiz, vicerrectora de Investigación, destaca que en estos procesos es esencial encontrar un balance entre la proyección del conocimiento y la generación de recursos. “La extensión debe ser el eje articulador de la docencia y la investigación. Los conocimientos desarrollados por la Universidad deben ser producidos haciendo uso de la autonomía y de su acceso a ser universalizados”.
“Todo el acervo de ciencia, tecnología, creación, política y acción que aporte al avance de la sociedad debe estar al servicio de todos los estamentos económicos y sociales que lo necesitan, sin que la Universidad pierda su condición de propietario de la propiedad intelectual”, concluyó.
“Este proceso es una oportunidad para que estudiantes y profesores participen activamente en proyectos que tienen un impacto directo en la sociedad. Para tener un impacto significativo, el conocimiento que se genera en la universidad debe estar en diálogo constante con la comunidad”, manifiesta la profesora Ruiz.
Además, el nuevo Reglamento buscará integrar la extensión con el currículo universitario para que los estudiantes puedan participar activamente desde sus cursos. Esto permitirá que los futuros profesionales se conecten con las necesidades de la sociedad desde su formación, y así puedan generar un círculo de aprendizaje en el que la docencia, la investigación y la extensión se apoyen.