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UNAL Sede Medellín, entre las universidades que menos CO2 emite por persona

    En los tres campus la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín (El Río, El Volador y Robledo) se generaron 7.250 toneladas de CO2 –o dióxido de carbono– en un año, lo que significa que en sus actividades cotidianas aportó una huella de carbono de 0,432 toneladas por persona, mientras en otras universidades del mundo han llegado a 3,5 y 6,5 toneladas.

    Los resultados de este primer estudio de huella de carbono en una sede de la UNAL fueron avalados científicamente, por lo que la aplicación rigurosa de la metodología puede ser referente para evaluar otras instituciones de educación superior (IES), e incluso ciudades.

    Natalia Andrea Cano Londoño, ingeniera biológica de la UNAL Sede Medellín y líder de la investigación, afirma que “después de levantar la información y revisar lo que se había hecho en otras IES del mundo, nos dimos cuenta de los vacíos existentes en nuestro inventario de gases de efecto invernadero (GEI)”.

    En 2019, para analizar la cantidad de dióxido de carbono emitido directa o indirectamente a la atmósfera por la Institución, se utilizaron la metodología estándar establecida en la Norma UNE-ISO 14064-1 (una ecoetiqueta que identifica el total de GEI emitidos) y el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (WRI/WBCSD), normas aceptadas y seguidas por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de las Naciones Unidas, máxima autoridad mundial en temas de huella de carbono, cambio climático y GEI.

    La búsqueda de los hallazgos consiste en evaluar modelos y datos de consumo, siendo los principales aquellos que se relacionan con los bienes y servicios que se utilizan dentro de la sede y que producen emisión de GEI.

    Así, se consideraron datos como el número de carros que ingresan cada día al campus, en este caso 3.383, con un tiempo promedio de 30 minutos por viaje, a una velocidad media de 30 km/h, lo que supone además que se trata de dos viajes por vehículo (ida y vuelta) los 205 días laborables.

    En cuanto a los viajes en metro, por ejemplo, se calculó que el 5 % de la comunidad universitaria utiliza este medio de transporte, con un tiempo promedio de 40 minutos por trayecto.

    “Frente a esto consideramos también que se trata de viajes de ida y vuelta, a una velocidad de 40 km/h (velocidad comercial del metro)”, se lee en el artículo.

    En este mismo sentido se reseñaron otras actividades características de la Sede, como el envío y la recepción de correos electrónicos (actividad que también emite GEI), las luminarias de las oficinas y los residuos que se generan en las cafeterías.

    Después de analizar los datos se estableció que en 2019 la UNAL Sede Medellín dejó una huella de carbono cercana a las 7.250,52 toneladas de CO2 equivalente (en total) a 0,432 toneladas por persona.

    Este hallazgo es favorable si se tiene en cuenta que en un año la huella de carbono de una persona con un estilo de vida promedio es cercana a las 3,5 toneladas de CO2 equivalente, a lo cual se suma que otras universidades del mundo han llegado a emitir entre 3,5 y 6,5 toneladas de CO2 equivalente por persona al año.

    Según la profesora Cano, las bajas emisiones en la Sede pueden explicarse en razón de la ubicación geográfica (clima y topografía), factores culturales (patrones de consumo y tipos de transporte), tamaño de la población, tipología (pública o privada) y PIB del país.

    El estudio se realizó en 2019 y los resultados se publicaron en la edición de julio del presente año en la revista científica Environmental Science and Pollution Research, lo que garantiza que fue revisado y avalado por pares académicos tras un proceso de verificación detallado.

    La investigadora destaca que “levantamos la información con mucha rigurosidad, tal como lo pide la metodología, y además presentamos los resultados por alcances, lo que nos permite proveer estrategias de reducción de huella de carbono de manera mucho más específica para implementarlas en los próximos años y lograr así que desde la UNAL Sede Medellín se contribuya con las metas del Acuerdo de París”.

    Agrega que “pocas IES del país han logrado publicar artículos científicos en revistas de alto impacto. Lo que logramos nosotros tiene robustez científica y eso nos permite divulgarlo entre el mundo académico”.

    “La idea es que este estudio sirva como base para implementarlo o extrapolarlo en las demás sedes de la UNAL y en otras IES, e incluso en las ciudades del país, teniendo en cuenta sus condiciones específicas”.

    El ejercicio hecho en la UNAL Sede Medellín queda entonces como el año base para seguir midiendo año a año las emisiones de GEI, lo que permitiría conocer la efectividad de las estrategias de reducción implementadas con respecto al año base, 2019.

    Esta investigación nació del compromiso y los esfuerzos que ha venido haciendo la Facultad de Minas desde el Programa de Campus Sostenible para la contribución del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Agenda 2030), especialmente en el Objetivo 13 “Acción por el clima”.