UNAL Sede Caribe, a la expectativa por su comunidad académica
La isla de Providencia sufrió la mayor afectación, con un 98% de destrucción en su infraestructura. Fotos: Adriana Santos - Sede Caribe.
En las calles de la isla de San Andrés el panorama es de árboles, postes y redes eléctricas caídas, además de casas destechadas.
Las comunicaciones y la conectividad son otros aspectos críticos en el Archipiélago. En Providencia solo funcionan algunos teléfonos satelitales.
La infraestructura de la UNAL Sede Caribe no presentó mayores daños. La poda de árboles cercanos fue clave para mitigar el impacto.
En los próximos días se esperan problemas asociados con la disponibilidad de agua, pues muchos tanques se volcaron.
Las directivas de la UNAL continúan en la búsqueda de los miembros de su comunidad académica que aún no se reportan.
Así lo dio a conocer la profesora Adriana Santos, directora de la UNAL Sede Caribe, cuyo campus se encuentra ubicado en la isla de San Andrés, golpeada por el huracán que alcanzó la categoría 5 en su paso por el Archipiélago.
La profesora Santos indica que se está haciendo un sondeo de la infraestructura y de la comunidad académica, para saber cómo se encuentran después del impacto del huracán, tanto en San Andrés, como en Providencia y Santa Catalina.
En los casos específicos de las profesoras Ana Isabel Márquez y su familia, y Maureen Hooker, quienes se encontraban en Providencia, las autoridades informaron que se encuentran bien y que la docente Hooker será traslada a San Andrés en un vuelo humanitario.
Por lo pronto, la UNAL Sede Caribe suspenderá las clases esta semana, ya que el sondeo realizado indica que muchos estudiantes no tienen conectividad. Las directivas siguen intentando establecer comunicación con los miembros de los que aún no se tienen reportes.
Desde la Universidad se ha constituido el Comité de Respuesta de Huracanes, con participación de la directora Santos, la profesora Dolly Montoya Castaño, rectora de la UNAL, el grupo de vicerrectores generales, vicerrectores y directores de las distintas sedes, decanos y expertos, como el profesor Omar Agudelo, del Centro de Estudios para la Prevención de Desastres (Ceprevé) de la Institución.
El docente señala que “tras esta búsqueda tenemos información de la mayoría de nuestros funcionarios en la isla de San Andrés, profesores, administrativos, contratistas y del grupo de estudiantes, y ya nos hemos comunicado con varios de los egresados”.
La mayor parte de los miembros de la comunidad académica están bien, aunque ya se tienen reportes de seis personas que han sufrido un fuerte impacto en sus viviendas, cuyos techos están destruidos.
La situación más preocupante se concentra en los habitantes de la isla de Providencia, pues fue la que recibió el mayor impacto y están incomunicados, lo cual genera más incertidumbre, pues solo están funcionando unos pocos teléfonos satelitales.
Según el balance, la infraestructura de la Isla presenta un 98 % de destrucción. La UNAL Sede Caribe reporta que hasta el momento se tiene reporte de 5 de los 7 estudiantes del Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama) que se encontraban en la isla. “Aunque están bien sus familias perdieron sus casas y ahora están en viviendas provisionales; por el momento no sabemos de los demás colegas y de los varios egresados que tenemos allí”, manifiesta la profesora Santos.
Para intentar comunicarse con quienes se encuentran en Providencia, la UNAL escribió a la Gobernación, la Alcaldía y la Dirección General Marítima (Dimar) y ha reportado la situación a la Radio Nacional, a la red de emergencias de la isla y a la Cruz Roja Internacional, organismo que está compilando las listas de búsqueda de las personas afectadas.
Por otro lado, se ha sabido que algunos miembros de la comunidad universitaria con los que se ha trabajado en investigación y en trabajos de campo están bien, pero el impacto en sus casas ha sido grave. Además, a pesar de que varios de los pescadores y sus familias están bien, hay un grupo de pescadoras del que todavía no se tienen reportes.
Aunque en la isla de San Andrés los impactos fueron menores que los de Providencia, también hubo inundaciones, muchas casas perdieron sus techos, partes de infraestructura están sobre las vías y barrios, y hay muchos árboles caídos.
“En el Jardín Botánico, se cayeron 26 árboles”, dijo el profesor Jairo Medina, quien trabaja con su equipo para evaluar la situación y ver las mejores alternativas.
Los daños de infraestructura en la Sede Caribe fueron menores: se perdió parte del shingle del techo, una parte de materiales y algunos perfiles (bordes en las estructuras de la fachada).
“Estamos atentos a apoyar las acciones desde nuestro conocimiento y de la experiencia acumulada en otros desastres, como la participación en la gerencia del proyecto de rehabilitación y reconstrucción de Armero y de Mocoa, y del huracán Beta, que pasó por San Andrés en 2005”, señala la profesora Santos.