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Salud

UNAL participa en investigación que busca mejorar la atención en salud mental en el sur de Bogotá

    Las localidades de Kennedy y Ciudad Bolívar reportan altas cifras de trastornos de ansiedad y depresión, por lo cual investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y de las Subredes Integradas de Servicios de Salud Sur y Sur Occidente, de la Secretaría de Salud de Bogotá, iniciarán un estudio en 8 localidades del sur de la capital para evaluar la cobertura de los “entornos cuidadores” que forman parte del Plan de Intervenciones Colectivas (PIC), enfocado en la promoción de la salud mental.

    El PIC opera a través de cinco entornos de vida cotidiana: hogar, laboral, educativo, institucional y comunitario, cada uno de los cuales implementa acciones específicas para abordar la salud mental desde distintos enfoques. En el ámbito del hogar, por ejemplo, se aplica un plan de cuidado familiar, mientras que en el laboral se promueven buenas prácticas en salud y seguridad en el trabajo.

    David Santos, coinvestigador e integrante de la Subred Sur, señala que “evaluaremos la efectividad del PIC, un programa integral de salud pública implementado por las Redes Integrales de Prestadores de Servicios de Salud. Queremos determinar si las estrategias actuales están teniendo el impacto deseado tanto en la promoción del bienestar mental como en la prevención de trastornos mentales en la población”.

    Por su parte, la profesora Lorena Chaparro, de la Facultad de Enfermería de la UNAL y una de las investigadoras, destaca que se podrán documentar las intervenciones y los efectos que estas han tenido. "Por ejemplo, las intervenciones de adopción del rol se hacen partiendo de clarificar cuál es el papel que desempeña el cuidador (con educación y preparación para el mismo),  luego se realiza una modelación donde se enseñan actividades iy juego de roles en el cuidado; y, por último, hay un ensayo donde se pone a prueba el ejercicio y se recibe acompañamiento profesional e institucional".

    Es decir, agrega, "que las intervenciones están dirigidas a adoptar el rol de cuidadores, que en muchas ocasiones se comparte con otros, como ser trabajadores, esposos, padres o madres, y a desarollar habilidades para afrontar la experiencia y disminuir la ansiedad, la depresión, la soledad y la sobrecarga".

    Las expectativas son altas, pues un aspecto crucial de la investigación es su potencial para influir en la toma de decisiones en política pública. Los resultados se presentarían a la Alcaldía y a la Secretaría de Salud de Bogotá, con el objetivo de informar futuras estrategias en salud mental. “Esperamos que nuestros hallazgos ayuden a determinar si el modelo actual se debe mantener o si se requieren ajustes para mejorar la atención en salud mental”, añade la profesora Chaparro.

    La investigación, que se desarrollará durante 15 meses, se enfocará en las localidades de Ciudad Bolívar, Usme, Tunjuelito y Sumapaz, que forman parte de la Subred Integrada de Servicios de Salud Sur ESE, así como en Kennedy, Bosa, Puente Aranda y Fontibón, localidades atendidas por la Subred Integrada de Servicios de Salud Sur Occidente ESE.

    Creciente preocupación

    La salud mental es una preocupación creciente en ciudades del mundo como Bogotá, que en los últimos años, y especialmente luego de la pandemia por Covid-19, ha registrado un aumento significativo en la prevalencia de trastornos mentales como ansiedad, depresión, ideación suicida, trastornos del sueño, alteraciones en la conducta alimentaria y síndrome de desgaste profesional, lo que ha puesto a prueba los sistemas de salud. Además, se ha evidenciado la necesidad de aplicar estrategias más efectivas para abordar este problema de salud pública.

    Según el Estudio de Salud Mental en Bogotá (2023), en el que se aplicaron 15.151 encuestas a hogares en las 20 localidades de Bogotá, el 12,3 % de las personas que residen en la ciudad (más de 900.000) se sienten “nada o poco satisfechas” con su estado de ánimo. Las localidades donde más se reportó esta percepción negativa fueron Chapinero (20 %) y Usme (19 %). Este estudio es realizado por la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) para la Región Andina y el Cono Sur.

    Sobre los trastornos de salud mental y del comportamiento, se obtuvo que el 10,92 % de los habitantes de la ciudad (794.648) ha sido diagnosticado con depresión alguna vez en su vida, el 9,75 % (710.808) con ansiedad generalizada y el 6,39 % (465.852) con epilepsia. Además, el 19 % (1.385.163) ha pensado o ha intentado suicidarse alguna vez, y el 0,66 % (48.116) ha recibido un diagnóstico de trastorno por consumo de sustancias psicoactivas.

    En Ciudad Bolívar el 21,33 % de las personas se encuentra en riesgo o presenta trastorno depresivo, mientras que el 26,58 % enfrenta riesgo o trastorno de ansiedad. Y más alarmante aún: el 33,52 % reportaron que les negaron servicios de salud mental, y en Kennedy, un 25,88 % de la población presenta riesgo o trastorno de ansiedad generalizada, lo que pone en evidencia los desafíos en la prestación de servicios de salud mental adecuados y asequibles.

    Seguimiento a casos

    El estudio también hará énfasis en la continuidad de la atención. Los investigadores de las Subredes de Salud y de la UNAL analizarán no solo la cobertura y pertinencia de las intervenciones iniciales, sino que también harán el seguimiento de los casos que requieren atención complementaria en el ámbito intramural, es decir dentro de la Institución.

    La profesora Sonia Carreño, de la Facultad de Enfermería de la UNAL y también investigadora del estudio, enfatiza en la importancia de considerar a los cuidadores en este estudio. “Aunque inicialmente pensamos enfocarnos en la salud mental de los cuidadores, hemos ampliado nuestra perspectiva para incluir a todos los sujetos de cuidado, lo cual nos permitirá evaluar cómo se está dando la continuidad y calidad de los cuidados en salud mental desde la comunidad hasta los profesionales de salud mental”, aclara.

    El proyecto utilizará un enfoque mixto que combina métodos cuantitativos y cualitativos. Según comentan los investigadores, analizarán las bases de datos existentes para evaluar la cobertura de las intervenciones, y además harán entrevistas con usuarios y profesionales de la salud para medir la pertinencia y efectividad de las estrategias implementadas.