UNAL gana en Washington prestigiosa competencia de arbitraje internacional

El arbitraje de inversión es una forma de resolver conflictos internacionales entre empresas privadas y Estados sin recurrir a un juez de uno de los países involucrados. En el caso de Colombia, que cuenta con tratados de inversión con diversas naciones, esta práctica se ha vuelto cada vez más relevante en los casos en que empresas extranjeras sienten que sus inversiones han sido perjudicadas y recurren a este mecanismo para proteger sus intereses.

“Cuando las empresas van a invertir en un país, generalmente revisan cuáles son las protecciones que este les otorga internacionalmente. Para crear esa confianza y promover la inversión extranjera, los Estados suscriben tratados entre ellos”, explica el profesor Carlos Miranda, director del Equipo de Arbitraje Nacional e Internacional de la Facultad de Derecho Ciencias Políticas y Sociales de la UNAL.

Agrega que, “por ejemplo Colombia tiene un tratado con España en el que ambos países garantizan que no realizarán expropiaciones o tratos injustos, entre otras actuaciones”.

Un ejemplo cercano de este fenómeno sucedió con Electrificadora del Caribe SA ESP (Electricaribe), subsidiaria de Naturgy Energy Group SA. ET, una compañía española que tenía derechos garantizados por un tratado entre Colombia y el Reino de España. Cuando Colombia intervino en la empresa, Electricaribe presentó una demanda internacional de arbitraje de inversión. Finalmente, un tribunal internacional determinó que Colombia no había violado dicho tratado en contra de la compañía.

En este tipo de procedimientos de arbitraje internacional, la empresa demandante presenta un “memorial de demanda”, documento que describe la controversia y los hechos que la sustentan; la contraparte a su vez presenta un “memorial de contestación”, y por último se presentan todas las pruebas y se da una audiencia oral, que representa la última oportunidad para que las partes convenzan al tribunal arbitral sobre su posición.

Entrenándose para el arbitraje

Los 12 estudiantes de semestres avanzados que integran el equipo de la UNAL se  enfrentaron en la competencia a un caso hipotético de una disputa entre un inversionista y un Estado que había cambiado las reglas del juego después de un acuerdo preliminar.

El profesor Miranda explica el caso: “el Estado firmó un acuerdo preliminar con un inversionista para desarrollar una infraestructura, pero después adjudicó el proyecto a otra empresa, cuando el inversionista ya había realizado el estudio de la infraestructura, y además desarrolló toda la viabilidad del proyecto e invirtió unos recursos importantes”.

Dentro de la discusión, el inversionista alegaba que lo habían tratado de forma injusta y que le habían expropiado su inversión, mientras que el Estado exponía que había actuado de conformidad con sus leyes y reglamentos internos. Según el profesor, “estos casos son frecuentes en la vida real”.

El equipo preparó ambos roles y los integrantes debieron asumirlos en las audiencias, seleccionados aleatoriamente. Obtuvieron la victoria al demostrar su habilidad para desarrollar argumentos sólidos y responder eficazmente a las preguntas planteadas por el panel de árbitros.

Detrás del logro –tercero de la UNAL– estuvo el análisis de casos reales, las indagaciones profundas sobre diferentes casos afines, el examen de tratados internacionales relevantes, antecedentes arbitrales y legislación aplicable.

Según el director del grupo, “además del aspecto académico, para estas competencias también se requieren habilidades interpersonales y de trabajo en equipo. Así se prepara a los estudiantes para enfrentar desafíos diversos en su futuro profesional”.

Además del profesor Miranda, fue clave el apoyo de los entrenadores egresados de la UNAL: Mariana Tique Álvarez, Natalia Enciso Téllez, Nicolás Suárez Castaño, José Nicolás Bolívar López, Samir Cercado de la Fuente y Miller Alexander Reina.