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Educación

UNAL desarrolla método que potencia el pensamiento crítico de los niños

    Mezclar las vivencias del estudiante y su entorno con las enseñanzas del aula de clase permite fomentar la comprensión lectora desde edades tempranas. Un método implementado por investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) en estudiantes de tercer grado de un colegio rural de Casanare demostró que sí es posible desarrollar ideas críticas frente a lo aprendido.

    Aunque el crecimiento y desarrollo de todos los niños es muy similar, cada uno tiene su propio ritmo; el temperamento, los intereses, el estilo de interacción social y la manera de aprender de cada niño son únicos e irrepetibles, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

    Por eso la formación del pensamiento crítico es indispensable para los infantes, “ya que les ayuda a autocorregirse, encontrar soluciones más rápidamente y ser capaces de hacer sus propios juicios, estimulándolos a ser creativos y autocríticos, logrando que sean curiosos y que formulen sus propias preguntas”, precisó la docente Luz Mila Arango Osman, magíster en Educación de la UNAL.

    La experta en educación, docente de la Institución Educativa Cupiagua, del Municipio de Aguazul (Casanare), evidenció las dificultades en el proceso de comprensión lectora que presentaban sus estudiantes, a través de las Pruebas Saber, en las que “el 48,7 % de los niños de tercer grado no lograron comprender e interpretar los textos en sus diferentes niveles, como el crítico o intertextual, entre otros”, añadió.

    Además de estas pruebas, también observó dicha problemática en los exámenes externos realizados habitualmente por el Ministerio de Educación, entre ellos la Evaluación Diagnóstica Formativa, el examen Evaluar para Avanzar 3° a 11° y las pruebas de lectura realizadas por el Programa Todos a Aprender (PTA), que se aplican para medir los niveles de aprendizaje y comprensión lectora en las instituciones públicas del país.

    Tras analizar los resultados de dichas pruebas, la docente desarrolló una metodología que incentiva el pensamiento crítico de los menores, ya que la falta de este en la lectura “puede llevar a los estudiantes a convertirse en consumidores pasivos de información, incapaces de cuestionar y analizar el contenido que se les presenta, lo que puede impactar negativamente en su formación integral y en su capacidad para participar activamente en su entorno social y cultural”, explicó la licenciada en Educación.

    La importancia del contexto cultural en el aprendizaje

    La investigadora se centró en analizar cómo interactúan los estudiantes con los textos trabajados en clase en tres momentos, empezando por considerar su contexto, experiencias y conocimientos previos. “Por ejemplo, si vamos a trabajar poemas de los sonidos de la naturaleza, antes de leer el texto le pido al niño que me hable de sus vivencias en el campo, cuando van a la quebrada o qué sienten, entonces ellos empiezan a contar sus vivencias con el río, las aves, los nidos, los árboles”.

    “Desde ahí empezamos no solo a escuchar las narrativas de los niños, sino también a desarrollar el proceso de interpretación crítica, aplicándolo antes, durante y después, ya que desde allí se forjan los niveles de comprensión lectora literal con preguntas orientadoras para que el niño logre expresar lo que entendió desde su mundo de saberes”, explica.

    El estudio se compuso principalmente por niños y niñas provenientes de contextos rurales, lo cual los involucra con la agricultura, la ganadería y la explotación petrolera, por eso se interesan más en los relatos relacionados con animales salvajes, tradiciones o aspectos cercanos a su cotidianidad.

    Después de esta primera charla con los estudiantes, el siguiente paso de la metodología es elegir el texto según sus intereses, motivaciones y gustos, o según las narrativas tratadas. “Ahí viene el enfrentamiento, el niño lee un texto del cambio climático, por ejemplo, entonces viene con una sombra porque él habló de su mundo, pero también verá lo que le presenta el autor en el texto, y desde allí se hace otro ejercicio de comprensión lectora desde los niveles literarios críticos”, expuso la docente.

    La creatividad de los niños, base para transformar su pensamiento

    La magíster explica que “sigue un tercer momento, que es la creación. Ya su pensamiento se ha transformado, el niño se ha impactado por el texto y lo lleva a crear un discurso nuevo”. Así los estudiantes crearon diferentes expresiones artísticas como cuentos, canciones, manualidades, dibujos o escenas teatrales, a través de las cuales comunicaban su posición frente a lo que interpretaron, ya sea con preguntas, afirmaciones o ejerciendo juicios acerca del tema tratado.

    “Se muestra un claro proceso lector al asumir distancia, extrañamiento y posicionamiento crítico. Las actividades fueron pertinentes y dieron un buen impacto”, agregó la líder del proyecto.

    Otro de sus hallazgos es que “a los niños sí les gusta leer, tienen esa capacidad de ser lectores críticos, teniendo en cuenta los niveles literal, inferencial y crítico o intertextual”. Además, la licenciada pretende seguir implementando esta metodología con el fin de formar lectores críticos que conecten los textos con su vida fuera del aula de clase.

    Por último, este proyecto espera contribuir a la formación de individuos más reflexivos en su interacción con los textos y el mundo que les rodea, pues, como concluye la investigadora Arango, “es importante que el niño desarrolle esa capacidad de cuestionarse para que aporte soluciones y pueda mejorar sus condiciones de vida”.