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Ciencia y Tecnología

Una embarcación hará más digna faena de pescadores en Guapi

    Aunque la pesca artesanal –que se realiza con técnicas tradicionales como redes o anzuelos– ha sido el epicentro de la cultura y la seguridad alimentaria en Guapi, al suroccidente de Cauca, en pleno siglo XXI se sigue haciendo de manera precaria. Pero hay buenas noticias: la comunidad afro e investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) avanzan en el diseño y la construcción de una embarcación que proteja a los pescadores durante sus arduas jornadas en altamar.

    Dependiendo de la época del año y de la especie –gualajo, corvina, pelada, pargo rojo, sierra, alguacil, bagre o ñato–, los pescadores guapireños en todas las ocasiones preparan su faena para enfrentarse al temperamental océano Pacífico, el mismo en cuyas aguas bravías el portugués Hernando de Magallanes perdió una de sus naves hacia 1520.

    En ese mar, considerado como el más grande y profundo de la Tierra, se internan entre tres y hasta siete días continuos a la semana tripulaciones indefensas, que mojadas y sin cobertura impermeable han aprendido a resistir los fuertes vientos y el agresivo oleaje. Hasta la comida se les moja, y muchas veces no pueden cocinarla en la pequeña estufa de leña o de gas que llevan.

    “Durante la faena dormimos en camas improvisadas hechas con plásticos o en tablas atravesadas en las lanchas, y además de los embates de la naturaleza también debemos lidiar con la delincuencia”, relata el pescador Sebastián Loango.

    Ellos, los pescadores de Guapi, son los más entusiasmados con el proyecto internacional e interinstitucional “Econavipesca del Pacífico: ecosistema para la navegación pesquera sustentable en el municipio de Guapi, Cauca”,que reúne a más de 30 investigadores, del que, además de la UNAL, también forman parte cuatro grupos de investigación de la Universidad del Cauca y las universidades suecas de Lund y el Real Instituto de Tecnología. Sus aportes con respecto al conocimiento ancestral del territorio y sus dimensiones culturales y ambientales forman parte de la materia prima con la que se está valorizando la pesca artesanal sustentable.

    En un ejercicio de co-creación con las asociaciones de pescadores afro Aservipesca y Renacer Guapireño, comunidad y academia, diseñan y construyen una embarcación para atender las necesidades básicas de los pescadores durante sus faenas. Así, reivindican la dignidad de su oficio y mejoran sus condiciones de vida.

    La diseñadora industrial Lesly Nathaly Quevedo Ayala, de la UNAL Sede Palmira y quien forma parte del proyecto, afirma que “las palabras ‘vida digna’ o ‘dignidad’ son importantes para todas las partes que articulan el modelo de creación de valor de la pesca artesanal en Guapi”.

    El pescador Loango anota que “quisiéramos que la embarcación incluyera espacios para dormir, cocinar, e incluso realizar nuestras necesidades fisiológicas”.

    Las embarcaciones que utilizan hoy son de fibra de vidrio, ya hay muy pocas de madera, funcionan con un motor fuera de borda –instalado en la parte exterior de la embarcación– y son propulsadas por pequeños motores de 15 caballos de fuerza; en otras oportunidades se utilizan remos.

    ¿Cómo se construye la embarcación?

    Se estima que tendrá aproximadamente 11 metros de eslora (longitud) y 4 de manga (ancho) del tipo de embarcaciones denominadas en Guapi "viento y marea" por el tamaño que tienen. “Los materiales con los que trabajarán son fibra de vidrio y madera, el proceso de manufactura se llama ‘sándwich’, que es fibra de vidrio y dentro un ‘alma’ en madera”, anota la diseñadora industrial.

    La estructura contará con una cubierta continua, una cabina con techo en el que estará el mueble de cocina y alacena para víveres, en la proa o parte delantera tendrá literas fijas o una cama básica y un espacio de almacenamiento para redes de pesca.

    Se habla de un espacio habitable porque se deben tener en cuenta los movimientos internos que hacen de tres a cuatro pescadores durante la faena de pesca, pensar en su bienestar y en sus necesidades básicas.

    El diseño busca ahorrar combustible, para lo cual también se debe optimizar la navegabilidad y operatividad, es decir los recorridos que deben hacen los pescadores para llegar a un buen lugar de pesca y de avanzar  en relación con las mareas y las olas para reducir el consumo de energía, entre otros aspectos; de igual manera, contará con espacios  estables para cada tripulante, para que puedan realizar las distintas operaciones de la faena, como manipular con seguridad las artes de pesca.

    Hasta el momento se han tomado medidas de embarcaciones que tienen las asociaciones de pescadores que participan en la iniciativa; “también se ha avanzado en el diseño; se han realizado estimaciones sobre la estabilidad de la embarcación, qué sucede cuando está vacía o cuando está llena, cuando está quieta o en movimiento, esto para avanzar en el diseño teniendo en cuenta la distribución del peso”, señala la diseñadora industrial Quevedo Ayala.

    El profesor Gabriel Ernesto Barrero Tapias, profesor del Departamento de Diseño de la Sede Palmira, recuerda que “el proyecto busca ir más allá de un valor transaccional por la venta del pescado fresco”.

    “Se trata de transformar ese producto, resultado de la faena de los pescadores con la integración del conocimiento tradicional, por ejemplo, de las cocineras, es decir, se espera obtener un producto que haga parte de la cultura alimentaria guapireña, para llevarlo a nichos de mercado que perciban y reconozcan el valor de una pesca artesanal sustentable”.

    Como parte del proyecto Econavipesca, en la Sede Palmira se realizó la jornada “Dinámicas de innovación comunitaria, creación de valor y sustentabilidad” y el taller “Creación de valor alrededor de la pesca artesanal”.

    El equipo de trabajo de la UNAL que forma parte del proyecto incluye profesores de la Facultad de Minas de la Sede Medellín, y de las Sedes Palmira y Bogotá, algunos de ellos representados por estudiantes de doctorado y maestría.

    El equipo de trabajo de la UNAL, que forma parte del proyecto, está compuesto por profesores de la Facultad de Minas de la Sede Medellín, y de las sedes Palmira y Bogotá, algunos de ellos representados por estudiantes de doctorado y maestría.