En ella, además de cumplir los requisitos normales de inscripción, los jóvenes podrán destacar sus habilidades, destrezas, saberes y las competencias en el área en la que se están formando.
Dicha información llegará directamente a los encargados de contratar personal en las empresas, quienes, de acuerdo a los requerimientos profesionales y laborales, conocerán de primera mano las opciones que la Universidad les ofrece.
"Es un proyecto novedoso para la Sede, que se asemeja a modelos de otros países. Vamos a conocer cómo está nuestro estudiante con el medio externo y vamos a permitir que las empresas tengan la oportunidad de contar con personas capacitadas, mano de obra con calidad humana que genera beneficio mutuo", afirmó Eugenia González, directora de Bienestar Universitario de la Sede Medellín.
Otra de las características es que el estudiante podrá conocer el mundo laboral desde el comienzo y tendrá la oportunidad de generar ingresos adicionales, mientras aplica el conocimiento adquirido en la Universidad.
El factor económico, en repetidas ocasiones, motiva a los estudiantes a buscar ingresos dentro y fuera del campus, con labores que demandan gran parte del tiempo del que deberían disponer para estudiar, como trabajos en bares o ventas informales.
Con la iniciativa, se espera que este tipo de actividades se reduzcan y que la sostenibilidad económica de la comunidad universitaria parta del conocimiento aplicado que ellos mismos generan.
"Muchas veces las empresas usufructúan a los jóvenes y no les pagan lo debido, aun teniendo a un cuasi profesional trabajando para ellos", menciona el vicerrector Carlos Alfredo Salazar.
Por eso, destaca el docente, lo que se busca con la Bolsa de Oportunidades es que los estudiantes estén tranquilos y sepan que cuentan con un respaldo institucional.
"El solo hecho de sacar a los estudiantes de un trabajo nocturno ya es un gran avance", manifestó el vicerrector.
No es una pasantía
El profesor Carlos Alfredo Salazar es enfático al afirmar que la Bolsa de Oportunidades no es una pasantía y que no dejará de ser una actividad dentro de los objetivos de la Universidad Nacional.
"Cuando un estudiante hace una pasantía, lo cobija una norma que por lo general obliga a pagar un salario mínimo, por lo que el empleador se limita única y exclusivamente a cumplirla. Caso contrario sucede con el estudiante que se inscribe en Bolsa de Oportunidades, pues él ofrece su conocimiento y negocia con el empleador el monto a percibir", aclara el docente.
No obstante, las pasantías cuentan con el total respaldo de la Institución y tienen la ventaja de que sirven como opción de grado, tarea que cumple doble propósito.
Se prevé que la Bolsa de Oportunidades entrará en funcionamiento a mediados de noviembre. En ella podrán inscribirse los estudiantes mayores de 18 años.