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Ciudad y Territorio

UN en el Caribe: 15 años solucionando problemas reales

  • Este proceso de investigación en algas marinas es una muestra de cómo la ciencia, la tecnología y la innovación han sido fundamentales para el desarrollo del Archipiélago.

  • En un trabajo conjunto con los pescadores, la UN ha elaborado mapas de navegación y pautas de manejo pesquero, entre otros desarrollos. - Fotos: Archivo Unimedios

  • La captura del caracol pala se verá afectada con el fallo, pues esta especie abunda en el norte del Archipiélago. - Foto: Archivo particular

La nueva delimitación de la frontera marítima con Nicaragua deja varias incertidumbres en lo ambiental, económico, social e investigativo. En este contexto, la Universidad Nacional de Colombia asumirá nuevos compromisos que se suman a una larga lista de acciones llevadas a cabo desde 1997, con las cuales ha visibilizado la importancia nacional e internacional del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

Para los científicos colombianos, ir a los cayos de Quitasueño y Serrana "ahora envueltos en mar nicaragüense" siempre ha sido complicado por la distancia y las condiciones meteorológicas, pero ahora hay una variable más: tener que pasar por aguas internacionales.

"Nos han explicado que podemos ir y no pasará nada. Pero no es así. Los pescadores cuentan cómo han sido, de alguna manera, hostigados en aguas colombianas por barcos de otras banderas", asegura el biólogo José Ernesto Mancera, profesor e investigador de la Universidad Nacional de Colombia en el Caribe.

La nueva delimitación complicará más la posibilidad de seguir haciendo investigación en esa extensa y biodiversa región. Asimismo, podría convertirse en un obstáculo para la conservación sostenible de los recursos de la Reserva de Biósfera Seaflower, una extensa área marítima por la que Colombia luchó para que la Unesco le diera ese estatus, dice Mancera.

Para los investigadores, científicos, docentes y estudiantes de la sede, que desde hace quince años han explorado ese territorio en todos los ámbitos, no deja de causar preocupación que su trabajo juicioso, consistente y permanente se vea limitado por la nueva realidad geográfica y política.

Y es que, desde cuando la UN llegó al Archipiélago, en 1997 "primero con el Instituto de Estudios del Caribe y dos años después con programas de formación superior", se comenzó a gestar una visión de este territorio que permitió entenderlo no solo como brisa, playa y sol, sino como una región con capacidad para desarrollar ciencia, tecnología e innovación y potenciar su riqueza cultural.

Presencia contundente

Con el trabajo académico, la UN ha planteado soluciones a problemas tangibles de las comunidades. Un ejemplo es el Programa Nacional de Transferencia de Tecnología Agropecuaria (Pronatta), con el cual se capacitó a las familias porcicultoras (una de las actividades vitales de San Andrés) para que convirtieran el estiércol de los cerdos en abonos orgánicos.

Así se atacó un grave problema de contaminación ambiental, que se convirtió en ganancia para otro sector crítico de la isla, la agricultura, dado que sus suelos son poco fértiles.

Mediante sus seis grupos de investigación, acreditados por Colciencias, la Universidad ha avanzado en este conocimiento, fundamental para el Caribe insular y continental colombiano. Los resultados de las investigaciones han sido ampliamente divulgados durante los procesos de formación y evaluados por pares académicos a través de tesis, artículos científicos y libros, que suman más de quinientos productos.

A ciencia cierta

A raíz de esas pesquisas, se han estudiado problemáticas cotidianas sobre las cuales no había suficiente conocimiento. Tal es el caso de la ciguatera, una enfermedad producida por la ingesta de productos marinos que tuvieron contacto con seres unicelulares tóxicos que se hallan en los arrecifes.

"Antes una intoxicación de este tipo pasaba inadvertida por falta de información. Ahora se cuenta con tratamientos para contrarrestar dicha afección, típica de los mares tropicales, gracias a los trabajos de expertos de la UN", señala el profesor Mancera.

En trabajos de exploración biológica se ha caracterizado la vida terrestre y marítima de las islas. El conocimiento sobre tipos de algas, pastos marinos, manglares, árboles nativos, insectos y peces ha quedado en el registro local y nacional.

La bióloga Brigitte Gavio lleva cinco años investigando la botánica marina en el Archipiélago, y considera que el más relevante de sus proyectos es el inventario de la diversidad de macroalgas.

"El año pasado fuimos a los Cayos del Norte, Quitasueño, Serrana y Roncador, e hicimos una expedición con la Gobernación y la Corporación Coralina para evaluar el estado de la biodiversidad. Encontramos muchísimas especies que nunca antes se habían reportado en San Andrés y ni siquiera en Colombia", cuenta.

Ahora se siente afectada porque "el área que le quedó a Colombia es supremamente restringida, es el cayo y no más, prácticamente no hay aguas aledañas; entonces, toda el área de afuera no podrá ser investigada".

La profesora estima que hay alrededor de 90 nuevos registros de especies, lo que demuestra que la riqueza biológica de la región ha sido poco estudiada.

"La investigación está en marcha. Hemos encontrado que la biodiversidad es muy alta. Pero estamos preocupados porque las intenciones de Nicaragua no van en el sentido de la conservación", manifiesta la docente.

Petróleo, el mayor temor

Para pescadores, científicos y buena parte de la opinión pública colombiana, una de las preocupaciones es que, en manos sandinistas, se abran las puertas a la exploración y explotación petrolera.

Esto ya se había descartado en Colombia gracias a la intervención de la autoridad ambiental del Archipiélago (la Corporación Coralina), a las recomendaciones de la UN y a las protestas de los isleños.

En 2011, una acción popular interpuesta por Coralina hizo suspender las licencias que habían sido otorgadas por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) a la Empresa Colombiana de Petróleos (Ecopetrol) y a las compañías Repsol (de España) y YPF (de Argentina).

Los permisos pretendían desarrollar proyectos en el banco Quitasueño (cayo 1, de 944 mil hectáreas) y en Providencia (cayo 5, de cerca de un millón de hectáreas), en donde se estima que existen depósitos submarinos de gas.

"Aún no se entiende cómo la ANH otorgó a estas compañías petroleras los derechos de los cayos sin tener en cuenta la opinión de la comunidad insular, indispuesta también por el impacto social y cultural que podría tener la explotación", declaró en su momento Elizabeth Taylor, entonces directora de la corporación.

La fuga de hidrocarburos puede acabar con cientos de años de biósfera, advierte el profesor Mancera: "Basta ver lo ocurrido en el Golfo de México en el año 2010, cuando 4,4 billones de barriles de crudo fueron expulsados al mar durante 87 días, lo que amenazó la existencia de aproximadamente 400 especies de flora y fauna. Este desastre superó el de Alaska de 1989, cuyo resultado fue la devastación total de la fauna de la región con 11 millones de galones derramados".

La profesora Gavio explica que la contaminación por petróleo tiene diferentes efectos: causa sofocamiento de los pólipos (animales coloniales que forman el arrecife coralino) y reduce la posibilidad de vida de las larvas, la producción de gametos (células sexuales) y la fertilidad de las especies. El deterioro del arrecife puede ser de mediano o largo plazo.

La esperanza es que la academia nicaragüense "con la que la UN en el Caribe tiene buenas relaciones" logre incidir en las decisiones políticas de ese país. Lo ideal es que ese tipo de desarrollo económico de extracción no se presente. De lo contrario, la labor científica y de conservación de quince años se iría al suelo y se verían perjudicadas las comunidades a ambos lados de la frontera.

Riqueza en lo profundo

La bióloga Adriana Santos, directora del Jardín Botánico de la UN, ubicado en San Andrés, dice que con el concurso de otras sedes, especialmente Bogotá, la Institución está fuertemente comprometida con la pesca.

"Las investigaciones apuntan a obtener datos ambientales confiables e integrales para entregar pautas de manejo pesquero. La Universidad trabaja con los pescadores artesanales e industriales para aportarles conocimientos", informa.

De igual manera, la UN lidera proyectos interinstitucionales, como el Programa de Ordenamiento Pesquero, para el cual se recopilaron trabajos sobre la pesquería natural (langosta, caracol y peces), sus aspectos socioeconómicos y sus estadísticas. Las herramientas permitieron formular guías de gestión que fueron presentadas a la Junta Departamental de Pesca.

Pero el nuevo panorama fronterizo, resalta la profesora Santos, restringirá el acceso de los pescadores sanandresanos a la langosta espinosa (que genera exportaciones por seis millones de dólares al año) ya que se captura en el extremo noroeste de la isla, en la zona llamada Luna Verde o la Esquina, un punto comercialmente estratégico al que ya no se tendrá acceso.

"La situación es crítica, pues la zona de mayor abundancia, particularmente de langosta espinosa, de caracol pala y de peces, es el norte del Archipiélago. Así, se afecta no solo la producción industrial, sino también una parte de la artesanal, ya que los pescadores van al área por el agotamiento en otras zonas", advierte.

Ante esta realidad, se verá reducida la pesca artesanal e industrial de pargos, meros, barracudas y atunes. "La pérdida es de un porcentaje enorme", indica.

"Otro motivo de preocupación es que el área corresponde a la Reserva de Biósfera Seaflower, que incluye la conectividad ecosistémica y de las comunidades culturales. Es absurdo tener esos enclaves en los cayos. ¿Cómo vamos a conservar las poblaciones que no conocen los límites: las larvas, los huevos, el fitoplancton?", cuestiona.

Concluye: "A este ambiente lo hemos venido estudiando, cuidando y defendiendo, incluso, de la explotación petrolera que el Gobierno colombiano quiso hacer. Trabajamos modelos holísticos de manejo de reserva de biósfera, de conservación y aprovechamiento. Pero la fragmentación amenaza con romper estos espacios vitales".