Este es un programa que la Universidad viene adelantando desde el año 2005, y al que se han unido el Ministerio de Educación y la Cancillería colombiana para reforzar el conocimiento del idioma inglés en docentes nacionales y, recientemente, de otros países del Caribe.
Más allá de mejorar las competencias en inglés, hay otros temas que se van fortaleciendo con este programa. "De acuerdo con lo que la Universidad se planteó en un ejercicio prospectivo de 30 años al futuro, la sede ha podido tener un intercambio y fortalecer los lazos con el continente y el gran Caribe. La evaluación es muy positiva", dijo la vicerrectora general de la Universidad Nacional de Colombia, Beatriz Sánchez, quien agregó que de esta manera también se está conociendo a San Andrés como una parte de Colombia.
Los logros obtenidos los resume José Ernesto Mancera, director de la UN en Caribe, como satisfactorios. "Hay una cobertura muy grande y buena en el país. Los objetivos se han cumplido, pues los docentes han mejorado sus competencias en inglés", afirmó.
Honduras, Costa Rica y Nicaragua son algunos de los países de donde provienen varios docentes, que desde la versión anterior del programa se han sumado a la iniciativa gracias a la gestión de la Cancillería con la Fundación Panamericana para el Desarrollo, Fupad. Ya son cerca de 24 las personas que han participado en el proceso.
"Estamos muy contentos. Desde la cooperación internacional lo que buscamos es que Colombia se una al Caribe, que haya varios estudiantes, profesores que puedan venir a Colombia a aprender el inglés y el español y que, además, fortalezcan esos lazos de hermandad", señaló Yady Ibarra, directora de la Fupad.
Los mismos profesores de otras nacionalidades que han formado parte del programa, reconocen el valor de esta oportunidad. Incluso, algunos como Denni Javier Ramos, de Honduras, parten con nostalgia de la isla. "Me da tristeza saber que me voy, pero realmente fue una experiencia muy bonita, provechosa en la parte profesional, porque tuvimos la oportunidad de mejorar nuestro conocimiento sobre la lengua inglesa y tener un intercambio cultural, sobre costumbres, comidas, y la misma pedagogía que usan los otros compañeros", aseveró.
La inmersión se amplía
En esta versión del programa también se integraron, por primera vez, estudiantes de la Universidad Nacional, como beneficiarios. El grupo provenía de la sede Manizales. "Muy bueno poder compartir con tanta gente de diferentes culturas. Sobre todo, aprender inglés en una isla donde este idioma se utiliza para vivir, para comprar en la tienda, para hablar con las personas en la casa, en un ambiente de mucha tolerancia. Si uno no sabía pronunciar algo, no había nadie burlándose, sino que se podían corregir los errores. Fue una experiencia maravillosa", afirmó Alejandro Ramírez, estudiante de Administración de Empresas.
El Ministerio de Educación Nacional también sigue adelante con su participación, y reconoce la importancia de este programa en la mejora de la educación básica y media.
"Hoy tuve la oportunidad de observar los trabajos finales que hacen los maestros, y de escuchar de primera mano cómo mejoraron su inglés durante estas cuatro semanas, las ideas que llevan para poner en práctica en sus aulas, transformar las instituciones educativas y mejorar el nivel de los niños en los colegios. Es una experiencia exitosa", sostuvo Juan Carlos Grimaldo, director del Programa Nacional de Bilingüismo del Ministerio de Educación.
La mayoría de los participantes son docentes de inglés de los colegios; sin embargo, también hay oportunidad para algunos de otras áreas, dependiendo el proyecto que presenten ante el Ministerio. "Soy profesora de matemáticas y estoy muy agradecida por la oportunidad que me brindaron. Conocí mucha gente, aprendí muchas cosas. Antes no hablaba inglés, ahora, a little, a little", dijo Sandra Rincón, de Rionegro, Antioquia.
Con las diferentes experiencias de los nueve cursos que se han dictado se han venido haciendo mejoramientos integrales en el programa. "En esta oportunidad hemos hecho un trabajo más arduo, de tener una relación más directa de la Universidad y las familias nativas, los transportadores, y una relación más cercana con la comunidad. Antes, siempre había intermediarios", dijo Cindy Moya, coordinadora del Programa de Inmersión en Inglés.
Las familias raizales que alojan a los estudiantes también participaron en la ceremonia y manifestaron su complacencia con la relación que se ha logrado entre la Universidad, ellos y los participantes. "Son muchachos muy decentes, respetuosos. Veo que tienen mucho interés en aprender nuestro idioma y están muy interesados también en nuestra cultura", señaló Calenda Hudson, integrante de una familia raizal.
En materia académica también se han obtenido avances en estas nueve versiones de los cursos, a través del trabajo por proyectos que desarrolla cada grupo. En total, son ya cerca de 600 las personas que han participado en este programa. La de esta ocasión fue la inmersión más grande por el alto número de estudiantes.