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Ciencia y Tecnología

U. Nacional recupera ñame en Colombia

  • El saber tradicional de los agricultores ha contribuido a recuperar los cultivos del ñame en Chinú (Córdoba). (Foto: cortesía Profesora Lauren Raz).

  • La obtención de semillas de calidad y de bioinsumos por parte de los productores son algunos de los factores que han contribuido al crecimiento de este cultivo en los últimos 15 años.

  • Las especies que más se cultivan en la Costa Atlántica, cuenta el ingeniero Buitrago, son la Dioscorea alata (denominada ñame criollo o diamante) y la Dioscorea rotundata (conocida como ñame espino).

  • Hoy el país cuenta con 45.000 hectáreas de ñame, según la Red de Información y Comunicación Estratégica del Sector Agropecuario (Agronet).

  • Para más de 30.000 familias su economía deriva del producto del ñame.

Este tubérculo, que estuvo al borde de la desaparición hace 14 años debido al dañino hongo Colletotrichum gloesporioides, fue recuperado por un proyecto biotecnológico que hoy les permite a los cultivadores de la Costa Atlántica liderar este sector.

Con la producción de semillas en el Laboratorio de cultivo de tejidos vegetales, del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional(IBUN), se han obtenido plántulas de ñame  libres de patógenos, hongos y virus para los cultivadores. En la siguiente etapa se adaptan en invernadero y en lotes de productores. Los tubérculos producidos en estas fases constituyen la base que emplean los campesinos en sus cultivos comerciales. 

El hongo que se ha logrado controlar es el Colletotrichum gloesporioides, causante de la antracnosis (enfermedad que inicia con manchas negras en las hojas y los tallos) y que arrasó prácticamente todos los cultivos del tubérculo hace más de una década. 

Ahora el cultivo de ñame se ha convertido en referente de recuperación para Colombia y otros países productores, debido al intercambio tecnológico y de innovación social entre ciencia y academia para la Costa Atlántica. 

Gracias al intercambio de saberes tradicionales de los agricultores, sumado al conocimiento de la ciencia y la academia, que contempló el manejo sustentable del cultivo y la transferencia tecnológica, hoy el país cuenta con 45.000 hectáreas de ñame, según la Red de Información y Comunicación Estratégica del Sector Agropecuario (Agronet). 

Los positivos resultados son producto del Programa Colombiano de Biotecnología Agrícola (PBA), financiado entre 1997 y 2007 por el Gobierno de Holanda, para la producción de ñame, yuca y plátano en departamentos como Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, Guajira, Magdalena y Sucre. 

La iniciativa ha contado con la participación de la Universidad Nacional y las universidades de Córdoba y Sucre, así como con la Corporación PBA, Corpoica, el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), Colciencias, el Fondo para la Acción Ambiental, el Ministerio de Agricultura, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y las organizaciones existentes o creadas por los productores de los tres cultivos mencionados. 

Calidad de vida de los productores 

Teniendo en cuenta que las semillas de ñame deben estar limpias desde el punto de vista fitosanitario, la idea es desarrollar un paquete tecnológico para producirlas libres de patógenos, asegura el biotecnólogo Gustavo Buitrago. 

Para el proyecto se han buscado las variedades de ñame más resistentes a la antracnosis, lo que vincula el programa con el IITA (International Institute of Tropical Agriculture), centro dedicado a investigar e innovar sobre este cultivo. 

Dicho instituto está ubicado en Nigeria (África Occidental), el mayor productor mundial de ñame, que según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) en 2011 cultivó más de 37 millones de hectáreas. 

Las especies que más se cultivan en la Costa Atlántica son la Dioscorea alata (denominada ñame criollo o diamante) y la Dioscorea rotundata (conocida como ñame espino). 

Un procedimiento similar es manejado en laboratorios de bajo costo, estrategia en la que los pequeños productores y sus familias se convierten en protagonistas de la investigación y el desarrollo tecnológico. A partir de los materiales vegetales resultantes se propagan semillas de calidad, el proceso está a cargo de agricultores entrenados por las universidades y por Corpoica. 

Núcleos productivos 

En los laboratorios de bajo costo, los agricultores obtienen las plantas élite que posteriormente se propagan en invernaderos y en campo. Estos lugares fueron desarrollados por el CIAT para otras regiones del país y su adopción contribuyó al éxito del programa en la Costa Caribe. 

Los cultivadores han organizado núcleos productivos en diferentes zonas y con las asociaciones locales para realizar evaluaciones de variedades y prácticas agrícolas que, según los resultados, son llevadas a sus parcelas. 

"Para llegar a ese punto fue necesario fortalecer la confianza y la autoestima de la comunidad, ya que al comienzo no creían que tuvieran la capacidad de decidir", señala Diana Díaz, directora de Diversidad Rural y una de las gestoras en estos procesos de intercambio científico y social. 

La obtención de semillas de calidad y de bioinsumos por parte de los productores son algunos de los factores que han contribuido al crecimiento de este cultivo en los últimos 15 años. 

Todas las acciones se articularon con la participación de productores y de investigadores en el marco del programa sobre cultivo de ñame y el Programa de Biotecnología Agrícola, promovido por el Gobierno de Holanda, con la participación de organizaciones de productores y de instituciones de investigación. 

El propósito primordial de incidir favorablemente sobre la calidad de vida de los productores se ha logrado gracias a la comunidad y a las instituciones que aportaron a estos programas.