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Ciudad y Territorio

Turboglorietas, 80% menos accidentalidad en Bogotá

  • Las turboglorietas reportan menos accidentes y más capacidad de movilización en los lugares donde están instaladas. Para su funcionamiento se necesita cultura ciudadana y campañas de señalización.

  • Glorieta de la calle 63 con carrera 50, en Bogotá. Víctor Manuel Holguín/Unimedios

Una nueva intersección vial no convencional llamada turboglorieta, presentada por un experto en tránsito y movilidad de la Universidad Nacional, reduciría la accidentalidad y los trancones habituales que se producen en las glorietas de las urbes.

Aunque suena extraño, la turboglorieta no es más que un tipo de intersección vial que separa, a través de pequeñas estructuras, los carriles en una rotonda para evitar el entrecruzamiento de vehículos. Para ello emplea señales de tránsito que le indican previamente al conductor la vía que debe tomar para girar en el sentido que necesita.

En las rotondas convencionales, el centro es circular o elíptico; en el novedoso modelo tiene forma de turbina, como las astas de una hélice, de ahí su nombre de turboglorieta.

"Al eliminar el entrecruzamiento, la capacidad de movilización
aumenta entre un 12% y un 20% porque la glorieta soporta mayor volumen de vehículos. Adicionalmente, en este nuevo cruce solo se requiere ceder el paso al ingreso, y no hay necesidad de cambiar de carril ni atravesarse buscando la salida, como ocurre con las convencionales. Esto incide directamente en la disminución de accidentalidad", afirma Lenin Bulla, estudiante de la Maestría en Ingeniería de Transporte de la Universidad Nacional, quien presentó este modelo como una alternativa vial para disminuir los accidentes y mejorar la movilidad en Bogotá.

William Castro, profesor asociado de la Facultad de Ingeniería de la UN y director de la tesis de grado de Bulla, explica que "las rotondas presentan gran cantidad de conflictos vehiculares debido a las maniobras de cambio de carril, irrespeto en los accesos a la señal "Ceda el paso", cambios de destino repentinos durante la circulación en el anillo central, conflictos vehículo"peatón, entre otras situaciones de riesgo. Por esta razón, la turboglorieta sería más conveniente que las existentes hasta ahora en el país".

Esta intersección, creada en Holanda por Lambertus Fortuijn en 1996, ha sido una solución vial no solo en ese país sino en otras ciudades de Europa. "Acá podrían funcionar muy bien, pero es indispensable la educación para que la gente comprenda y obedezca las señales sobre el carril que se debe tomar. Ese es el éxito y fundamento de operación", agrega el ingeniero Bulla.

Las Turbo en Bogotá
Para determinar la viabilidad de las nuevas rotondas y hacer un estudio de caso, Lenin seleccionó una intersección en la localidad de Kennedy, que por sus características geométricas y de tránsito podría adecuarse a futuro como turboglorieta.

Como resultado del seguimiento, esta alternativa permitiría tener un 7% más de capacidad que la convencional, es decir, pasaría de un promedio de 3.000, a 3.200 automóviles por hora, teniendo como referencia un vehículo de 6 metros de longitud.

Otra ventaja importante es la reducción de accidentalidad. "Los choques simples y otro tipo de incidentes disminuyen hasta en un 80%. Por eso, en Holanda todas las intersecciones tienden a este modelo".

El estudio del ingeniero de la UN recolectó información sobre el tiempo y distancia que separa un vehículo de otro en ese lugar de la ciudad, las velocidades promedio y la capacidad de la vía de acuerdo con el volumen de autos que pasan. Luego, se comparó la situación actual con la de una posible turboglorieta, por medio de un software especial de microsimulación denominado Vissim, que estableció escenarios a 5, 10 y 15 años. El programa incluyó motos, automóviles, camionetas, camiones y tractomulas de seis ejes, que son los vehículos más grandes que circulan.

"Con base en esta información, trazamos radios, calzadas, anchos de los andenes, etc., simulando el diseño de la turboglorieta. Para que el modelo fuera válido tuvo que adaptarse lo más posible a la realidad. Ello se verificó mediante diferentes pruebas del sistema", comentó el experto en vías y transporte.

Para Crisanto Sáenz, profesor de la Especialización en Tránsito, Diseño y Seguridad Vial de la Universidad Nacional, este modelo "indudablemente puede tener éxito en ciudades de alta circulación vehicular, como Bogotá, porque aumenta la capacidad y seguridad vial. Sin embargo, para que sea efectivo y no se convierta en fracaso, como muchas obras de infraestructura que son copias mal hechas de otros países, es necesario adecuarlo y adaptarlo a las características y necesidades locales".

¿Qué se requiere para su construcción?
Después de dos años de investigación, Lenin Bulla ha presentado dos veces la implementación de esta propuesta a la Secretaría Distrital de Movilidad con los resultados de la microsimulación y el estudio de tránsito, para la aprobación del proyecto piloto. Hasta el momento no ha recibido ninguna respuesta.

Por su parte, el profesor Sáenz, asesor de proyectos de infraestructura vial para sistemas de transporte masivo en diferentes ciudades del mundo, considera que la puesta en marcha de este modelo depende del manejo institucional y de los entes reguladores, encargados de autorizar las pruebas para determinar la conveniencia de la iniciativa.

"Se requieren más estudios con base en lineamientos y reglamentaciones específicas, para verificar si la turboglorieta funciona en la capital. Después, incluirla en el Plan de Ordenamiento Territorial, donde se establecería como una nueva opción para el sistema vial, en particular para muchas de las intersecciones de la ciudad".

Igualmente, se necesita de una cultura ciudadana para que las personas accedan positivamente al cambio y atiendan oportunamente las indicaciones, que podrían iniciarse con campañas de señalización e información sobre este novedoso elemento urbano.