El municipio de Tumaco es reconocido por sus problemas de violencia, desnutrición, narcotráfico y presencia de grupos armados ilegales, pero estos no son su única amenaza. Según la Comisión Colombiana del Océano (CCO), se ubica en el territorio que presenta mayor probabilidad de ser afectado por un tsunami. El riesgo es inminente debido a que cerca del litoral se encuentra la zona de subducción del Pacífico, lugar en donde se deposita la energía liberada por el movimiento tectónico entre las placas de Nazca y Suramericana, cuando se ubica una debajo de la otra. Esta energía lleva 32 años acumulada.
El área además hace parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, que concentra el 95% de la energía sísmica del mundo, por eso es la zona más activa del planeta y la que registra el 80% de los terremotos más grandes. En el Caribe este riesgo es menor porque el movimiento entre placas es más lento y no existe ninguna subducción (hundimiento de una placa bajo otra), lo cual conlleva a que no se genere la energía suficiente para producir un sismo en el fondo oceánico, que desencadene en una ola tsunami.
En Colombia, los municipios del litoral sur del Pacífico son los que tienen mayor grado de vulnerabilidad, siendo Tumaco el de mayor riesgo por su directa exposición al fenómeno natural, la alta concentración de población, la pobreza y las construcciones que, en gran parte del territorio, han sido levantadas sobre pilotes de madera a orillas del mar (palafíticas).
Según la proyección del DANE del 2009, la Perla del Pacífico, como también se conoce a Tumaco, cuenta con una población de 175.093 habitantes (79% afrodescendientes y 16% indígenas). En el último siglo, ha sufrido cinco tsunamis generados por sismos de magnitudes superiores a 7.9 en la escala de Richter: en 1906, 1933, 1942, 1958 y el más reciente en 1979. Ese año, el Gobierno registró 452 muertos, más de mil heridos, 3.081 viviendas destruidas y 2.119 averiadas.
El Plan de Contingencia para Sismo, Licuación y Tsunami 2010 registra que, ante un nuevo evento habrá, indicadores de afectación mayores a los registrados en la historia. Estima 14 mil víctimas fatales, 12 mil lesionados, 2 mil desaparecidos y 40 mil familias afectadas. Cerca de 4.300 personas requerirían atención hospitalaria.
Para atender a la población y alguna parte de otros municipios aledaños, existen dos instituciones de salud oficiales: una departamental y otra municipal "que no tiene servicio de hospitalización", una clínica ginecológica y 13 puestos de atención pertenecientes a IPS privadas. Solo hay disponibilidad para hospitalizar a 115 enfermos.
"La violencia es selectiva, un tsunami no. La población cree que este evento natural es secundario, pero debe tener una trascendencia especial porque en cualquier momento va a suceder y puede ser absolutamente grave", manifestó Ómar Agudelo, investigador del Centro de Atención y Prevención de Desastres de la Universidad Nacional (Ceprevé).
Por esta razón, advierte Graciela Ustariz, de la Dirección de Gestión del Riesgo del Ministerio de Interior y de Justicia, se desarrollan diferentes estrategias. "Montamos el Centro de Respuesta Inmediata; creamos una red de radiocomunicaciones que vincula a todas las entidades del comité local, regional y nacional; señalizamos en todo Tumaco las rutas de evacuación y lugares de encuentro por tsunami, y hemos hecho capacitaciones con la comunidad".
Sin embargo, habitantes de viviendas palafíticas, como Ismael Herrera, ignoran qué hacer ante esta situación. "No hemos tenido alistamiento de esas cosas. Nadie ha venido a decirnos por qué estamos en riesgo. Si algo llega a pasar, Dios verá qué hacer con uno". Neiber López, de 19 años, dice que él sí sabe lo que puede ocurrir, "pero la mayoría cree que una tragedia así nunca va a pasar, que es mentira. Falta más información".
Para el capitán de navío Julián Reina, secretario ejecutivo de la Comisión Colombiana del Océano, es indispensable que todas las entidades del Comité Técnico Nacional de Alerta por Tsunami sigan desarrollando estrategias y planes de contingencia. "Tenemos que movilizar más a la población para que entiendan realmente el riesgo. La afectación puede ser muy grave".
Planes de emergencia
En Tumaco existen otras amenazas naturales como inundaciones, desbordamientos, tormentas, incendios forestales y epidemias. El investigador Agudelo señala que además se suman otra serie de fenómenos, con origen en la actividad humana y con efectos negativos sobre la población y el medioambiente, denominados amenazas antrópicas.
"El conflicto armado interno, bandas emergentes, masacres, desapariciones forzadas, violencia intrafamiliar, alto contenido de mercurio en peces, violación de las normas, corrupción administrativa, mal manejo de los residuos hospitalarios, entre otros problemas que aumentan la vulnerabilidad del municipio", afirmó Agudelo.
Hay un espectro amplio de peligros con múltiples factores de vulnerabilidad física, cultural y socioeconómica, lo que origina la necesidad de un acompañamiento y desarrollo de programas institucionales.
Por esta razón, investigadores de la Universidad Nacional, que participaron en la convocatoria Pacífico 2009"2010, diagnosticaron la capacidad de preparación y respuesta de las instituciones de salud ante situaciones de emergencia y desastre.
"El estudio se orientó a la percepción de gestión del riesgo y a la capacidad de manejo de crisis, enfocado en previsión y cualificación de la capacidad de respuesta. Asimismo, acercamos a todas las instituciones, públicas y privadas, y evidenciamos la necesidad de crear planes hospitalarios de emergencia para responder a cualquier crisis".
Los investigadores evaluaron y diagnosticaron los diferentes componentes de las instituciones hospitalarias. Sin embargo, ante un panorama como este, la Universidad Nacional todavía tiene mucho por hacer. La consolidación de su octava sede en este municipio traerá múltiples beneficios.
"Tumaco tendrá un nuevo hospital departamental, ubicado en la zona más segura, que funcionará próximamente. Cuando esté listo iniciaremos un plan de capacitación para el manejo de crisis y realizaremos seminarios en salud para la comunidad. La UN hará un convenio con la Gobernación de Nariño para proyectar programas en medicina del trópico, entre otros proyectos", agregó el investigador del Ceprevé.
Aunque se avanzó en la gestión de un macroproyecto de mitigación para la región, el proyecto evidenció la necesidad de promover un soporte político y financiero para la acción temprana en caso de desastres y de implantar un diseño interinstitucional para manejo de crisis. "En el momento en que ocurriera un desastre, no contar con estas medidas empeoraría aún más el drama", finaliza el investigador de la UN.