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Artes y Culturas

Trío Colombita redefine lo clásico

Cuando el Trío Colombita toca el Primer movimiento de la pequeña serenata de Mozart hace erizar la piel. Cuando toca Las Brisas del Pamplonita, todos se emocionan. Cuando llega La Piragua, estalla el júbilo. Todo esto con solo tres instrumentos: bandola, tiple y guitarra.

En la pequeña y encantadora Plaza de la Trinidad, frente al templo del mismo nombre y ubicada en el colonial sector de Getsemaní, en Cartagena, el público estalló de emoción al escuchar las tremendas interpretaciones de este trío colombiano.

El talentoso grupo, compuesto por Dora "Corita" Rojas en la bandola, Sofía Elena Sánchez en la guitarra y Oriol Caro en el tiple, es el primero en llevar este tipo de instrumentos al Festival Internacional de Música de Cartagena.

"Somos una agrupación que lleva 10 años de trayectoria. Nos tocó hacer "trocha" con nuestra propuesta musical, no conocemos grupos similares. Queremos demostrar que con estos tres instrumentos se puede hacer mucho más que música andina", dice Sofía Elena, una polifacética artista musical que cuenta con un programa de radio en UN Radio, de la Universidad Nacional de Colombia.

El logro en el Festival de Cartagena es doble para el Trío Colombita. Por un lado cautivaron a expertos mundiales de la música clásica como el director del certamen, Stephen Prutsman, quien elogió la propuesta. Por otro, lograron llamar la atención de los habitantes de Getsemaní, quienes tenían dudas sobre la presentación, la primera que se hace fuera de los escenarios habituales.

"Esto significa una apertura para las personas que ejecutamos esta clase de instrumentos y hacemos esta clase de música. Nos la jugamos primero con los instrumentos que tienen capacidades ilimitadas en cuanto a las versiones que se pueden hacer; estos instrumentos son polifacéticos, hacen prácticamente lo que quieran; y segundo, el repertorio, que son arreglos completamente nuestros", asegura la guitarrista.

Oriel Caro manifiesta que para ellos el camino no ha sido fácil en la medida que no tuvieron una amplia formación en música colombiana cuando estudiaron en el Conservatorio. Su tarea ha sido investigar, fusionar y captar nuevos públicos.

"En ese sentido creo que ha cambiado la formación académica, porque antes prácticamente no se podía estudiar música colombiana, a lo único que nos acercábamos era a la música andina. Con el tiempo se ha encontrado el valor que tiene nuestra música, en los conservatorios ya se permite utilizar obras de clásicos populares en el repertorio de los intérpretes", opina Caro.

Los tres artistas coinciden en que ejecutar la música colombiana en formatos como el suyo es reivindicar la tradición popular y tener una responsabilidad social por la música colombiana.