Tras las huellas de Mulale, donde se habría fundado San Agustín
Así lo describe el profesor José Vicente Rodríguez, coordinador del Laboratorio de Antropología Física de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien se apoya en un plano cartográfico de la fundación.
Al respecto, señala que en 1608 este caserío, que según versiones de los andaquíes figuraba como “la culata destruida”, habría desaparecido por la reducción de los nativos como consecuencia de la viruela y el sarampión, enfermedades introducidas por los europeos según reportes de las “Visitas de Diego de Ospina de 1628-1629 a la villa de Timaná”.
El profesor Rodríguez, junto con un grupo de estudiantes, se propone recuperar este episodio de la historia de San Agustín, lo que “cambiará la tradición histórica de este municipio, pues el año de celebración de su fundación no es el original”, explica.
“El equipo investigador ya cuenta con la licencia de excavación del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), administrador del Parque Arqueológico de San Agustín, y el trabajo de campo iniciará con prácticas académicas de la carrera de Antropología”.
La investigación de estas ruinas y el poblado de los indígenas Mulale servirá no solo para documentar la suerte del grupo nativo más grande del sur del Huila, sino también como atractivo turístico, mediante la puesta en marcha de un museo arqueológico del sitio, a solo 20 minutos de San Agustín por una vía en buen estado, y de allí, a 5 minutos, hacia la cascada de los Tres Chorros, en el río Mulales, la que al parecer fue escenario de rituales indígenas.
El proyecto se desarrollará en seis fases, la primera de la cuales contempla la documentación histórica (transcripción de las “Visitas de Diego de Ospina de 1628-1629 a la villa de Timaná”), caracterización del paisaje mediante fotointerpretación y levantamiento topográfico de las ruinas.
La segunda fase aborda la prospección sistemática y los cortes arqueológicos en el área de estudio para documentar el patrón de ocupación de los indígenas Mulale en los alrededores de Tapias.
En la tercera fase se hará una prospección y cortes arqueológicos en las ruinas para caracterizar su sistema de construcción y distribución del espacio entre indígenas y españoles.
La cuarta fase consiste en trabajo de laboratorio, para clasificar, analizar e interpretar la cultura material de la época prehispánica y de contacto.
En la quinta fase se tiene previsto socializar los resultados antes, durante y después, y por último se desarrollará la propuesta ecoturística con el municipio de San Agustín, con guías turísticos y comunidad campesina local. Para la capacitación de los guías, en particular, será designado Luis Alfredo Ceballos Delgado, estudiante de Antropología de la UNAL, oriundo de San Agustín.
Según lo ha documentado el profesor Rodríguez, actualmente Tapias (Mulales, San Agustín de Baberiquena, Laculata) configura un cercado de muros desvanecidos de cerca de 0,8 hectáreas, con un amplio camino que se orienta 15° NW y que se extiende hasta la carretera San Agustín-Quinchan; en su época conectaba la villa de Timaná con las minas de Almaguer, y a juzgar por la profundidad del camino, se refleja un tránsito muy frecuente para el intercambio de mercancías europeas, ganado y otras vituallas, detalla el docente.
“Infortunadamente la historia dejó olvidado este evento que queremos recuperar, aprovechando que poseemos el plano de su fundación”, menciona el docente de la UNAL y agrega que “todos los materiales recuperados en desarrollo de este trabajo se dejarán en las instalaciones del Parque Arqueológico de San Agustín”.