Trajes de baño para sobrevivientes del cáncer de seno. Llevar una vida normal después de una cirugía de cáncer de seno, o mastectomía, es posible y una forma de hacerlo es conservando las rutinas que se tenían antes de padecer la enfermedad.
Esta fue la reflexión que hizo Ivonne Petecua Aguirre, diseñadora egresada de la U.N. y empresaria, quien decidió enfocar su trabajo de grado en crear trajes de baño para mujeres que recibieron esta cirugía para salvar su vida. La propuesta de Petecua nació por petición de su suegra, quien se sometió tiempo atrás a una mastectomía y deseaba nadar con su familia. Pero eso no fue todo, puesto que ese vínculo con su madre política también la llevó a relacionarse con otras mujeres que afrontan procesos similares.
El cáncer de mama es una enfermedad que ha tenido mayor presencia en el mundo y en Colombia se diagnostican al año alrededor de 5.600 nuevos casos, de los cuales, un 10 % son de mujeres que deciden someterse a un proceso de mastectomía, que se refiere a la extirpación quirúrgica de una o ambas mamas.
Según informan los expertos del Instituto Nacional de Cancerología (INC), el procedimiento podría reducir hasta un 90 % el riesgo de que los tumores se manifiesten y no representa algún daño para la paciente. Estas fueron las mujeres con las que se encontró Ivonne Petecua en su visita a la Fundación Ámese, el INC y la Clínica El Nogal.
Para estructurar un traje de baño acorde a ellas, la diseñadora tuvo que interactuar con las sobrevivientes de dicha cirugía, conocer un poco más de su familia e indagar acerca de cómo se sienten al vivir esa etapa del cáncer y finalmente superarla. Aunque también hay casos de mujeres jóvenes con esta situación, el enfoque de la investigación fue de mujeres mayores de 45 años.
La información le sirvió para definir el diseño y la forma de sus trajes de baño, gracias a una observación participante, es decir, "de tú a tú" con la población a consultar, esto hacía parte de su rutina, contó la docente de la Escuela de Diseño Industrial y directora del trabajo de grado, Rosario Guerrero Castellanos. "Hicimos una encuesta con ellas y encontramos que todas querían verse como antes en traje de baño; eso justificó el proyecto para identificar de qué forma se puede generar un equilibrio y no sea notoria la operación", señaló Ivonne Petecua.
Las mismas consultadas daban a conocer trucos como almohadillas, granos, alpiste, bolas de icopor, los cuales también tenían sus contras, como desequilibrio con el seno, que floten los materiales o que sean nocivos. Es por esto que la investigación, que incluyó la experiencia y las sugerencias de estas mujeres, se inclinó por un diseño funcional acorde con las características de sus cuerpos, con las caídas naturales de su pecho y con materiales prácticos que puedan cumplir esa función.
Luego de un análisis de materiales y una revisión de cuáles eran aptos para el proceso, se decantaron por el neopreno, común en las copas de los brasieres, rellenos de pellets de plástico que dan el peso similar al busto. Además, existen partes cosidas en axilas y el sostén.
Se hicieron pruebas de los vestidos de baño con diez mujeres en una piscina, que recibían hidroterapia. La reacción fue positiva en general, aunque siempre el objetivo es mejorar el producto, sostiene la profesora Castellanos.
"Aquí no acaba el proceso, esto es un proyecto que debe avanzar por los beneficios que les brindan a estas mujeres. Igualmente demuestra que la labor del diseñador es comprender las necesidades de las personas y aportar para que se puedan suplir", concluyó la docente.