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Artes y Culturas

Tesoros que pasan inadvertidos en la Casa de la Moneda

  • Desde 1994 el Tesoro del Mesuno es una de las exposiciones permanentes del Museo. Foto: cortesía.

  • Para la investigación se usaron las gafas Eye Tracking, que identifican los focos de interés de la persona. Foto: cortesía.

  • El Museo Casa de la Moneda está ubicado en el centro histórico de Bogotá. Foto: cortesía.

  • La mayoría de los visitantes del Museo son extranjeros y estudiantes. Foto: cortesía.

  • El análisis mostró que las personas toman entre 9 y 10 minutos en la exposición del Tesoro del Mesuno, ubicada en la Sala 3. Foto: cortesía.

El 40 % de los asistentes a este museo no se percató del Tesoro del Mesuno, ubicado en el centro de la Sala 3, sobre un mostrador, y que ante los ojos de los visitantes resultó ser solo un mueble, ignorando que allí se exhibe una montaña de monedas de oro descubiertas en 1936.

Esta y otras conclusiones arrojó el estudio realizado por la diseñadora industrial María Alejandra Arango, estudiante de la Maestría en Museología y Gestión del Patrimonio de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), quien analizó el comportamiento de las personas que visitan la Casa de la Moneda, uno de los museos más emblemáticos de Bogotá. 

En la investigación se analizó la interrelación de las personas con los objetos expuestos, a través del uso de gafas Eye Tracking, o seguimiento de ojo, que identifica los focos de interés de los visitantes. 

De las cuatro salas del Museo se eligió esta porque allí se exhiben pinturas, objetos, infografías e imágenes, además de elementos interactivos, que se cree hacen más llamativa la sala para los visitantes. 

Las gafas, de marca Tobii, pertenecen a la Facultad de Medicina de la U.N. y están a disposición de los estudiantes para cualquier tipo de investigación, incluso relacionada con el campo de las artes. 

El trabajo adelantado estableció que las personas que asisten al Museo son estudiantes y extranjeros, quienes se toman entre 9 y 10 minutos en la exposición del mencionado Tesoro del Mesuno. 

En los ojos de los participantes 

Para la investigación se eligieron ocho hombres y ocho mujeres entre los 18 y 55 años, rango de edad que más visita museos en Bogotá. Entre el grupo había ingenieros, administradores de empresa, artistas plásticos, diseñadores, economistas, e incluso tres museólogos. Cada uno de ellos asistió de manera individual al Museo para realizar el recorrido con las gafas puestas. 

Para que las gafas funcionen de manera óptima se deben calibrar con el centro de la pupila del participante. Estas tienen incorporada una luz infrarroja que se refleja en los ojos y mediante una cámara de video graba los movimientos mientras la persona mira una serie de objetos. Estos lentes van conectados a un monitor que la investigadora utilizó para hacer seguimiento de la experiencia de los visitantes. 

Según los mapas de calor arrojados por las gafas, se constató que lo primero que ven al ingresar a la Sala son las infografías y la bóveda alojada en la exposición. Así mismo, 10 de las 16 personas iniciaron el recorrido por el costado derecho y dos de ellas empezaron con la pieza central, debido al enganche visual. 

El tiempo promedio que una persona presta atención a una exposición es de 30 minutos; en esta ocasión el promedio de duración del recorrido fue de 9: el participante que más se demoró en el recorrido duró 23, mientras que el más rápido tardó 4. 

Aunque las mujeres se demoran en detallar las piezas y leer los textos entre 7 y 8 minutos, los hombres, que cuestionan lo observado, se toman entre 11 y 12 minutos. 

Otro de los resultados fue que los jóvenes tardan menos tiempo en el recorrido "entre 6 y 7 minutos" contrario a los adultos, quienes son más detallados y minuciosos en cuanto a las observaciones y tardan hasta 12 minutos. 

Lo que más llamó la atención entre los comentarios de los participantes es que la museografía, o la manera en que está expuesto el Tesoro del Mesuno, no es atractiva para los ojos de los visitantes, ya que su diseño es antiguo (1994) y no tiene una propuesta innovadora que los enganche. 

Bogotá cuenta con una amplia oferta cultural de conciertos, museos, exposiciones de arte, librerías y restaurantes, entre otras opciones, que la convierten en una de las ciudades más atractivas para visitar, como lo indican varios portales de turismo. Sin embargo los extranjeros son quienes más aprovechan para visitar los museos, lugares poco frecuentados por los citadinos, concluye la investigadora.