Terapia CART, eficaz para el manejo de la ira en los adolescentes
Aunque frases como ¿por qué tan fosforito? o tranquilízate se expresan sin alguna intensión ofensiva, en muchos casos tienen el poder de alterar o agudizar la situación de la persona que está experimentando esta emoción. Y es que la ira es una emoción humana natural que se manifiesta con estallidos emocionales como gritos, confrontaciones físicas o verbales, e incluso con autolesiones. ¿Pero por qué las personas se comportan así?
La psicóloga Lina Paola Ramos Castellanos, magíster en Psicología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), explica que “generalmente la ira se suele entender como una experiencia negativa y dañina asociada con una amenaza o un peligro del ambiente que no siempre es real; también mantiene a la persona en estado de alerta y la moviliza rápidamente a la acción en busca de seguridad, protección o distención emocional”.
Aunque al expresar su ira de manera explosiva la persona puede experimentar una sensación de alivio momentánea, a largo plazo estas conductas pueden generar más problemas.
Para abordar esta problemática mediante otras alternativas, la magíster Ramos y el profesor Óscar Mauricio Gallego Villa, del Departamento de Psicología de la UNAL, adecuaron la CART para adolescentes entre 10 y 13 años y sus padres o cuidadores, aunque inicialmente esta fue pensada para tratar adultos.
Según la experta, “las competencias emocionales son aprendidas, y en ese proceso el núcleo familiar juega un papel fundamental, ya que sirve de puente para descubrir y dar significado al mundo”.
“En vez de centrarse en la conducta como tal, procura comprender por qué se da ese comportamiento en un contexto particular, cuál es su función y qué persigue la persona al actuar de esa manera en un contexto específico”, precisa.
Así, se busca que los adolescentes identifiquen la ira, la acepten como parte del rango normal de sus emociones y las funciones de su ira en un contexto específico para que vayan manejando su intensidad y cada vez puedan controlar más su impulsividad.
Lo que hace esta terapia aún más efectiva es su enfoque en el contexto familiar. “Los adolescentes no existen en un vacío, y su entorno tiene un impacto significativo en su regulación emocional. Aunque se espera que los padres posean las habilidades para enseñarles a sus hijos cómo reaccionar ante el malestar emocional, esto no sucede siempre”, reitera la magíster Ramos.
Para materializar la CART se adaptó el protocolo “Regulándonos”, que emplea lenguaje y ejercicios apropiados para la población objetivo que fueron los adolescentes. Este contenido fue validado por 5 jueces expertos, profesionales en psicología con especialización o maestría en psicología clínica a partir del enfoque de las terapias contextuales con niños y adolescentes.
Después de validar y hacer las modificaciones correspondientes se inició la prueba piloto, para la cual se abrió una convocatoria para inscribirse a través del Servicio de Atención Psicológica de la UNAL. Para ello se realizaron entrevistas de admisión, de las cuales se seleccionaron 7 familias que luego participaron en 6 encuentros virtuales de 2 horas cada uno.
La psicóloga precisa que “los adolescentes participantes reportaron disminuciones significativas en el número de comportamientos agresivos y autolesivos a los que recurrían antes para disminuir su malestar emocional relacionado con el enojo”.
Con esto, además de resaltar los beneficios que tiene esta herramienta de abordaje médico, la experta también hace énfasis en la importancia de seguir identificando nuevas variables para hacer que este recurso sea cada vez más oportuno para tratar estos casos. También sugiere “crear espacios para la expresión y comprensión emocional de los diferentes integrantes del núcleo familiar, independientemente de su edad”.