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Artes y Culturas

Tenor de la UNAL se destaca en el campo lírico de Bogotá y Viena

    El tenor santandereano Luis Carlos Hernández Luque, del programa Música Instrumental - Canto, del Conservatorio de Música de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), obtuvo el segundo puesto en la categoría masculina del Premio de Canto “Bogotá Lírica” de la Orquesta Filarmónica de Bogotá.

    El concurso cuenta con una larga trayectoria promoviendo la formación e impulsando el reconocimiento a la excelencia del canto lírico, mediante convocatorias dirigidas a cantantes entre 18 y 35 años para participar con repertorios de lied, chanson, canción tanto española como latinoamericana y colombiana, oratorio, ópera y zarzuela.

    En esta versión el certamen estuvo a cargo de famosas figuras del mundo lírico como el barítono Valeriano Lanchas y la mezzosoprano Martha Senn.

    Pasión por la ópera

    Luis Carlos quedó atrapado por este género a los 15 años, cuando en una vereda de Floridablanca, Santander, escuchó una obra y sintió haberse perdido en la belleza de un arte influenciado por muchas otras formas de arte como la música, el teatro, la danza, la moda y las artes plásticas, entre otras.

    Entre sus representaciones se destacan: tenor solista de El Mesías de Händel junto a la Filarmónica de Medellín; Simón Bolívar en el estreno de la ópera El bosque sobre el bosque, en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo (JMSD) junto a la Sinfónica de Bogotá, y tenor solista en la Misa en mi bemol de Franz Schubert en el Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá del Teatro Mayor JMSD junto a la Sinfónica de Amberes (Bélgica).

    También ha sido solista en Carmina Burana, en el teatro Nacional de República Dominicana; Gustavo en Los gavilanes,junto a la Fundación Jaime Manzur; Abdías en Elías, de Mendelssohn; el molinero en el Gato con botas y Marat en Black el payaso, en el Teatro Colón de Bogotá junto a la Sinfónica Nacional; Tamino en La flauta mágica y Rodolfo en La Bohème en Jaraguá do Sul - Brasil, entre otras obras.

    “Dentro del repertorio en el marco del Premio canté un aria de El Mesías de Händel (parte de tenor); Día de diciembre, una bella canción del compositor santandereano José Rosa Contreras; el aria de la ópera de La Cenicienta y una canción alemana de Edvard Grieg, entre otros. Fue un repertorio de mucha exigencia interpretativa y vocal”, sostiene.

    Oportunidad en Viena

    Recientemente el cantante colombiano fue aceptado en la Maestría en Ópera en la prestigiosa Universidad de Música y Arte Dramático de Viena (MDW), en la cátedra del maestro Ramón Vargas, que según el Ranking QS ocupa el primer lugar a nivel mundial.

    La pandemia por COVID-19 obligó a que este año el proceso de selección se realizara de manera virtual, por lo que los aspirantes debían enviar un video interpretando un repertorio específico de ópera, además de una audición (también virtual) y una entrevista con la mesa directiva del Instituto de Canto y Ópera de la Universidad.

    Además el tenor interpretará un rol en la producción de ópera que se realizará el próximo semestre en el teatro del Palacio de Schönbrunn, uno de los más importantes en Viena.

    Un futuro incierto para la profesión

    Para el cantante, “la ópera y el canto lírico son como una rosa, elegante y hermosa, aunque a veces cueste sostener sus espinas”.

    Señala además que aunque en Colombia las universidades se han preocupado por mejorar la calidad en la formación de sus cantantes, el futuro es “incierto y complejo”, debido a la escasez de oportunidades para trabajar en producciones.

    “Como ‘atletas de la voz’, debemos tener una buena formación técnica y teórica, buenos docentes, estudiar idiomas, relacionarnos con el medio, e incluso ser autogestores. El problema es que son muy pocas las oportunidades que a su vez suelen ser muy competidas por colegas igual de talentosos. Por eso muchos artistas optan por buscar oportunidades de trabajo y formación fuera del país, ya que en Colombia resultan poco asequibles”, señala el tenor Hernández.

    Resalta además que durante la cuarentena obligatoria en el mundo artístico –sobre todo en la ópera– pasaron cosas nuevas y ajenas a la tradición, pues como él, miles de artistas se enfrentaron con una realidad que no les permitía cantar en escenarios ni vivir de su arte.

    “Fue una época difícil, aún lo sigue siendo, por lo que el futuro nos resulta incierto. Si bien en medio de la pandemia muchos sectores se han reinventado, para un cantante lírico es extraño cantar detrás de un micrófono, cuando estamos acostumbrados a que nuestra voz resuene por todo el teatro hasta llegar a la última silla del lugar”.

    El artista recuerda con mucha nostalgia lo que hasta hace un año era su cotidianidad, e invita a las orquestas, las producciones, los teatros, y espectadores a que apoyen el talento local y les den la oportunidad a las nuevas generaciones de seguir cultivando y creciendo en una carrera tan demandante.

    El concurso cuenta con una larga trayectoria promoviendo la formación e impulsando el reconocimiento a la excelencia del canto lírico, mediante convocatorias dirigidas a cantantes entre 18 y 35 años para participar con repertorios de lied, chanson, canción tanto española como latinoamericana y colombiana, oratorio, ópera y zarzuela.

    En esta versión el certamen estuvo a cargo de famosas figuras del mundo lírico como el barítono Valeriano Lanchas y la mezzosoprano Martha Senn.

    Pasión por la ópera

    Luis Carlos quedó atrapado por este género a los 15 años, cuando en una vereda de Floridablanca, Santander, escuchó una obra y sintió haberse perdido en la belleza de un arte influenciado por muchas otras formas de arte como la música, el teatro, la danza, la moda y las artes plásticas, entre otras.

    Entre sus representaciones se destacan: tenor solista de El Mesías de Händel junto a la Filarmónica de Medellín; Simón Bolívar en el estreno de la ópera El bosque sobre el bosque, en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo (JMSD) junto a la Sinfónica de Bogotá, y tenor solista en la Misa en mi bemol de Franz Schubert en el Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá del Teatro Mayor JMSD junto a la Sinfónica de Amberes (Bélgica).

    También ha sido solista en Carmina Burana, en el teatro Nacional de República Dominicana; Gustavo en Los gavilanes,junto a la Fundación Jaime Manzur; Abdías en Elías, de Mendelssohn; el molinero en el Gato con botas y Marat en Black el payaso, en el Teatro Colón de Bogotá junto a la Sinfónica Nacional; Tamino en La flauta mágica y Rodolfo en La Bohème en Jaraguá do Sul - Brasil, entre otras obras.

    “Dentro del repertorio en el marco del Premio canté un aria de El Mesías de Händel (parte de tenor); Día de diciembre, una bella canción del compositor santandereano José Rosa Contreras; el aria de la ópera de La Cenicienta y una canción alemana de Edvard Grieg, entre otros. Fue un repertorio de mucha exigencia interpretativa y vocal”, sostiene.

    Oportunidad en Viena

    Recientemente el cantante colombiano fue aceptado en la Maestría en Ópera en la prestigiosa Universidad de Música y Arte Dramático de Viena (MDW), en la cátedra del maestro Ramón Vargas, que según el Ranking QS ocupa el primer lugar a nivel mundial.

    La pandemia por COVID-19 obligó a que este año el proceso de selección se realizara de manera virtual, por lo que los aspirantes debían enviar un video interpretando un repertorio específico de ópera, además de una audición (también virtual) y una entrevista con la mesa directiva del Instituto de Canto y Ópera de la Universidad.

    Además el tenor interpretará un rol en la producción de ópera que se realizará el próximo semestre en el teatro del Palacio de Schönbrunn, uno de los más importantes en Viena.

    Un futuro incierto para la profesión

    Para el cantante, “la ópera y el canto lírico son como una rosa, elegante y hermosa, aunque a veces cueste sostener sus espinas”.

    Señala además que aunque en Colombia las universidades se han preocupado por mejorar la calidad en la formación de sus cantantes, el futuro es “incierto y complejo”, debido a la escasez de oportunidades para trabajar en producciones.

    “Como ‘atletas de la voz’, debemos tener una buena formación técnica y teórica, buenos docentes, estudiar idiomas, relacionarnos con el medio, e incluso ser autogestores. El problema es que son muy pocas las oportunidades que a su vez suelen ser muy competidas por colegas igual de talentosos. Por eso muchos artistas optan por buscar oportunidades de trabajo y formación fuera del país, ya que en Colombia resultan poco asequibles”, señala el tenor Hernández.

    Resalta además que durante la cuarentena obligatoria en el mundo artístico –sobre todo en la ópera– pasaron cosas nuevas y ajenas a la tradición, pues como él, miles de artistas se enfrentaron con una realidad que no les permitía cantar en escenarios ni vivir de su arte.

    “Fue una época difícil, aún lo sigue siendo, por lo que el futuro nos resulta incierto. Si bien en medio de la pandemia muchos sectores se han reinventado, para un cantante lírico es extraño cantar detrás de un micrófono, cuando estamos acostumbrados a que nuestra voz resuene por todo el teatro hasta llegar a la última silla del lugar”.

    El artista recuerda con mucha nostalgia lo que hasta hace un año era su cotidianidad, e invita a las orquestas, las producciones, los teatros, y espectadores a que apoyen el talento local y les den la oportunidad a las nuevas generaciones de seguir cultivando y creciendo en una carrera tan demandante.