Tengo problemas con mi voz, ¿qué debo hacer?
Un 45 % de los profesionales de la voz (cantantes, actores, conferencistas) sufren trastornos de la voz. Fotos: Jeimi Villamizar - Unimedios
Hablar demasiado, gritar y carraspear la garganta lastiman las cuerdas vocales.
Expertos calculan que en Estados Unidos un 17,9 millones de adultos tienen problemas con su voz.
Las malas posturas continuadas en el momento de la fonación también suelen afectar la salud vocal.
La mayoría de los problemas de la voz se pueden tratar con éxito si se diagnostican a tiempo.
Según estimaciones del Servicio de Fonoaudiología del Hospital de Clínicas José de San Martín (Buenos Aires, Argentina), un 30 % de la población general padece de disfonía en algún momento de su vida; sin embargo, en los profesionales de la voz, como cantantes, locutores, actores, profesores, conferencistas o trabajadores de call center, la cifra llega hasta un 45 %.
Además, durante la pandemia por COVID-19 el uso del tapabocas hizo que las personas forzaran su voz para hacerse escuchar.
Al respecto, la logopeda Martha Peña Sánchez, fonoaudióloga de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), explica que “nuestra voz es única y juega un papel importante sobre quiénes somos, qué hacemos y cómo nos comunicamos, por eso se debe cuidar”.
Agrega que “muchas actividades pueden lastimar nuestras cuerdas vocales y provocarnos afonías, disfonías o ronqueras, entre ellas hablar demasiado, gritar, carraspear de manera constante, exponernos a cambios bruscos de temperatura, y sobre todo fumar y tomar bebidas con alcohol”.
Los trastornos en la voz se pueden definir como el cambio en el sonido de esta; los más comunes son la afonía, que se presenta cuando nos quedamos sin voz o cuando suena con un susurro muy bajo, y por lo general se debe a problemas de la laringe; y la disfonía, que se caracteriza por una alteración del timbre o volumen de la voz, que nos obliga a hacer un mayor esfuerzo para comunicarnos.
La disfonía puede suceder por varios factores e involucra tanto esfuerzo de la tarea en sí misma como hábitos personales o alteraciones respiratorias, endocrinas o gástricas.
Otros trastornos son las infecciones, la subida de los ácidos gástricos hacia la garganta, los virus, los quistes en las cuerdas vocales (tumores no cancerosos), los tumores cancerosos y la parálisis o debilidad de las cuerdas vocales, que si no se tratan a tiempo pueden incluso llevar a la muerte del paciente.
Imaginemos una guitarra: si tocamos la cuerda más gruesa escuchamos un sonido grave, mientras la más fina da un sonido más agudo. De la misma manera, la inflamación y el engrosamiento de las cuerdas vocales por diversos factores suelen ser los responsables de las alteraciones de la voz.
“También pueden existir lesiones en los órganos de la fonación, o que el simple uso vocal inapropiado, que normalmente necesita de una rehabilitación, haga que perdamos nuestras cualidades vocales”.
“La fatiga o el cansancio durante o después de hablar, la sensación de falta de aire, el dolor o las molestias en el cuello y los hombros al hablar o tragar, dolor de oído después de hablar, sensación de cuerpo extraño en la garganta o pérdida de la voz parcial o total, son señales de alerta o banderas rojas que no se deben ignorar”, explica la fonoaudióloga Peña.
Al respecto, advierte que “cualquier trastorno con una duración mayor a dos semanas debe ser atendido por un otorrinolaringólogo para detectar la presencia de lesiones, es importante no automedicarse y consultar a tiempo a un especialista”.
Además, durante su participación en el programa Salud UNAL Contigo, iniciativa de la Facultad de Medicina de la UNAL, recomendó: