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Techos verdes reducirían impacto de las inundaciones en Manizales

    Las comunas Atardeceres, Ciudadela del Norte, Universitaria y San José -ubicadas al oriente de la ciudad-, suelen afrontar fuertes inundaciones en época de lluvias, debido a que están ubicadas en zonas de pendiente. Para reducir el impacto de los aguaceros, se propone la implementación de techos verdes, que retienen una parte del agua, antes de que llegue al sistema de alcantarillado.

    Aunque para drenar las aguas lluvias, las ciudades disponen de sistemas de alcantarillado, en épocas como la actual, donde el Fenómeno de La Niña ha incrementado el porcentaje de estas, las inundaciones aumentan su frecuencia y magnitud.

    Otro aspecto que influye en esta problemática es el aumento de la impermeabilización del suelo vinculado al proceso de urbanización, situación a la que no es ajena prácticamente ninguna ciudad del país.

    La impermeabilización hace referencia al uso de materiales como asfalto y concreto, que impiden la filtración de agua, propiciando su acumulación y provocando, entre otros fenómenos, deslizamientos de tierra.

    La Ingeniería Civil, Jeannette del Carmen Zambrano Nájera, profesora de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, menciona que “el efecto de las lluvias en ciudades como Manizales, ubicadas en zonas montañosas o de ladera, es diferente en comparación con las ciudades planas”.

    Agrega que, “como toda el agua que cae corre montaña abajo, incrementa los caudales, forzando a la red de alcantarillado a liberar mayor carga del líquido, un proceso conocido como flujos de escorrentía”.

    Para mitigar o reducir el impacto de los caudales de las lluvias, la profesora Zambrano Nájera, propone cubrir con vegetación los techos o cualquier otra zona plana, alternativa conocida como sistema urbano de drenaje sostenible.

    Dicha acción, que podría implementarse en casas, parques, jardines, o edificios, permitiría capturar hasta un 25 % del agua; además, ayudaría a evacuarla ya sea mediante absorción, evaporación o drenaje directo.

    “Los techos verdes generan un sistema cíclico funcional, que no solo ayudan a interceptar las precipitaciones, sino que, además, son una alternativa a la descontaminación del aire y al mantenimiento de los ecosistemas, por ejemplo, en el caso de las aves o los insectos” menciona.

    Es importante mencionar que existen dos modelos de techos verdes: los extensivos, que recubren grandes superficies, pero a bajos niveles de vegetación como el césped; y los intensivos, con altos niveles de vegetación como árboles o arbustos, pero varían su tamaño dependiendo la resistencia del techo.

    Opción verde e idónea

    El estudio topográfico, es decir de la superficie del terreno, realizado entre los sectores de Palo Grande y la Ruta 30 (conocida también como San Luis-Ruta 30) hacia el oriente de Manizales, evidenció que la zona tiene pendientes que oscilan entre los 5 y 45 grados de inclinación. Esto hace que el agua lluvia descienda a mayor velocidad sin que sea retenida por el suelo.

    Para la identificación de las zonas críticas se utilizó el programa de información Geográfica QGis (QGIS development team, 2017), un software de libre uso que permitió adicionar de manera automática la zona de estudio, incluidas sus calles.

    Después, para determinar cuáles son las áreas más susceptibles a inundaciones, implementó un modelo que simula las crecientes generadas por las lluvias en el programa de monitoreo Storm Water Management Model (SWMM).

    Para ello, fue necesario introducir los principales datos obtenidos de análisis de 48 eventos por inundaciones pluviales en Manizales, entre 1953 y 2016.

    Así, identificó que sectores como la Avenida Kevin Ángel -a la entrada a Villahermosa-, Colón (carrera 18 con calle 25) Bosques del Norte (Bengala), Solferino Alcázares, Fátima, Las Colinas, Campoamor, Minitas, San Antonio, La Sultana, Arboleda (sector El Triángulo), Malhabar, Persia y Belén, tuvieron entre 8 y 12 inundaciones en ese lapso.

    La metodología seguida permitió relacionar las inundaciones y las condiciones topográficas, tanto con la división hidrológica como con la división administrativa de la zona de estudio.

    Asimismo, la estimación realizada mediante el modelo SWMM determinó que las zonas con presencia de vía a vía o calles, tienen un 49.8 % de inundación, seguidas de las escaleras con un 24.6 %, y laderas naturales o montañas con un 24.6 %.

     La investigadora destaca que tales hallazgos muestran que el modelo de sistema verde es funcional para mitigar el impacto por lluvias. Implementar una estrategia de este tipo, implicaría disponer de un área de mínimo un metro, aunque su extensión puede superar los 30 metros. Y, con respecto a la vegetación es importante que las plantas utilizadas no requieran del cuidado de alguien en tiempo de sequía y que sobreviva al clima semihúmedos, el principal de Manizales.

    Su propuesta está pensada sobre todo para comunas como Atardeceres, Ciudadela del Norte, Universitaria y San José, que, por su topografía de pendiente, presentan gran cantidad de inundaciones al año. Además, como es una zona altamente urbanizada, los drenajes naturales han desaparecido lo que incrementa la erosión en las laderas.