Tazón biodegradable, premiado en concurso internacional de diseño
La competencia tiene dos categorías: estudiantes y de profesionales, y la firma Stora Enso –productora de papel de alta calidad radicada en Finlandia– es la única que da un bono en efectivo.
“Es el concurso de diseño más grande que he visto en este medio y tiene unos jurados de muy alto nivel”, cuenta el diseñador Acevedo, ganador con su FlatBowl.
En esta ocasión la temática se enfocó en dar soluciones de economía circular, es decir, prácticas orientadas al reciclaje, la reutilización y el uso de fuentes renovables, entre otras.
El empaque ganador fue un diseño que realizó en 2016, del cual tiene una patente de modelo de utilidad. La base de este producto usa una metodología de elaboración básica, que es la misma forma en la que se hace cualquier caja de cartón o papel. No hay una tecnología de punta involucrada en el proceso, lo que también le da gran versatilidad.
Como este diseño es completamente plano, se produce o se imprime, y así –como si fuera solo una lámina de papel o cartón–, se puede despachar a los restaurantes. En el momento en el que se va a usar, se arma a través de un único doblez, que es la otra innovación del diseño. “Es como un cono que se trunca, y se invierte con otro cono”, explica el diseñador.
Por otro lado, maneja diferentes tamaños: puede salir de medio pliego de papel, de un cuarto de pliego o de un octavo. Está pensado para comidas secas y tiene otro tipo de conos que se prenden de las esquinas para las salsas.
Su materia prima es el bagazo de caña, un subproducto de la producción de caña de azúcar. Además, estos empaques no utilizan ningún pegue, solo se traban con llaves mecánicas, lo que los hace mucho más sostenibles porque entre menos pegues y menos materiales añadidos tenga, más se enmarcan dentro de la sostenibilidad.
Tiene como ventaja adicional que es un producto 100 % colombiano: se fabrica con material y con mano de obra local. Con esto también se disminuye la huella de carbono al no tener que traer empaques del exterior.
En cuanto a costos, el diseñador Acevedo señala que, en comparación con empaques convencionales como los plásticos, los empaques sostenibles que él fabrica tienen un precio similar de venta. Incluso, dependiendo de la cantidad que se produzcan, podrían ser más económicos. Además, este tiene la ventaja de ser un producto más verde, algo que la gente ha empezado a exigir en el mercado.
Para el diseñador Acevedo, lo más retador de un proceso de diseño es encontrar una solución costo-beneficio equivalente o mejor de lo que ofrezca el mercado en el momento.
Así mismo, lo que se debe tener en cuenta al momento de crear estas alternativas es que el diseño se fácilmente escalable. Hay muchos diseños de empaques y otro tipo de productos que pueden ser muy buenos, pero no son producibles “y una buena idea solo es buena si es aplicable a la industria, si no se queda en el aire”.
El diseño ganador logra estos elementos: es competitivo, es realizable y tiene un costo-beneficio muy alto para los restaurantes. Esas son las claves para hacer un producto real y que sea factible reproducirlo a gran escala.
El diseñador de la UNAL venía participando en esta competencia hace cinco años, pero solo había logrado quedar entre los trabajos destacados. Esta vez la convocatoria parecía ser la indicada, pues la temática se ajustaba por completo al trabajo que ha venido desarrollando desde hace unos tres años, cuando creó su empresa foldesign.co, el proyecto profesional en el que trabaja día a día.
“Estoy comprometido a desarrollar el futuro de los empaques sostenibles. Entonces me he concentrado en las comidas para llevar, todo lo que sea para domicilio y para comer en la mesa, pero que sea a partir de papel”, destaca.