Software mejora procesos de calidad en plantas de lácteos

La mayor parte de la leche que acompaña nuestros desayunos es UHT (ultraalta temperatura), un proceso al que implica calentarla entre 135 y 150 °C por 2 a 4 segundos, y luego, al enfriarse, se envasa rápidamente. Así no solo se esteriliza, sino que además se prolonga su vida útil.

Una planta que adelante estos procesos no solo debe cumplir con rigurosos estándares de calidad, sino que también debe garantizar la frescura y seguridad de la leche, desde que se recibe hasta que se empaca. Para estos fines se lleva un cuidadoso monitoreo y registro en papel que ofrece grandes oportunidades de mejora.

Ese fue el punto de partida de Marco Tulio Alarcón Rincón, magíster en Ingeniería Industrial de la UNAL Sede Bogotá, quien vio en su trabajo que algunas plantas de lácteos operaban con un sistema de registro de datos en formatos impresos que terminaba siendo una gestión engorrosa y propensa a errores, y por eso propuso el software inteligencia de fabricación empresarial (EMI).

“Esta herramienta está especializada en el control de variables de proceso, análisis de datos y mejora de la trazabilidad –o seguimiento–, lo que la convierte en la más adecuada para abordar los desafíos identificados”, destaca el egresado de la UNAL.

Eficiencia operativa, la apuesta

Para llegar a EMI, inicialmente el magíster tomó como base una planta de lácteos que contaba con 15 estaciones de procesamiento, entre ellas: recepción de la leche cruda, análisis de calidad, descargue, pasteurización (eliminar microorganismos mediante calor), descremado (ajustar la grasa de la leche), esterilización y el empaque.

Por cada una de esas estaciones había un operario a cargo que debía llenar a mano los formularios con información como temperatura, flujo, peso y otros factores según el proceso. Luego ese papeleo era recopilado y analizado para realizar la trazabilidad del producto.

“Había dos problemas: (i) los formatos no siempre llegaban actualizados con los datos que necesitábamos registrar y se presentaban demoras en los procesos de trazabilidad, y (ii) en ciertos casos los formatos no tenían la información completa, lo que dificultaba reunir toda la documentación para realizar un análisis completo del proceso”, señala el magíster.

El investigador corroboró estos problemas a través de un mapeo de los procesos y encuestas a trabajadores del lugar: “las principales oportunidades de mejora fueron aumentar la eficiencia operativa, optimizar la trazabilidad y reducir los errores”, comenta.

Para probar el software hizo una prueba piloto en una empresa de lácteos, la cual dio buenos resultados en la reducción de los costos de reclamación de clientes, un mayor control de variables críticas como peso y temperatura, y optimización en los tiempos de trazabilidad: lo que tomaba alrededor de 8 horas, con la herramienta tardaría solo 30 minutos.

Y también hay otros potenciales, como los que menciona el experto: “al tener la información parametrizada, el sistema genera alertas visuales en tiempo real, indicando con colores si una variable está dentro o fuera de los límites establecidos, lo que le permite al personal detectar y corregir oportunamente algo que es complicado hacerlo en el papel”.

Otra ventaja es que, al contar con todos los datos en un sistema centralizado, la planta generó nuevas variables e indicadores de cálculo automático a partir de la información recopilada. Por ejemplo, hoy se monitorea allí de forma inmediata el tiempo transcurrido desde el último lavado de los silos donde se almacena la leche, un factor crucial para garantizar la calidad y seguridad de este producto.

“La transformación digital tiene muchos beneficios, entre ellos mejorar la productividad, fomentar el mejoramiento continuo y optimizar los recursos humanos; además EMI se podría extender a cualquier sector industrial o de manufactura”, concluye el magíster.