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Política y Sociedad

Soberanía alimentaria: esencial en el desarrollo de las comunidades amazónicas

    Durante el Tercer Foro Internacional sobre la Amazonia (FIA), que se realiza en Brasilia, capital de Brasil, y que reúne a expertos, académicos y líderes de distintos países para discutir y buscar soluciones a los desafíos que enfrenta la región Amazónica, la profesora Eliana María Jiménez Rojas, directora de la Sede Amazonia de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), afirmó que “urge consolidar estrategias que garanticen el acceso a los alimentos de las comunidades indígenas que viven en zonas periurbanas como Leticia”.

    Durante el panel “Crisis económica y social y alternativas para la sustentabilidad de la Amazonia”, se recordó que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las zonas del planeta en las que se presenta mayor inseguridad alimentaria son las selvas tropicales, lo cual es paradójico teniendo en cuenta la abundancia en productos y especies útiles para la alimentación humana que existen en los territorios amazónicos, por ejemplo.

    “El rastreo del sistema de abastecimiento de los alimentos adelantado por la UNAL Sede Amazonia mediante entrevistas y muestreos ha evidenciado que aunque en las zonas urbanas existen formas convencionales de acceso a los alimentos, en la población rural o las poblaciones indígenas tanto periurbanas como alejadas estos sistemas no aplican de la misma manera”, indicó la académica.

    En zonas periféricas de las cabeceras municipales habita una gran cantidad de población indígena, y por ende su alimentación es muy diferente a la de los pobladores de los territorios.

    El 45 % de los alimentos de Leticia provienen de la biodiversidad de la región y se consumen directa e indirectamente, es decir que algunos se consumen en fresco y otros después de ciertas transformaciones artesanales; además proveen recursos económicos con los cuales se adquieren otros alimentos que requieren para apoyar una seguridad alimentaria en los hogares.

    De otra parte, pese a los grandes conocimientos que tienen las comunidades acerca del bosque, las chagras y las especies compran cerca del 62 % de los productos que consumen, lo que quiere decir que existe una dependencia del mercado.

    Según la profesora Jiménez, “es importante construir una agenda entre las universidades de la región que permita ofrecer programas de pregrado y posgrado adecuados al contexto y los requerimientos específicos del territorio, que trabajen de la mano con los estudiantes y las universidades”.

    “También se deben fortalecer las alianzas de los agentes interesados en propiciar una polifonía de los conocimientos y saberes de la Amazonia, establecer prioridades para proyectos conjuntos en diplomacia científica enfocada hacia los jóvenes, y además procurar la internacionalización de las opciones de educación superior que se ofrecen en la región”.

    Se necesita una mirada integral de la cuenca Amazónica, creando programas conjuntos entre los países que forman parte de ella, ya que comparten las mismas problemáticas como la contaminación por mercurio, la deforestación y los incendios forestales.

    “En ese sentido, se requiere que las universidades aportemos a la construcción de diálogos interculturales con los diferentes saberes, que la información científica que existe sobre la Amazonia sea tema de conversación entre los movimientos locales y los decisores”.

    “El reto es tejer una unidad desde la diversidad para poder enfrentar las amenazas, unir fuerzas, ser más resilientes y tener proyectos de vida que superen las fronteras de los países y del conocimiento”, manifestó la docente.

    En el panel, realizado en el Auditorio de la Universidad de Brasilia, además de la profesora Jiménez participaron: Ricardo Gilson, profesor de la Universidad Federal de Rondônia; Eliana Torelly, subprocuradora-General de la República de Brasil; y Julio Barbosa, presidente del Consejo Nacional de las Poblaciones Extractivistas (CNS).