"Anteriormente la gente pensaba que los microorganismos solo eran contaminantes patógenos y que deterioraban los alimentos. Afortunadamente, ahora el consumidor es más consciente de que hay una serie de microorganismos que traen muchos beneficios tanto para la transformación y mejora de las cualidades del alimento en sí, como nutricionales, como es el caso de las bacterias lácticas presentes en el yogur", afirmó la docente de la UN en Manizales Sneyder Rodríguez Barona.
Investigadores de la Universidad explicaron que optaron por la producción de un snack, primero porque es un producto llamativo para la población infantil, a la cual piensan llegar ya que es en los niños donde se encuentra una alta incidencia de enfermedades diarreicas causadas por la malnutrición y prácticas inadecuadas en la preparación de los alimentos.
Igualmente porque se busca crear una alternativa diferente a los yogures probióticos, puesto que cada vez hay más gente intolerante a la lactosa y es importante diversificar estos probióticos en otros alimentos, debido a que son sanos y contribuyen a contrarrestar el crecimiento de microorganismos patógenos en el cuerpo.
De esta forma, cuando un niño abra un empaque de este producto encontrará hojuelas de fruta del sabor de su predilección, logradas mediante la bio-impregnación al vacío de microorganismos probióticos en matices de frutas liofilizadas que conservan, además de su valor probiótico, las cualidades nutricionales de las frutas.
Rodríguez Barona, investigadora del proyecto, aseveró que "luego de cortar en láminas el producto, cada parte es introducida en matraces (recipientes) que contienen el jugo de mora con los microorganismos, los cuales gracias a la porosidad del alimento y a la técnica de impregnación al vacío, entran en la lámina quedándose ahí. Posterior a esto se realiza el proceso de liofilización, con el cual la lámina queda deshidratada, no se afectan los componentes nutricionales y las bacterias permanecen viables".
Hasta el momento, la primera parte de la investigación ha arrojado buenos resultados, los microorganismos crecen adecuadamente en los extractos de frutas, incluso en el de mora que tiene un pH bajo.
Dentro de poco tiempo se espera poder iniciar las pruebas en la manzana y la fresa, frutas de las cuales la bibliografía reporta una muy buena porosidad y recomienda su aplicación para estos fines.
Así mismo, se evaluará el número de microorganismos presentes en la muestra liofilizada, que deberá no ser menor de 106 bacterias por gramo, tal como lo sugiere la norma.
Rodríguez Barona puntualizó: "Comprobaremos también la presencia de los microorganismos dentro de la fruta mediante la observación con microscopio electrónico y más adelante vendrán los ensayos y pruebas de vida útil y aceptación por parte del consumidor".
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