Síndrome de Sjögren también afecta el tracto gastrointestinal, según estudio
Imagine despertar cada día con dolor en las articulaciones, una incómoda sensación de arenilla en los ojos, o, aún peor, con la boca tan seca que apenas puede hablar. Esta es la realidad para muchas personas –en su mayoría mujeres entre 30 y 50 años– que padecen síndrome de Sjögren, enfermedad llamada así por el oftalmólogo sueco Henrik Sjögren, cuya tesis doctoral en 1933, titulada “El conocimiento de la queratoconjuntivitis”, finalmente sirvió como base para diagnosticar esta afección en la que las células inmunitarias atacan y destruyen por error a las células sanas de las glándulas que producen lágrimas y saliva.
Y aunque es reconocida por estas causas, la afección también tiene un impacto en el sistema gastrointestinal que se había explorado poco. El doctor Juan Sebastián Frías Ordóñez, residente de segundo año de Gastroenterología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y uno de los autores principales del estudio, subraya que su prevalencia en Colombia se estima en alrededor del 5 % de la población, y por ser crónica puede comprometer seriamente la calidad de vida de quienes la padecen.
Entre las complicaciones más comunes están la dismotilidad esofágica, que provoca dificultad para tragar; la gastritis crónica; la disminución de ácido estomacal, y problemas en el páncreas y la vesícula biliar.
El artículo –publicado en la Revista Colombiana de Gastroenterología y con más de 2.000 vistas– dio a conocer unas de las manifestaciones en un caso inusual. Se trata de una mujer de 70 años con síndrome de Sjögren que, sin presentar síntomas evidentes, fue diagnosticada con colangitis esclerosante primaria, una enfermedad inflamatoria que afecta los conductos biliares del hígado, lo que puede derivar en cirrosis, y en casos severos en la necesidad de un trasplante de hígado.
“A la paciente se le realizaron unas pruebas en el hígado, las cuales salieron alteradas y finalmente se llegó al diagnóstico de la colangitis esclerosante primaria, la cual se confirmó a través de imágenes diagnósticas”, relata el residente.
En la revisión que hicieron los doctores encontraron que, en efecto, hacía 15 años la mujer había presentado los síntomas de ojo y boca seca, aunque en su historia clínica no había nada que condujera a estos resultados.
Después de confirmar la relación de estas dos condiciones la paciente fue tratada con medicamentos que ayudan a descongestionar el hígado, y se sometió a dilataciones endoscópicas para mejorar el flujo biliar.
Cabe destacar que este caso resulta de gran relevancia dado que una de las principales dificultades en el tratamiento de esta enfermedad es que sus síntomas, sobre todo los digestivos, a menudo son inespecíficos y se pueden confundir con otras patologías.
De hecho, el investigador indica que “este es uno de los grandes retos a la hora de diagnosticar el síndrome de Sjögren, ya que el paciente puede presentar complicaciones que, si no se reconocen a tiempo, pueden avanzar y deteriorar significativamente su calidad de vida”.
“Este tipo de asociaciones no son comunes, pero sí existen. El artículo busca poner en evidencia que se debe mirar más allá de los síntomas tradicionales”, afirma.
El artículo fue destacado como el más leído en la semana digestiva de la Asociación Colombiana de Gastroenterología.