Sin restauración ecológica se habría vulnerado suministro de agua en veredas de Santa Elena (Antioquia)

La metodología se aplicó a la microcuenca San Pedro, en donde la Alcaldía de Medellín compró más de 58 hectáreas, de las cuales restauró más de 33 con especies nativas como aliso, roble, arboloco y arrayán, haciendo que la cobertura de bosques pasara del 29,12 al 54 %.

Beatriz Cecilia Martínez Contreras, magíster en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, explica que para establecer cuál sería la influencia de la restauración ecológica sobre la regulación hídrica, analizó los costos en términos monetarios y la efectividad de las intervenciones en términos de la variación de los caudales mínimos.

“Es importante determinar estos factores, especialmente en las microcuencas que abastecen los acueductos de zonas rurales, pues si el caudal disminuye tanto que no puede suplir la demanda de agua, cientos de personas quedarían sin acceso al líquido”, amplía.

Su propuesta junta dos herramientas que determinan qué tan efectivas fueron las medidas de restauración implementadas o qué tanto lo serán a futuro: el análisis costo-efectividad y la simulación hidrológica de los caudales.

La cobertura vegetal tiene influencia sobre la dinámica del agua en el suelo y por ende sobre la capacidad de regulación hídrica de microcuenca, es decir, que los caudales máximos y mínimos tiendan al caudal promedio.

"Lo deseable es que los caudales picos o altos se minimicen para evitar las inundaciones en invierno, y que los caudales mínimos aumenten para que las corrientes o drenajes no se sequen durante el verano".

El mejor escenario posible

Ante preguntas como qué hubiera pasado si no se hace, o si se pueden lograr los mismos objetivos a un menor costo –que se pueden extrapolar a cualquier proyecto de restauración ambiental–, la especialista planteó ocho escenarios, uno real y siete hipotéticos, tres con diferentes costos (compra de predios, alquiler de predios y pago por servicios ambientales) y cinco con variación en las áreas de cobertura.

La evaluación costo-efectividad comprende la simulación hidrológica de los escenarios mediante la aplicación del modelo hidrológico Water Evaluation and Planning (WEAP), además del análisis de las inversiones económicas realizadas en la microcuenca entre 2008 y 2019.

A corto y mediano plazo el escenario más favorable, o más costo-efectivo, fue el de pago por servicios ambientales acompañado de restauración en una extensión cercana al 50 %. Este consistía en otorgar un incentivo económico periódico pactado con los propietarios de los predios como compensación por conservar el bosque y permitir las actividades de restauración.

“Este representa bajos costos de inversión inicial e igual comportamiento hidrológico con respecto a los otros escenarios evaluados. Sin embargo, también representa incertidumbre frente a su continuidad a largo plazo, pues al estar basado en acuerdos o contratos voluntarios, el pacto puede cambiar por la dinámica de los precios de la tierra, la presión por opciones de compra y la variación en la voluntad política institucional”, agrega la magíster.

A largo plazo la mejor opción sería la compra de predios y la restauración de áreas degradadas, ya que tendría igual comportamiento hidrológico y sus costos fijos por custodia y mantenimiento serían menores que el de pago por servicios ambientales.

Otro hallazgo de su trabajo es que en los escenarios en los que no se plantea la restauración ecológica presentan una disminución en la capacidad de regulación de los caudales mínimos de la quebrada, incrementando el riesgo de conflictos por el agua.