Sensibilización y modernización de la red eléctrica, medidas esenciales para la transición energética en Mitú
Las acciones realizadas por los expertos de la Universidad incluyeron comparaciones entre electrodomésticos de alto uso como estufas eléctricas y estufas de inducción, bombillas incandescentes y bombillas led, lo que evidenció que estas últimas reducen el consumo hasta en un 77 %.
A partir de estos resultados se hicieron recomendaciones para optimizar el uso de electrodomésticos, entre ellas moderar el uso del aire acondicionado, descongelar periódicamente las neveras, aprovechar la luz solar, y contemplar la cocción de los alimentos en estufas que usan biomasa (materia orgánica que se pueda emplear como fuente de energía, como por ejemplo residuos agrícolas), las cuales han impactado positivamente en la sensibilización de las comunidades con respecto a sus prácticas cotidianas.
Luego se construyó un mapa de actores y se concluyó que la concientización de un uso racionalizado de la electricidad se debe combinar con la modernización de la red, que debe incluir la instalación de equipos de medida para obtener información verídica de la operación de la red y así tomar decisiones de inversión y configuración basadas en los datos propios del sistema de distribución local.
Precisamente un grupo de estudiantes liderados por la profesora Sandra Ximena Carvajal Quintero, de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la UNAL Sede Manizales, diseñó tableros interactivos para obtener y almacenar diferentes datos de recursos energéticos en tiempo real y usarlos como herramientas pedagógicas y de diagnóstico, los cuales serían útiles para el caso de Mitú y de otras comunidades apartadas.
Estos dispositivos permiten obtener datos de consumo y de las pérdidas en sistemas eléctricos, y también se emplean para enseñarles conceptos de eficiencia energética a los estudiantes de pregrado y posgrado de Ingeniería Eléctrica.
“Algunos equipos son portátiles y se han llevado a estas zonas apartadas para mostrar los resultados en temas de pérdidas y usos significativos de la energía que permiten avanzar en la toma de decisiones acertadas en cuanto a mejorar la continuidad en el suministro de electricidad en comunidades como Mitú”, precisó la docente.
Los equipos, diseñados en el Laboratorio de Gestión de la Demanda Eléctrica, integran mediciones de dispositivos cotidianos, simulaciones técnicas y visualizaciones claras.
La experiencia de analizar las condiciones de la red eléctrica en Mitú se caracterizó por evidenciar que su sistema eléctrico depende casi exclusivamente de una planta generadora diésel, una fuente costosa y contaminante. Según estudios recientes, las pérdidas totales del sistema alcanzan un 40 %, de las cuales el 20 % se generan en transformadores y redes de baja tensión y el 10 % provienen de las instalaciones de los usuarios finales.
Los transformadores, sometidos a cargas muy altas, estallan con regularidad, lo que representa un peligro constante para la comunidad. Estas descargas energéticas frecuentes provocan daños significativos en los electrodomésticos, lo que ha llevado a que muchas familias eviten adquirir nuevos aparatos debido a las constantes averías.
El censo energético reveló que los aires acondicionados y las estufas eléctricas son los electrodomésticos más utilizados, además de altamente ineficientes. Esto no solo incrementa el consumo, sino que también eleva los costos para los hogares, que dependen de subsidios para mantener su acceso a la energía.
Mitú cuenta con un enorme potencial para diversificar sus fuentes de energía. La región se podría beneficiar de sistemas hidroeléctricos a pequeña escala (PCH) eficientes, además de invertir en sistemas de infraestructura de medición avanzada y promover que los usuarios finales instalen en sus casas sistemas de generación solar fotovoltaica para que se conviertan en autogeneradores y participen activamente en la operación de la red de distribución local.
Al mismo tiempo, implementar programas de reemplazo de electrodomésticos ineficientes impactaría significativamente en la reducción del consumo energético. Según simulaciones realizadas, una inversión del 7,5 % en estos programas reduciría en 20 años la demanda acumulada de energía en más de 25 GWh, lo que beneficiaría especialmente al sector residencial, que representa el 88 % de los usuarios.
Por último, se resalta que el mapeo de actores permitió identificar aliados estratégicos como el gobierno municipal y departamental, el SENA y la veeduría local, con capacidad de liderar y fomentar iniciativas de eficiencia energética. “Esta articulación es fundamental para garantizar el éxito de cualquier intervención en el territorio”, puntualizó la docente Carvajal.