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Educación

Señalización de la UNAL Sede de La Paz ganó premio de diseño “Lápiz de Acero”

    Un diseño sin precedentes, que tiene en cuenta la cultura de esta región del país, y que con la ayuda de los saberes de comunidades –como la arhuaca o wayúu– construyó una señalización que trasciende lo tradicional, implementando toda una nueva tipografía, así es el proyecto conjunto de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) que ganó en la categoría de “Gráfica espacial” de la edición 2023 el prestigioso premio “Lápiz de Acero”.

    Este galardón se ha entregado desde 1997 como una forma de reconocer lo mejor del campo del diseño en el país, y poder difundirlo de manera amplia, dándole la oportunidad a creadores y profesionales de tener visibilidad. En sus 20 ediciones se han cubierto todas las especialidades –entre ellas el diseño de producto, vestuario, o de espacio–, a través de 23 categorías. En total han participado 8.926 proyectos, de los cuales 368 han recibido el trofeo.

    El profesor Rolando Ruiz, de la Escuela de Diseño Industrial de la UNAL, asegura que “la idea es muy interesante, pues ayuda a darle una impronta a la Sede de La Paz en torno a su preocupación por la naturaleza que adorna la región. Desde hace algún tiempo yo venía trabajando en el tema de señalización de la Sede Bogotá”.

    La UNAL ya ha conseguido el galardón en algunas categorías de versiones pasadas; esta edición es un renacer del premio, pues llevaba algunos años sin ser entregado. El profesor Fredy Chaparro, director de la Unidad de Medios de Comunicación (Unimedios) de la UNAL, asegura que “este es uno de los reconocimientos más importantes del país en este campo, con una tradición que lo hace sin lugar a dudas un incentivo fundamental para seguir construyendo saberes y conocimiento desde la Universidad”.

    Alexander Encizo, diseñador industrial de la UNAL, indica que “la guía consistía en hacer un planteamiento de círculos concéntricos, teniendo como eje la Biblioteca; esta visión radial que se tuvo desde un centro que empieza a abrirse forma parte de la cosmogonía de los arhuacos, pues para ellos así es el origen del universo”.

    El profesor Chaparro, quien es diseñador gráfico, añade que “la señalización de la Sede de La Paz es un esfuerzo por tener una idea propia del espacio de ese lugar, reflejando el entorno cotidiano y multicultural que vive alrededor. Gracias al trabajo con las comunidades se determinó la mejor forma de crear símbolos que se integraran a los edificios y mantuvieran la impronta de la región”.

    Por su parte, el profesor Ruiz, menciona que “uno de los conceptos más importantes fue la idea de utilizar el muro como lienzo, pintar sobre las paredes, en vez de diseñar unas señales que luego se adosaran a ellas”.

    También se destaca el diseño generativo, con el cual se desarrollaron texturas y patrones basados en las grecas de las mochilas arhuacas y wayuú, las cuales también se utilizaron como fondo de la nomenclatura de los edificios.

    El diseño de estos espacios también es relevante desde lo arquitectónico e industrial, por eso la señalización incluyó la técnica de esténcil, que se hace por medio de plantilla y aerosol, que es más práctica, ya que las condiciones climáticas de la Sede que no permiten ubicar objetos distintos para la señalización.

    El diseño piloto de la tipografía de esta señalización –que se trabajó desde 2018– se tomó como una referencia para ampliar este tipo de herramientas en las demás sedes de la Universidad, lo cual fue algo innovador, pues la forma y las particularidades de la Sede de La Paz se prestaban para hacer algo más experimental.

    Al respecto, el profesor César Puertas, coordinador del programa de Diseño Gráfico de la UNAL, señala que “hicimos una extensión de las fuentes tipográficas Ancízar, que son de la Universidad, creando modificaciones para poder aplicarlas a los letreros de la Sede, complementando con información gráfica sobre las culturas indígenas de la región para que la fuente tuviera patrones de textura característicos”.

    Esta nueva versión tipográfica incluyó una familia de pictogramas que facilitaron la construcción del diseño, y además otro punto importante fue la creación de una protección contra la iluminación en los ventanales, lo cual ayudó a que algunas aves dejaran de estrellarse contra los vidrios.

    “La planeación y ejecución no se podían limitar a ubicar unas tablas de señalización en las paredes, sino que se debía integrar el ADN propio de la Universidad, que en esta región tenía como indicador indispensable a la naturaleza y la riqueza cultural de las comunidades”, recalca el profesor Puertas.

    Por último, Juan Sebastián Cuestas, diseñador gráfico de la UNAL, recuerda que “el diseño fue escalando hasta convertirse en algo más que un requerimiento para nombrar y configurar espacios, llegando a ser un esquema de señalización que permitiera crecer a medida que la infraestructura arquitectónica de la Sede se fuera desarrollando”.