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La importancia de 13 especies entre rosetas, arbustos y hierbas forman parte de la investigación adelantada por el Grupo de Restauración Ecológica de la U.N. con el apoyo de Colciencias, como parte de un proyecto macro sobre selección, manejo y propagación de especies para la consolidación de estrategias de restauración ecológica de los páramos andinos.
Según el profesor Orlando Vargas Ríos, director del grupo, este método de recuperación en zonas de gran altitud es desconocido en el país, tanto en su ecología como en su fisiología.
"Los páramos se caracterizan por su diversidad biológica; por eso se estudian comunidades vegetales para hacer la propagación. Las semillas poseen diversidad genética lo que garantiza la gran variedad del ecosistema", afirma el investigador.
De acuerdo con el académico, para poder utilizar las semillas es necesario conocer la dispersión, germinación y establecimiento de las mismas. Es por esto que se seleccionaron 13 especies mostradas en la publicación denominada Semillas de plantas de páramo: ecología y métodos de germinación aplicada a la restauración ecológica.
En este libro se elaboró un catálogo sobre el comportamiento de estas plantas y su aporte a la recuperación de los páramos. La publicación es editada por el profesor Vargas y la investigadora Victoria Pérez Martínez.
La investigación se ha desarrollado en el Parque Nacional Chingaza, que tiene sectores en los que la ganadería y la agricultura dejaron su profunda huella, al igual que la minería de caliza para la industria cementera, usada años atrás. Además, existieron zonas con gramíneas invasoras del Mediterráneo y África.
Las semillas se usaron en viveros y su germinación se hizo en el Laboratorio de Fisiología Vegetal de la U.N. Las plántulas salientes se llevaron a las zonas degradadas. "No obstante, la idea es propagarlas directamente", señala el profesor Orlando Vargas.
Ejemplos
Un total de 10 arbustos, 2 rosetas y una especie de hierba fueron las utilizadas en este estudio, que indagó no solo la parte ecológica y de germinación, sino también sus condiciones de luz y temperatura.
Un ejemplo son las Berberis goudotii, conocidas comúnmente como espuelo, tachuelo, uña de gato y adorote. Como plantas, se distribuyen constantemente por Sudamérica y son útiles para la restauración de potreros. Genera menos de cinco semillas por fruto y su germinación requiere una temperatura óptima de 20 grados centígrados (°C) de día y 10 de noche, con un tiempo medio de germinación de 35 días, aproximadamente.
La única especie de hierba en el estudio es la Halenia major, conocida también como tote. A pesar de venir de Asia para luego migrar a Centro y Sudamérica, son importantes en la regeneración de páramos. Sus semillas presentan una germinación entre 10°C y 20°C de día y entre 20°C y 30°C de noche. En condiciones de luz y tiempos de germinación aumentan más en horas nocturnas.
La Puya santosii es una de las dos rosetas trabajadas en la investigación, se encuentra presente en la cordillera oriental de Colombia y en zonas de páramo como áreas abiertas o dentro de la matriz de matorrales bajos. Tienen una temperatura similar a la de las plantas tote, pero germinan mejor a mayor cantidad de luz, entre 13 y 20 días.
Versión en inglés en:
http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/ndetalle/article/seeds-are-essential-for-andean-tundra-recovery.html