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Política y Sociedad

Seguridad y soberanía alimentaria en Nariño se deben construir con visión integradora

    Promoción de mercados comunitarios, producción limpia de alimentos, defensa de semillas propias, cuidado del medioambiente, valorización de conocimientos y saberes locales, participación comunitaria y rescate de la cultura y las tradiciones son expresiones de complementariedad de las poblaciones de Tumaco, Túquerres, Carlosama, Guachucal y Cumbal, municipios de Nariño que buscan proteger la vida promoviendo una visión integradora y sostenible del proceso alimentario.

    La nutricionista-dietista Claudia Marcela López Cuartas, magíster en Seguridad y Soberanía Alimentaria de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), centró su estudio en las Escuelas de Líderes Gestores en Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (Eligessan) como escenarios demostrativos de complementariedad, una metodología de empoderamiento para las comunidades implementada por el Observatorio de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (OBSSAN) de la UNAL.

    Para desarrollar su trabajo comparó cómo es el proceso que se da entre las escuelas del Nariño andino y las del Pacífico (Tumaco).

    “En los territorios visitados aprecié de cerca la cotidianidad de las comunidades, las disputas entre soberanía y seguridad alimentaria no eran tan evidentes y claras, más bien se daban desde la realidad de los territorios”.

    “También evidencié que aunque el contexto es determinante al momento de identificar las expresiones de complementariedad de ambos conceptos, estas sí existían y se veían precisamente en la cotidianidad en torno a lo alimentario en las comunidades”.

    La investigadora entrevistó a 16 participantes en los procesos de las Eligessan, dentro de los cuales se encontraban personas de comunidades indígenas, campesinas y afrodescendiente en los cinco municipios.

    En el caso del Nariño andino observó que las expresiones de complementariedad se daban mediante los mercados comunitarios como espacios de reconocimiento e integración, lo mismo que en la defensa de semillas propias a través del establecimiento de bancos de semillas, conservación y recuperación de recetas y alimentos ancestrales, y cuidado del agua como generador de vida.

    “Estas acciones las realizan con el objetivo de limitar la llegada de alimentos foráneos, que en su concepto generan inseguridad alimentaria”, indica.

    En el Nariño andino la chagra se presenta como un ejemplo de soberanía y seguridad alimentaria donde la comunidad decide qué, cómo y quién produce, promoviendo alimentos propios, limpios y seguros.

    Con respecto a las Eligessan de Tumaco hubo una participación de la población afrodescendiente y awá en el ejercicio de caracterizar las expresiones de complementariedad en el territorio. Así, se obtuvo que para esta zona del país dichos elementos se reflejan en la reivindicación y reapropiación de lo propio, en cultivar con amor y respeto y el regreso a la tierra, el cuidado del medioambiente con la promoción y el consumo de alimentos ancestrales y sostenibles evitando el uso de químicos, recuperación de técnicas ancestrales de cultivo.

    Igualmenteen elinvolucramiento de la comunidad en la toma de decisiones sobre seguridad alimentaria y nutricional, promoción de espacios de diálogo y participación activa de las mujeres en la producción y gestión de alimentos.

    Así mismo, el reconocimiento y la promoción de los saberes y conocimientos tradicionales en la preparación de alimentos, el intercambio de conocimientos entre generaciones y comunidades y el uso de ingredientes autóctonos.

    Esta investigación se presenta como uno de los primeros acercamientos en busca de qué es la complementariedad, y en ese sentido, la investigadora concluye que dicho concepto forma parte la cotidianidad de las comunidades.