Correo Electrónico
DNINFOA - SIA
Bibliotecas
Convocatorias
Identidad UNAL
Sedes
Se amplía capacidad de antídoto para veneno de otras serpientes de coral en el país
Coral de Villavicencio. Foto: Juan Pablo Hurtado, Grupo de Estudio en Animales Ponzoños y sus Venenos del INS
Coral sangileña. Foto: Juan Pablo Hurtado, Grupo de Estudio en Animales Ponzoños y sus Venenos del INS.
Coral acintada. Foto: Juan Pablo Hurtado, Grupo de Estudio en Animales Ponzoños y sus Venenos del INS.
El antiveneno anticoral polivalente analizado es elaborado y distribuido por el Instituto Nacional de Salud. Foto: Instituto Nacional de Salud.
Equipo de órgano aislado que permitió hacer el análisis del tejido. Foto: Jhon Edison Martínez Ramírez, magíster en Ciencias – Farmacología de la UNAL.
Jhon Edison Martínez Ramírez, magíster en Ciencias - Farmacología de la UNAL. Foto: Jhon Edison Martínez Ramírez, magíster en Ciencias – Farmacología de la UNAL.
Según el Instituto Nacional de Salud (INS), de las 332 especies de serpientes que tiene Colombia, solo el 17 % son venenosas, y 5 causan la mayoría de los accidentes ofídicos, cuyos envenenamientos provocan daños en los tejidos, hemorragias, parálisis musculares, y en casos extremos incluso la muerte. Entre ellas se encuentran las corales, que tienen cerca de 30 especies reconocidas hasta la fecha.
“El envenenamiento ofídico por coral es especialmente neurotóxico y se considera como un evento serio, por el alto riesgo de insuficiencia respiratoria aguda que provoca. Cuando se trata de una mordedura por coral, la administración del antiveneno deberá hacerse lo más pronto posible y preferiblemente antes del inicio de la parálisis” explica Jhon Edison Martínez Ramírez, magíster en Ciencias – Farmacología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).
En Colombia existe el suero antiofídico polivalente (SAP), fabricado con venenos de víboras, y el antiveneno anticoral polivalente (AAP), elaborado por el INS con venenos de serpientes de coral.
El AAP sirve para tratar envenenamientos por serpientes coral. En niños y adultos las dosis oscilan entre 5 y 10 frascos (según los hallazgos clínicos) de antiveneno que se diluyen en una solución salina y luego se inyectan.
El médico veterinario evaluó la desconocida capacidad que tiene el AAP para neutralizar el veneno de las especies coral acintada (Micrurus lemniscatus),coral de Villavicencio (M. Medemi)y coralsangileña(M. sangilensis), estas dos últimas endémicas del país. Para ello empleó la técnica “baño de órgano aislado”, que permite mantener tejidos vivos de animales en soluciones salinas emulando cómo sería el cuerpo entero.
Para su trabajo elaboró una “preparación neuromuscular”, tomando de roedores el nervio frénico –que recorre desde la espina dorsal hasta el diafragma, y ayuda a controlar la respiración– y, en el laboratorio analizó los niveles de parálisis que produjeron los venenos de las especies seleccionadas y sus porcentajes de reducción con el uso del antiveneno.
Se evidenció que el veneno de coral acintada generó una parálisis del 100 % en solo 40 minutos, y mediante el uso del antiveneno, la capacidad contráctil (de contraerse el músculo) se conservó en un 85,61 %,
El veneno de coral de Villavicencio tomó 80 minutos en reducir la capacidad contráctil del diafragma en un 100 %, y con el uso del antiveneno se logró conservar esta actividad en un 96,44 %.
En el caso de la coralsangileña, el veneno generó una parálisis del 100 % en cerca de 60 minutos, y el uso del antiveneno conservó la capacidad contráctil en un 92,44 %.
Así, con esta novedosa técnica –que por primera vez en Colombia estuvo basada en el nervio frénico y el diafragma–, el magíster estableció que el AAP tiene 91 % de capacidad neutralizante, un porcentaje alto, en especial para las especies estudiadas.
El investigador afirma que “se trata de un buen resultado porque a pesar de ser fabricado con venenos de serpientes de coral distintas a las involucradas en este estudio, se demuestra una reacción cruzada asegurando la polivalencia del antiveneno”.
