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Salud mental de los testigos del conflicto armado, una prioridad

  • Según la OMS, en 2011 había casi 80 millones de seres afectados por emergencias humanitarias, que incluyen conflictos armados.

  • Tras el conflicto armado, profesionales de la salud padecen síntomas asociados con el trastorno de estrés postraumático.

  • Entre las dificultades que presentan estas familias de veteranos de guerra está la presión financiera.

  • En los conflictos intrafamiliares se manifiesta mayor tendencia a la irritabilidad y temor por el manejo de armas.

  • Los cónyuges requieren una mayor red de apoyo, pues el Sistema de Salud se concentra especialmente en los veteranos del conflicto.

Se estima que 1 de cada 5 personas en escenarios de emergencia y conflicto padece de ansiedad y depresión, además de altos niveles de estrés agudo y crónico, debido a las pérdidas significativas, la exposición prolongada a enfrentamientos y los desplazamientos forzados.

En 2011 la Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó que cerca de 80 millones de personas estaban afectadas por emergencias humanitarias, incluyendo los conflictos armados, y que entre el 5 y 10 % de los afectados padecerían trastornos mentales.

Para la investigadora Ángela Villamil, magíster en Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), dichas secuelas están marcadas en la memoria y en el cuerpo tanto de la población civil como del personal humanitario y de los actores armados, realidades que exigen profundizar en el cuidado de la salud mental de estas personas, con intervenciones efectivas.

La investigadora señala que por su doble condición de agentes prestadores de salud y de civiles, los integrantes de los equipos de enfermería, enfermeras y médicos experimentan diversos cambios en su rol como profesionales y en sus experiencias vitales: "la literatura reporta el padecimiento de varios síntomas asociados con el trastorno de estrés postraumático, que se presenta tras la exposición a escenarios de conflicto armado".

En estudios analizados por la magíster se observa que existen particularidades para las mujeres veteranas de guerra que aún requieren de una mayor investigación, como por ejemplo evaluar la incidencia del trastorno de estrés postraumático y la lesión cerebral traumática.

"Es necesario reconocer y enfrentar el trauma sexual militar, la protección para veteranas en situación de personas sin techo, mitigar los factores de riesgo frente al suicidio "que según reportes de la literatura son mayores en las mujeres frente a sus pares hombres" y disminuir las barreras para el acceso a cuidados en su salud sexual y reproductiva", comenta la investigadora, quien analizó varios artículos que abordan el tema.

Red de apoyo familiar

Entre las dificultades que presentan las familias de veteranos de guerra está la presión financiera, los problemas para equilibrar los gastos, el cuidado y el bienestar de la familia.

Otra de las situaciones a enfrentar es la doble jornada de trabajo, sobrecarga por cumplir laboralmente y realizar actividades del hogar, demasiado tiempo y esfuerzo para cuidar de su pareja, a lo que se suma dejar de lado su individualidad y bienestar personal.

Además están los conflictos intrafamiliares, en los que se manifiesta mayor tendencia a la irritabilidad, temor por el manejo de armas, aislamiento y problemas en la relación con los niños, entre otros aspectos.

"Existen reportes de trastornos de la conducta, consumo de sustancias psicoactivas, conductas suicidas y trastornos de la alimentación; además las tasas de divorcio en estas familias han aumentado, con sus respectivas consecuencias para los hijos", señala.

Algunas de las investigaciones evidencian que los niños, por su parte, se ven afectados por las lesiones y el estrés de su padre veterano, una situación que sobrepasa al cónyuge.

También existen discrepancias en los roles: "la carga de cuidado es tal, que las cónyuges se sienten como las madres de los veteranos, no saben si puedan continuar en esas circunstancias, se cuestionan su labor y solicitan mayor capacitación", comenta la investigadora.

Producto de las responsabilidades, estas parejas requieren una mayor red de apoyo, ya que por falta de tiempo las mujeres no pueden hacer o conservar amistades, sienten que no se reconoce el sacrificio de su familia. También se sienten ignoradas por el Sistema de Salud, que solo se concentra en el veterano.

"El estado de salud física y mental se ve afectado para lidiar con las secuelas del conflicto armado, situaciones que dan pie a la ansiedad y la depresión", comenta.

En población rural

La investigadora señala que para quienes no han sido desplazados de su territorio es importante brindar un cuidado de enfermería en salud mental competente, que permita comprender que los escenarios de conflicto armado conducen a adaptaciones culturales; ejemplos de esto son las concepciones del territorio y los espacios de encuentro.

"Los caminos, las escuelas y la plaza del pueblo eran centros para el desarrollo comunal, pero en escenarios de conflicto armado se convierten lugares de dominio y control de grupos armados, un hecho que afecta las relaciones entre vecinos, que ahora se dan en una atmósfera de miedo e incertidumbre constante", comenta la investigadora.

De otro lado, quienes han sido desplazados internos y refugiados se encuentran en condiciones de pobreza y han experimentado situaciones muy dolorosas a causa del conflicto, lo que finalmente les lleva a desplazarse para proteger sus vidas y las de sus familiares.

"Se ha restado importancia a las alteraciones en la salud mental, un tema que exige que los profesionales de enfermería sean competentes para dar una adecuada respuesta a los sujetos de cuidado", comenta.

Señala además que la atención en salud se ha centrado en la parte física, cuando estas personas se deben enfrentar a retos como la barrera del idioma, el no estar lo suficientemente preparados para nuevos campos laborales, la separación de las familias y la dificultad para establecer nuevas relaciones en las comunidades receptoras.