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Desarrollo Rural

Resguardo Wakoyo cultiva su plan de vida

  • En los últimos años la comunidad se ha dedicado a sembrar maíz y yuca, entre otros productos.

  • Juan José Vieco, profesor del Departamento de Antropología de la U.N. Fotos: Ricardo González.

  • El resguardo indígena Wacoyo está ubicado en Puerto Gaitán, Meta.

  • Los indígenas han trabajado para otras empresas alimentando cerdos con maíz transgénico.

  • Durante tres años el profesor Vieco trabajó el método de Investigación-Acción Participativa.

Con el acompañamiento de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), la comunidad Wakoyo inició hace tres años el diseño de su plan de vida, que le ha permitido sembrar y cosechar sus alimentos.

El resguardo Wakoyo, integrado por la comunidad indígena Sikuani y nueve grupos más, está ubicado en Puerto Gaitán, Meta, a donde llegó Juan José Vieco, profesor del Departamento de Antropología de la U.N., con los antropólogos Adriana Peñuela y William Jiménez, quienes escucharon las inquietudes de la población respecto a la falta de un plan de vida. 

Así nació el proyecto "Investigación-acción participativa en la construcción del plan de vida del resguardo Wacoyo, Puerto Gaitán, Meta", el cual fue compartido por el profesor Vieco durante el XXI Ciclo de Conferencias "Perspectivas antropológicas e investigación social", del Posgrado en Antropología de la U.N. 

Cabe señalar que para la comunidad indígena un plan de vida consistía en contar con programas y proyectos que les permitiera consolidar el desarrollo como una alternativa para afrontar los desafíos que representaban la explotación de hidrocarburos y los agronegocios en la región. 

Una de las grandes problemáticas identificadas en 2015 tanto por la comunidad como por el profesor Vieco y por el equipo investigador fue la falta de cultivos para satisfacer las necesidades alimenticias de la comunidad, ya que en los últimos años han afrontado crisis alimentarias de tal magnitud que han ocasionado la muerte de integrantes del resguardo. 

Como salida a la falta de alimentos, los pobladores optaron por trabajar para las empresas aledañas, para así ganar su sustento diario y suplir las necesidades básicas de la familia. 

Con la llegada de la petrolera Cepcolsa a la región se crearon algunos empleos para operadores y celadores, pero no más de 10. Y aunque esta empresa cuenta con un programa de responsabilidad social en el que les dan a los empleados el material de construcción para sus viviendas, esto no es suficiente para sobrevivir. 

El resguardo también colinda con la hacienda Cazuna, en la que hacen uso intensivo de mano de obra pues quieren sembrar 3.500 hectáreas de caucho. Para eso ofrecieron 350 empleos, aunque estas oportunidades no hayan beneficiado a los 1.800 habitantes del resguardo. 

Para iniciar los proyectos propios del cultivo de maíz, yuca, chontaduro, caña, ají y plátano, la comunidad tomó en arriendo 1.000 hectáreas para sembrar maíz transgénico con el cual las empresas productoras alimentan a los cerdos que son comercializados en el país. 

A partir de la aplicación del método de estudio Investigación-Acción Participativa (IAP), que busca que las comunidades participen en la búsqueda de soluciones a sus problemas, se demostró que los ingresos que recibían por trabajar para empresas aledañas les permitían financiar proyectos propios de la comunidad. 

A partir de ahí se capacitó a los pobladores en la manufactura de abonos orgánicos con técnicos agropecuarios y se inició el proceso de siembra. 

Hoy el resguardo Wacoyo tiene claras sus políticas agrarias y alimentarias según sus necesidades. Sin embargo el proyecto aún continúa en desarrollo, ya que todavía falta aplicar tres talleres más de medicina tradicional, gobierno propio y de economía productiva para dar por finalizada la investigación.