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Ciudad y Territorio

Resguardo Kankuamo, semillero de alianzas con el Laboratorio de Paz Territorial

    Con su música y su medicina tradicional, modelos para comercializar productos agroecológicos de la región –como el cacao, el café y la panela– y medios de difusión local, el pueblo kankuamo se potencia como un gran aliado del Laboratorio de Paz Territorial que impulsa en esta región la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede de La Paz.

    Investigadoras de la UNAL fueron al encuentro de estos saberes ancestrales en recorridos por las tierras de esta comunidad, cuyo hogar ha sido desde tiempos remotos la Sierra Nevada de Santa Marta.

    “Los indígenas kankuamos, uno de los cuatro pueblos que habita en estos territorios, está comprometido con guardar tanto el equilibrio natural con la tierra como sus tradiciones”, advierten las profesoras Lucía Eufemia Meneses Lucumí y Claudia Mosquera Rosero Labbé, quienes dirigen el Laboratorio, apoyado por la Vicerrectoría de la Sede de La Paz en el departamento del Cesar, y cuyo objetivo es aportar a la construcción de nación y paz sostenible desde los territorios.

    En el marco del Laboratorio se ha destacado la resiliencia y resistencia de los kankuamos. “Varios personajes, organizaciones y líderes de este resguardo indígena han luchado para preservar el legado de sus antepasados y para evitar que sus tradiciones se pierdan en el tiempo”, recuerda la profesora Mosquera.

    Agrega que “según los mayores kankuamos, este pueblo estuvo a punto de desaparecer física y culturalmente, pero se inició un proceso para fortalecer su identidad, que está dando resultados”.

    En las entrevistas recogidas por las investigadoras se destacan la de la lideresa kankuama Olinda Maestre Arias, quien fue desplazada de su territorio y hoy vive en La Mina, corregimiento de Valledupar. Ella es una gran exponente de la cultura de su pueblo y forma parte del cabildo menor de La Mina, un puesto que se ganó trabajando por su comunidad y como un reconocimiento a su liderazgo.

    El trabajo colectivo, uno de los valores que caracteriza a los kankuamos, se refleja en la Asociación de Productores Agroecológicos Indígenas Kankuamos de la Sierra Nevada de Santa Marta (Asoprokan), uno de cuyos líderes es Segundo Antolino Arias, quien representa a su comunidad en el Cabildo Menor de Chemesquemena.

    “La Asociación –conformada por unos 120 asociados de los diferentes asentamientos del resguardo– se creó con el objetivo de poner en marcha una estrategia de comercialización para los productos que se producen en estas tierras –como el cacao, el café y la panela, entre otros– con el fin de generar condiciones para la recuperación socioeconómica del pueblo kankuamo”, comenta el líder Arias.

    Otra línea económica de la población kankuama es la de las artesanías, una de cuyas exponentes es la “Maestra de maestras” Aura Rosa Montero, quien desde muy niña aprendió a tejer las mochilas tradicionales de su comunidad. Artesanías de Colombia le otorgó este título por su trayectoria y reconocimientos tanto en el país como en el exterior.

    En el resguardo también habita Onilda Isabel Rodríguez Mendoza, cuyas mochilas han sido exhibidas en muchas partes del país y se usan en muchas partes del mundo, algo que la enorgullece.

    Un músico importante del resguardo es Yondler Mindiola, cantante de chicote, músico tradicional y quien ha sido clave para el proceso de fortalecer de la identidad del pueblo kankuamo.

    Entre los jóvenes destacados del resguardo kankuamo está Souldes Maestre Montero, el bibliotecario, catalogado como uno de los mejores del país. La Biblioteca Pública Kankuaka, donde labora, fue reconocida con el Premio Nacional de Bibliotecas Públicas Daniel Samper Ortega 2020, en un concurso en el que participaron unas 200 bibliotecas de todo el país.

    Uno de los expertos en plantas medicinales del resguardo es Leandro Carrillo, gran conocedor de la medicina tradicional, con la que cura no solo los males físicos sino también los espirituales. Él es el representante de los médicos tradicionales del resguardo kankuamo en La Mina, donde cerca de 50 de ellos están agrupados por especialidades.

    Por último, las investigadoras destacan el proceso comunicativo “El Mochilón de la Sierra”, a través del cual se divulga toda la cultura y la labor de líderes, organizaciones y colectivos, a través de un programa radial en Tayrona Estéreo y de un podcast que se publican en las redes sociales. Su director es Enosh Arias, comunicador indígena, quien asegura que el propósito es evidenciar los saberes de los mayores, las prácticas ancestrales que se están perdiendo y el talento de músicos, artesanos y danzantes kankuamos.

    “Con la implementación del Laboratorio de Paz Territorial se pretende potenciar la innovación comunitaria al más alto nivel para la gestión de la paz local por parte de las comunidades resilientes de la región”, destaca la profesora Marcela Camacho, vicerrectora de la UNAL Sede de La Paz.