Reforma tributaria debe atacar el desempleo y la pobreza

Así quedó planteado en el panel “Aprobada la reforma tributaria, ¿ahora qué hacer en política económica?”, organizado por la plataforma universitaria Convergencia por Colombia, en el que la propuesta central fue enfocarse en la implementación de mecanismos que permitan más y mejores ingresos para todos los colombianos.

En ese sentido, el economista Jorge Armando Rodríguez, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), aseguró que el recaudo a través de los impuestos se debe centrar, inicialmente, en contrarrestar la crisis social y económica originada por la pandemia y la lucha contra el desempleo y la pobreza, que además son aspectos que la Constitución Política de Colombia establece como deberes del Estado.

“Es clave tomarse en serio la Constitución, que estipula que se debe garantizar el acceso a bienes y servicios para toda la población, de ingresos que les permitan vivir sin importar la edad ni la relación laboral”, anotó el académico.

En cuanto a la disminución del gasto público, sostuvo que aunque es una estrategia importante no es una solución definitiva, pues estos planes se deben hacer según la realidad del momento, y cuando el desempleo es alto resultaría una medida contraproducente.

También coincidió con los panelistas Luis Carlos Reyes, director del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana y María del Pilar López, docente de la Universidad de los Andes, en que se deben buscar fórmulas para luchar contra la evasión y eliminar beneficios tributarios, especialmente para las empresas. “El gobierno espera que con la reducción de la evasión se logre equilibrar el recaudo y no será así”, puntualizó.

A incrementar la tributación

El decano señaló además que es necesario centrarse en la tributación de ganancias ocasionales y dividendos, cerrar el capítulo de bajar los impuestos al capital y aumentar la tributación para quienes tienen más.

Los panelistas también coincidieron en que a la reforma aprobada recientemente le hace falta mucho para ser estructural, y lo más seguro es que en el próximo gobierno se requiera otra que se ajuste más a las necesidades del país y a su realidad en ese momento.

Con la nueva reforma tributaria –denominada Ley de Inversión Social– y sancionada el pasado 14 de septiembre por el presidente de la República, se espera recaudar más de 15 billones de pesos, de los cuales las empresas tributarían más de 10 billones, y con los que se aspira a soportar los programas sociales que quedaron tras la pandemia.