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Política y Sociedad

Recuerdos reflejan la nostalgia de las comunidades afectadas por El Quimbo

    En 2009 se aprobó en Colombia la licencia para el Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo, central que con 940 megavatios aporta el 6 % de la energía nacional. Sin embargo, un estudio realizado en los municipios de Río Loro y Nueva Veracruz (Huila), afectados por la construcción de la represa, revela un sentimiento de nostalgia por lo perdido en las comunidades.

    Pasando por el municipio de Garzón, al sur del Huila, se aprecia con facilidad esta represa que tiene un área inundada de 8.250 hectáreas. Su funcionamiento se basa en una represa construida sobre el río Magdalena –la segunda en esta región después de Betania–, donde el agua almacenada es liberada de manera controlada a través de las turbinas que al girar generan electricidad.

    Pamela Sánchez Torres, magíster en Estudios de Género de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), explica que “en este territorio, en especial los habitantes de Río Loro y Nueva Veracruz, se vieron afectados en el proceso de la reubicación tras la intervención de la presa”.

    “Una consecuencia de esto se evidencia en sus sentimientos de nostalgia, de añoranza por lo que perdieron y que va más allá de unos terrenos físicos: significa la conexión del territorio con sus proyectos de vida”.

    Su visita a la zona empezó en 2018, nueve años después de la intervención de la represa, y aunque su propósito inicial era recopilar datos, los colectivos de resistencia, luego de enfrentarse con un panorama diferente, a través de acercamientos con la comunidad le dio sentido a las rememoraciones que se fue encontrando en el camino.

    “Al empezar a conocer el territorio evidencié que las personas estaban totalmente agotadan. No existían procesos de resistencia colectiva, como se pensaba, no había grupos organizados que tuvieran presencia en las discusiones territoriales o que participaran en marchas, paros u otras manifestaciones de resistencia”, puntualiza la magíster.

    Explica que de la comunidad escuchaba frases como: “Pamela, ahí donde usted está ubicada, antes se encontraban las labranzas de cuidado” y referencias similares que hacían alusión entre lo que había y lo que ya no tienen a causa de la presa.

    “Las comunidades que habitan este territorio viven entre las ausencias, el desarraigo, la nostalgia y el olvido del Estado”, dice.

    Agrega que, “la pérdida de lugares físicos concretos, la desviación del río Magdalena, la construcción de una presa que antes no estaba, la desaparición de lugares de referencia de la historia de cada uno de los habitantes –tanto individual como colectiva– al estar aferrada a esos espacios afectó su identidad y la del territorio, y por eso se habla de nostalgia desde una perspectiva geográfica que implica la relación con el espacio”.

    Para su investigación utilizó la etnografía como método, en ella, a través de desplazamientos en territorio, paseos familiares y el acompañamiento de dinámicas cotidianas –como la preparación de alimentos, atender los negocios y compartir espacios comunitarios como las juntas de acción comunal y festivales– constató el significado de territorio en este contexto y la emocionalidad que le inyectan sus habitantes.

    “Estos procesos de rememoración se dieron y se dan en los usos que le dan en las reapropiaciones de los lugares, en las narraciones que cada persona tiene, pero también en cómo transmiten las emociones con su cuerpo cuando están frente a la represa”, señala.

    La magíster enfatiza en que este tipo de procesos ayudan a comprender las luchas diarias que han tenido y tiene cada comunidad con su espacio con los desarrollos que se dan con el pasar de los años.

    Estas experiencias se recogen en un capítulo del libro Mujeres defensoras de la vida y el territorio en América Latina, publicado por el Centro Editorial de la Facultad Ciencias Humanas de la UNAL, que en 9 capítulos reúnen las visiones de diversas mujeres de América Latina frente a los extractivismos y las desigualdades socioambientales e interseccionales.